Tras la revolución bolchevique y la organización del antiguo Imperio Ruso en la Unión Soviética, el Ejército Rojo pasó de ser un mero voluntariado militar a transformarse en el Ejército Nacional de la URSS, el más grande hasta ese momento de la historia y uno de los más poderosos del mundo en la década de los cuarenta hasta la desintegración del estado socialista ruso en 1991.

 

Tomó su nombre del color de la bandera de la clase obrera y se organizó para apoyar a la fuerzas del pueblo en su lucha contra el capitalismo que buscaba retornar a Rusia. En 1946 cambió su nombre a Ejército Soviético, sin embargo en el habla popular siguió conservando el mismo nombre, de manera que se instauró como una especie de genérico que comenzó a identificar, desde entonces, casi todas las fuerzas armadas los países comunistas. Además, fue el primer ejército en el mundo en recibir y entrenar mujeres soldados.

Cuando la Revolución Rusa de 1917 dio el poder a los bolcheviques en varias ciudades importantes de Rusia, líderes como Lenin y Trotsky mantuvieron como soporte armado del nuevo régimen a la Guardia Roja, un conjunto de soldados y obreros armados, liderados por suboficiales, que actuaban como «brazo armado del bolchevismo» pero sin estar efectivamente organizados como un ejército sino apenas como una milicia voluntaria, sin jerarquías ni reglamentos marciales. Además, la «Guardia Roja» estaba basada en soldados de filiación comunista que precisamente se habían negado a obedecer a sus oficiales, por lo cual dicho cuerpo rechazaba todo atisbo de disciplina castrense y se hallaba formado por voluntarios enlistados por tiempo determinado.

Cuando la reacción zarista y derechista dio lugar a la Guerra Civil Rusa en 1918, la jerarquía bolchevique vio la necesidad de sustituir a la Guardia Roja por una fuerza militar permanente. El Consejo de Comisarios del Pueblo creó entonces el Ejército Rojo mediante un Decreto el 28 de enero de 1918, basándose en un principio de la Guardia Roja, a la cual se trató de dar una organización militar efectiva, creando rangos, departamentos, y colocándola bajo disciplina marcial. El 23 de febrero de 1918 marcó el día del primer proyecto de la masa del Ejército Rojo en Petrogrado y Moscú, y de la primera acción de combate contra la ocupación del Ejército Imperial Alemán.

Así, el fundador en la práctica del Ejército Rojo fue León Trotsky, designado “comisario del pueblo para la Guerra” entre 1918 y 1924, quien logró formar una fuerza militar disciplinada partiendo de una masa armada compuesta por voluntarios indisciplinados. Trotsky decidió que era indispensable proporcionar oficiales al nuevo ejército y por eso permitió que los exoficiales y suboficiales del ejército de la Rusia Imperial se unieran, ya que resultaba urgente contar con personal experimentado en el mando y conocedor de tácticas de combate.

Durante la Segunda Guerra Mundial el Ejército Rojo jugó un papel protagónico en el combate contra el régimen de Adolf Hitler, avanzando y liberando muchos territorios invadidos por los nazis y resistiendo frente a la oleada de ataques que estos propiciaron en Rusia. El Ejército Rojo fue el primero en lograr ingresar en Berlín y sus soldados terminaron clavando simbólicamente la bandera roja sobre el edificio del Reichstag (parlamento) y cerraron definitivamente su búnker en la capital alemana. Finalmente, los generales nazis firmaron la rendición incondicional oficial ante los generales soviéticos.