13 abr, CI.- La migración desde Venezuela hacia Colombia es una situación que se masifica cada vez más. Muchas de estas personas son del sector social LGBT y sufren diferentes violencias diferenciales durante sus procesos migratorios, a causa de sus orientaciones sexuales o identidades y expresiones de género.

Colombia Informa conversó sobre esta situación con Jarvis Sánchez, quien migró desde Venezuela en el año 2017 y actualmente habitan uno de los barrios periféricos de la Comuna 8 de Medellín. Actualmente, es fundador e integrante de Generación PAZaporte Jóvenes con Talento -Generación PJ- y Panas Diversos Colombia.

Colombia Informa: ¿Qué significa migrar para alguien con una orientación sexual o identidad y expresión de género no hegemónica?

Jarvis Sánchez: Se genera inseguridad, aunque en Venezuela ser de la comunidad LGBTI es mucho más tabú que acá en Colombia. Por vivir de tanto estigma, allá nunca fui capaz de decirlo, viví una doble vida, en un lado y dentro de mi casa era heterosexual; hoy todavía eso sigue pasando con muchas personas. Pero sí existe un miedo de saber hacia dónde vamos y cómo me van a tratar, porque prácticamente hay gente que migra en familia; pero a uno como parte de la comunidad LGBTI, si no tiene pareja, le toca solo.

Si uno tiene algo «afeminado», por ejemplo, pasar las trochas puede ser motivo de burla, de señalamiento, de que te miren o inclusive pasar por una violación. Una chica trans por ejemplo, tuvo que dejar en Venezuela todo su vestuario, sus tacones, sus pelucas, porque tenía miedo a ser como era. Luego de estar un año aquí y evaluar el territorio, volvió otra vez a su identidad y a hacer performance.

C.I: ¿Cómo se sienten desde esas orientaciones sexuales o identidades y expresiones de género al instaurarse en una ciudad como Medellín?

J.S: Al principio hay temor porque sabemos las luchas que han tenido en el territorio. Por ejemplo, el miedo de lo que le pasó a la chica trans que asesinaron aquí en Medellín, las persecuciones o todos esos atentados que ha tenido la comunidad LGBTI, a nosotros nos genera temor, y uno corre la voz; pero al mismo tiempo, al ver la diferencia que hay entre Venezuela y Colombia en ese tema, para nosotros es una ganancia.

C.I: ¿Cómo se vive el machismo y la homo-transfobia en Venezuela y en Colombia?

J.S.: En Venezuela es sumamente extremista el machismo; allá los gays no pueden ser amigos de las trans porque ya eres trans y eres prostituta; allá no se aprueba el matrimonio igualitario y la gente es muy transfóbica. Allá la mayoría de la gente vive una doble identidad, vive como hetero, se casa, tiene hijos; pero detrás de ese telón vive con una persona del mismo sexo. En cambio aquí es mucho más fácil; por ejemplo, he visto venezolanos viviendo con parejas del mismo sexo, mientras que en Venezuela se haría bastantes señalamientos, gritos, incluso golpes. Es algo demasiado fuerte.

C.I: ¿En qué situación se encuentra en este momento la población venezolana en Medellín?

J.S.: Está en un proceso sumamente difícil, porque sabemos que las personas irregulares están en el proceso de lucha para poder estar regulares, porque están fuera de un sistema de educación y de salud, donde por ejemplo en mi caso, de manera profesional no he podido trabajar dentro del territorio, sino de manera independiente, y así somos muchos en el mercado informal del territorio, y pues, ahí creo que vamos a ver el avance con el Permiso Temporal de Protección, que prácticamente va a ser una cédula, nos va a permitir casarnos y tener una licencia, o sea, prácticamente va a ser una cédula colombiana; pero sin el derecho al voto.

C.I: ¿Cómo es el acceso a la vivienda en Medellín?

J.S: Yo vivo en la Comuna 8, barrio 13 de Noviembre. En la casa vivimos 6 personas, a veces 7, porque mi casa es un lugar que ha sido parte de la red de jóvenes del grupo, y muchas veces he tenido que dar alojamiento a varias personas en la sala de mi casa. Una vez vivimos casi 14 personas porque se quedan sin vivienda, o están en un proceso de tránsito de un lugar a otro. Generalmente en una casa viven varias personas para economizar los gastos; o sea, usualmente hay saturación de personas.

C.I: ¿Cuál es la situación escolar de la población venezolana migrante?

