31 mar, CI.- Una de las reflexiones más recurrentes en estas últimas semanas, ha girado entorno al alimento. Pensar en la posibilidad de no contar con él nos ha llevado a preguntarnos por la sostenibilidad de un modelo que privilegia el lucro por encima de la vida y que no le ha prestado atención a la población que lo garantiza: el campesinado.

Por: Carolina Carvajal* Los estantes vacíos de las grandes superficies hoy preocupan a una parte de la población. Sin embargo, el 83,5% de los alimentos que consumimos en Colombia son producidos por el campesinado, según el Ministerio de Agricultura. Así pues, más debería preocuparnos la falta de reconocimiento y de políticas claras para proteger esta población que cuida de la vida.

Como parte de las luchas campesinas por alcanzar su reconocimiento como sujeto social de derechos, en la Sentencia STP 2028 de 2018, la Corte Suprema de Justicia le exige al Estado contar con mecanismos efectivos que permitan identificar a esta población, con el objetivo de generar políticas públicas que le sean favorables.

Como parte del cumplimiento de dicho sentencia, la reciente Encuesta de Cultura Política del DANE 2019 arroja interesantes resultados, que son un avance en el proceso de reconocimiento, y que también ponen el reto de generar acciones efectivas para garantizar y exigir el cumplimiento de los derechos de las y los campesinos.

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Reconocer para actuar y actuar para reconocer

Hoy más que nunca es evidente que no es posible la vida sin el campesinado. Se puede vivir sin los hábitos de consumo habitual, pero es inviable prescindir de la fuente de vida que son los alimentos reales y naturales.

Algunas cifras:

  • La Encuesta se aplicó a 43.156 personas y a 19.795 hogares en 24 departamentos del país y en Bogotá.
  • Sigue vigente la afirmación del Informe Colombia Rural, razones para la esperanza: Colombia es más rural de lo que se cree. El 31,8% de la población de 18 años y más, se identificó subjetivamente como campesina. En los centros poblados y en la zona rural dispersa, esta cifra ascendió al 84,8%.
  • Del total nacional, el 35,5% consideró que la comunidad que habitan es campesina.
  • De este porcentaje de personas que se identifican como campesinas, el 29,9% corresponde a las mujeres y el 33,8% a hombres. Las cifras de percepción sobre igualdad de condiciones y oportunidades entre hombres y mujeres asciende al 85,5%.  Pero al momento de cruzar con otras cifras, se evidencia una sobrecarga del trabajo de cuidado en las mujeres, así como una escasa participación en los espacios públicos.
  • Del total nacional, tan solo el 25,5% de las personas creen que en Colombia sí se protegen los derechos del campesinado. De personas que se identifican como campesinas, solo el 32,2% cree que se garantizan sus derechos.
  • El 19,1% de las personas que se identifican como campesinas, registran que en el último año han enfrentado riesgos relacionados con asesinatos selectivos o muertes violentas.
  • Las personas que se identificaron como campesinas confían poco en las instituciones del Estado: Fuerzas Militares (Ejército, Armada y Fuerza Aérea): 39%; Policía: 32, 5%; Presidencia de la República: 31,4%; Congreso de la República: 18,8%; Jueces y magistrados: 17,6% y Partidos o movimientos políticos: 14,1%
  • A nivel nacional, el 21,2% de las personas de 18 años y más que se consideraron población campesina informaron pertenecer por lo menos a un grupo, organización o instancia.

*Carolina Carvajal es investigadora de FIAN Colombia

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