Juan María Montalvo Fiallos (Ambato, 13 de abril de 1832 – París, 17 de enero de 1889) fue un escritor ecuatoriano, cuyo pensamiento liberal y melancólico estuvo marcado por el anticlericalismo y la férrea oposición a los gobiernos dictatoriales de su país, como los de Gabriel García Moreno e Ignacio de Veintemilla.
En 1843 su hermano mayor fue arrestado, encarcelado y desterrado tras un enfrentamiento político que tuvo con la dictadura Juan José Flores por lo que, según varios estudiosos de su obra, el niño Juan Montalvo que apenas contaba con 11 años de edad quedó marcado para siempre y creo así su desprecio por los gobiernos opresores.
El gusto por las letras empezó gracias a las bases que dos de sus hermanos le dieron en su infancia, saberes que lo llevaron a estudiar a profundidad gramática latina y, posteriormente, Derecho en la Universidad de Quito, la profesión más humanista y menos cuestionable de la época. Sin embargo, por razones de afinidad y una tristeza que comenzó a embargarlo, dejó los estudios de derecho y en 1857, y ayudado por uno de sus hermanos, viajó por primera vez a Europa, y en ese trascurso obtuvo muchas experiencias y cercanías con los autores franceses, lo que lo impulsa a escribir para varias revistas sobre la nostalgia de su patria y el contraste entre el nuevo y el viejo continente. En Los proscritos, ensayo aparecido en El Cosmopolita, escribió «La nostalgia consiste en un amor indecible por la patria y un profundo disgusto del país en que se está…, es un deseo de llorar a gritos al mismo tiempo que eso es imposible».
A su regreso a Ecuador, Montalvo se encontraría de frente con la dictadura de Gabriel García Moreno, al cual dedicó varios de sus escritos, entre ellos, el siguiente fragmento publicado en 1860 en El Cosmopolita «Hay en Usted elementos de héroe, y suavicemos la palabra, de TIRANO. Tiene Usted valor y audacia, pero le falta virtudes políticas… Dimita Usted ante la República el poder absoluto que Usted tiene en sus manos… ¿Le irrita mi franqueza? Debe Usted comprender que al haberla usado me sobra valor para arrostrar lo que ella pudiera acarrear».
Montalvo combatió a García Moreno a través de varias de sus publicaciones, tales como El Cosmopolita, La Dictadura Perpetua, Las Catilinarias, La Mercurial Eclesiástica, el Regenerador y otras publicaciones. Durante su estancia en Europa se enfermó de reumatismo y esta enfermedad lo acompañaría, con graves recaídas hasta el final de sus días. Finalmente, en 1869, temiendo por su vida gracias a las constantes amenazas del gobierno de García Moreno, acudió a la embajada de Colombia y pidió exilio político; abandonó su país el 17 de enero de 1869 rumbo a Ipiales junto a otros dos exiliados: Mariano Mestanza y Manuel Semblantes. Después de pasar un tiempo en Colombia y volver a Ecuador a escribir y a darle forma a su ejercicio político, regresó a Europa con la intención de publicar sus Siete Tratados en donde fue bien recibido por los intelectuales de la época.
En los últimos días de su vida, los síntomas de su enfermedad fueron empeorando y Montalvo cayó prácticamente en la indigencia. Aquejado de una neumonía que evolucionó en derrame pleural, los médicos que lo atendieron decidieron operarlo pero por una petición de Montalvo no usaron anestesia ya que, en palabras del escritor «En ninguna ocasión de mi vida he perdido la conciencia de mis actos. No tema, doctor, que me mueva. Operará usted como si su cuchilla no produjera dolor». La condición de Montalvo empeoró cada vez más, y el 17 de enero de 1889 pidió a su ama de llaves que lo vistiera con su traje negro y con frac y que comprara claveles para adornar su féretro y ese mismo día murió.