J.S: En cuanto a la educación de los jóvenes, gracias a dios se ha podido hacer un gran avance. Hoy los niños están estudiando en los Buen Comienzo (programa educativo de la Alcaldía), en las escuela; los adolescentes están entrando a los liceos pero solo llegan hasta el bachillerato. Entrar a la Universidad es sumamente difícil para el venezolano, y para trabajar es súper difícil porque hay que pagar demasiado dinero para convalidar el título.

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C.I: ¿Cómo se fundó Generación PJ y cuál es su objetivo?

J.S: Cuando yo llegué en el 2017, sabía que una forma de hacer sentir la voz y llevar una catarsis emocional era haciendo teatro, arte y cultura, reunirnos en un mismo espacio para podernos expresar con lo que nos gusta. Entonces en ese año mis hermanos y yo decidimos crear el grupo PAZaporte Jóvenes con Talento como una forma de aportar nuestro talento a los movimientos, colectivos y a la comunidad.

También estamos en lo cultural, el intercambio de saberes, de conocer la cultura que nos recibe y que conozcan de la nuestra a través del humor y de personajes.

En la línea diversidad tenemos el programa LGBTI para la comunidad migrante venezolana y en la social tenemos un programa llamado Hermanos-Hermanas donde creamos una red de varias organizaciones y llevamos jornadas de diferente índole al territorio. En marzo de 2019, la organización fue registrada como corporación en Cámara de Comercio. Nos convertimos en una red y nos ayudamos con arriendo, alimentos y compañía. Así hemos ido creciendo poco a poco, pues el teatro nos ha llevado a un proceso de catarsis y de aceptación del nuevo territorio en el que estamos.

C.I: ¿Qué es Panas Diversos Colombia?

J.S: No decidimos crear un grupo diferente a Generación PJ, sino una línea de trabajo porque en ese espacio pueden estar personas LGBTI y no LGBTI que son hermanos, amigos, primos, que no son de la comunidad, pero que nos apoyan. La vulneración que nosotros afrontamos es doble, porque al ser migrante ya eres vulnerable por muchas veces no tener documentos, y a eso se suma ser de la población LGBTI.

A lo largo del proceso hemos llevado las luchas de varias personas que han llegado de Venezuela y se han contactado para realizarse pruebas de Infecciones de Transmisión Sexual -ITS-, conseguir medicamentos o una consulta médica; y así hemos enrutado algunos casos.

En el tema artístico estamos conformando unas obras y un festival de monólogos de temas LGBTI para expresar lo que la comunidad venezolana LGBTI siente. Estamos en ensayos para estrenar en junio.

C.I: ¿Por qué sintieron la necesidad de crear esta línea de trabajo?

J.S: Nosotros no lo teníamos pensado, pero un día llegó una convocatoria que del Laboratorio Co-Creativo del Programa de Diversidad Sexual que se hizo con la Alcaldía y la Universidad de Antioquia; ahí nos empezamos a preguntar quiénes éramos de la población LGBTI, qué nos preocupaba, y nos dimos cuenta de que el 80% del grupo era parte de la población. A partir de ahí fue que decidimos ver qué podíamos hacer para proyectar nuestra voz y expresar lo que queremos. Así nació Panas Diversos Colombia.

C.I: ¿Por qué muchas de estas personas solo asumieron públicamente su orientación sexual o identidad de género en Colombia?

J.S: Por lo que yo he conocido, aquí ha sido un proceso más fácil de identificación y de expresión de la orientación sexual, quizás porque allá en Venezuela nos preocupaba la familia, las amistades, lo que nos pudieran decir los vecinos. En cambio aquí, como no conocíamos a nadie, nos daba igual si lo decían o no. O sea, esos tabús los rompíamos totalmente porque veíamos una comunidad más libre, que se expresaba, se besaba, se agarraba de la mano.

C.I: ¿Qué se está trabajando en la Mesa de Derechos Humanos de migrantes?

J.S: El objetivo es velar para que no se violen los derechos de los migrantes. Estamos en un proceso de revisión en cuanto a los niños que se los están quitando a las madres porque trabajan recogiendo dinero en las calles. No se los están dejando ver, están inventando excusas, entonces estamos preparando algo para tratar ese tema. También estamos abordando otros procesos de violaciones a los Derechos Humanos; en esa Mesa, por ejemplo, muchos de los casos de discriminación LGBTI los gestionamos para llevarlos a la Unidad de Justicia.

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CI CG/ND/13/04/2021/11:00