16 may. CI.- En el 2014 se inició un  plan de choque en la ciudad de Buenaventura con la intención de reducir los índices de violencia que, por entonces, escandalizaron al país. Sin embargo, este plan no incluyó medidas que respondieran a los problemas estructurales e históricos de la población: falta de cobertura en prevención y atención en salud, mala calidad en la educación, altos índices de desempleo y el poco acceso a servicios vitales como el agua potable. Buenaventura, cuyo puerto le aporta al erario nacional unos 5,47 billones de pesos anuales, sigue siendo una de las regiones más pobres del país y sus habitantes ya declararon la emergencia social y económica. 

«Para vivir con dignidad y en paz en el territorio» es el lema que, a partir de hoy, acompañará al Paro Cívico indefinido en Buenaventura. Sus habitantes le exigen al Gobierno nacional soluciones reales que garanticen el derecho a la vida y manifiestan su rechazo a los constantes incumplimientos. De acuerdo a Monseñor Héctor Espalza, Obispo de Buenaventura y líder del Comité del Paro Cívico, en una entrevista para realizada por el diario El País: «La Iglesia está de parte del pueblo, no porque quiera la revuelta si no que se solucionen las cosas. Queremos la paz pero con justicia social, no con el neoliberalismo que enriquece a unos y maltrata a los empleados portuarios y a la población. Por eso acompañamos el paro cívico. Si la paz quiere ser verdadera tiene que tener como base la justicia social, eso es lo que pretendemos con el paro cívico».

Ante esta situación, la Cámara de Comercio manifestó que: «Dada la importancia que tiene el puerto de Buenaventura en el comercio del país pues moviliza el 67% de las materias primas que entran a Colombia y el 47% del comercio, el Comité Intergremial y Empresarial del Valle, en cabeza de su presidente Francisco José Lourido Muñoz, hace un llamado a trabajar articuladamente, sector público y privado, en soluciones y acuerdos que permitan disminuir en lo menor posible el impacto económico y social que el paro genere».

«El Gobierno ha hecho un gran esfuerzo, pero necesitamos soluciones integrales a la problemática de Buenaventura, no paños de agua tibia y, cositas. Buenaventura no está para plan de choque si no para soluciones integrales, y queremos que eso el Gobierno lo tenga en cuenta», expresó Monseñor Héctor Espalza. Buenaventura es una región que históricamente ha estado entre los olvidos del Gobierno Nacional, las cifras de pobreza entre sus habitantes son de las más altas del país; la cobertura en salud que existe es privada y el único hospital público de la zona está cerrado hace tres años, así que todas aquellas personas que necesitan atención médica integral deben desplazarse hasta la ciudad de Cali. Además, la región cuenta con 7 cuencas hidrográficas, 500 ríos y 45 millones de metros cúbicos de agua, pero el agua como servicio público es ineficiente, solo hay agua potable por horas pero el consumo de un servicio que la comunidad no tiene se cobra puntualmente cada mes.

«Tenemos muchos problemas, y todo eso que nos hace falta está en contra de la vida digna. El Gobierno se ha olvidado de Buenaventura, solo recuerda y le interesa el puerto que genera ingresos. Pero, si solo un poco de esos ingresos portuarios se quedaran en esta ciudad quizá no habría tanta pobreza. Estamos comiendo mal, durmiendo mal por culpa de la violencia, no tenemos educación, salud ni trabajo y por eso paramos, para decirle a todo el país que aquí estamos y que ya no aguantamos tanto abandono», expresó un habitante de la ciudad. A continuación, reproducimos el comunicado oficial del Comité del Paro Cívico de Buenaventura.

«Para vivir con dignidad y en paz en el territorio»: Comunicado No. 3 a la opinión pública

El comité central de paro cívico de Buenaventura para vivir con dignidad y en paz en el territorio, integrado por 89 organizaciones de la sociedad civil de Buenaventura, para el desarrollo operativo del paro y con el propósito de afectar lo menos posible a la población de Buenaventura, teniendo en cuenta que el paro no es contra sus habitantes si no para el beneficio colectivo del mismo, ha definido los siguientes criterios.

1. Se va a garantizar el tránsito de los miembros de la fuerza pública en sus vehículos oficiales para que puedan realizar sus funciones de vigilancia, control y prevención del delito, al igual que los actos urgentes en coordinación con los fiscales y jueces de control de garantías.

2. Se permitirá el tránsito de los vehículos recolectores de basura, los valvulares de hidropacífico para que cierren y habrán las válvulas para suministrar el servicio del agua según el cronograma establecido por ellos, la entrada y salida de la ciudad de los carro tanques que traen el gas domiciliario y en caso de emergencias eléctricas al personal de la EPSA.

3. Se garantizará el tránsito de los organismos humanitarios y al personal de emergencia, ambulancias, vehículos de las entidades de socorro, bomberos, cruz roja, defensa civil, cortejos fúnebres y personal que se dirige a realizarse diálisis en el perímetro urbano y los que las entidades de salud le suministren el transporte de salud para citas médicas en Cali.

4. El personal de la salud, médicos, enfermeras, bacteriólogos, de laboratorio, rayos X, etc. Se les permitirá el tránsito, debidamente identificados y uniformados para que puedan llegar a sus sitios de trabajo y atender cualquier urgencia o emergencia que se presente.

5. Tendrán movilidad libre al personal de las empresas de vigilancia, debidamente uniformadas e identificadas que prestan sus servicios en establecimientos, locales comerciales y empresas, para que continúen con su labor de vigilancia y seguridad en los mismos y así prevenir robos, vandalismo, asonadas etc.

6. Después de unos días considerables de desarrollo del paro, se tiene la posibilidad de permitir el ingreso de alimentos a la ciudad para evitar la especulación y garantizar así el abastecimiento.

7. Las tiendas en los barrios se les permitirá que abran sus establecimientos, no así, los establecimientos comerciales y empresariales medianos y grandes. Todas estas medidas se establecen por sugerencias de la misma comunidad en las diferentes reuniones de planificación y organización con el propósito de no afectar a los más vulnerables durante los días de paro. El resto de la población que no están en las anteriores categorías se les pide muy respetuosamente se abstengan de utilizar sus vehículos para fines personales, laborales o de otra índole para evitar inconvenientes en los puntos de concentración. Este paro es pacífico y requiere el concurso, la tolerancia, comprensión y respeto de todo: unidos podemos.

 

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