El pasado 16 de febrero se reportaron enfrentamientos en la vereda Carpintero, ubicada en el municipio de Caloto al norte del Cauca, entre tropas de la Fuerza de Tarea Apolo y guerrilleros de las FARC. Ante estos hechos, la Defensoría del Pueblo denunció que las acciones bélicas ocurrieron en las inmediaciones de una institución educativa y un salón comunal.

En dialogo con Colombia Informa, Cristian Raúl Delgado, coordinador regional de la Red de Derechos Humanos del Suroccidente Colombiano “Francisco Isaias Cifuentes” denunció lo sucedido el pasado lunes e indicó que las acciones militares de la Tercera División del Ejercito desarrolladas en el norte del Cauca, están afectando a la población civil al revivir las hostilidades menguadas por el cese al fuego unilateral e indefinido decretado por las FARC. 

Colombia Informa: ¿Qué reporte tienen de los hechos donde tropas del Ejército y la guerrilla de las FARC se enfrentaron en los límites entre los municipios de Caloto y Toribío?

Cristian Delgado: Según la información recolectada y los testimonios que recibimos de habitantes de la vereda Carpintero, en el resguardo de Huellas del municipio de Caloto, el pasado 16 de febrero a partir de las seis de la mañana hizo presencia un grupo de militares adscritos a la Fuerza de Tarea Conjunta Apolo. Constatamos que pertenecían a las brigadas Móviles Número 14, 17 y 37, y en el proceso de verificación pudimos encontrar cartuchos contramarcados con las iniciales “COPES” que son los Comandos de Operaciones Especiales del Ejército, específicamente de la Tercera División.

Campesinos e indígenas de la zona nos informaron que los militares llegaban a las casas de los pobladores, ingresaban a la fuerza y maltrataban a los indígenas señalándolos de ser guerrilleros o auxiliadores y les apuntaban con sus armas de dotación. En algunas casas los militares dispararon al interior de los predios en varias direcciones. Luego, utilizando los hogares indígenas como trincheras de ataque y de defensa, los militares dispararon indiscriminadamente sus armas de dotación desde y en dirección a varias viviendas de comuneros de la zona.

Varias personas señalaron que los efectivos del Ejército llegaron a un lugar donde al parecer se encontraba acampando una unidad de la compañía “Ambrosio González” de las FARC. Desde ese momento se registró la confrontación armada que duró una hora y media aproximadamente. Se entiende que en el intercambio de disparos los militares incautaron las armas presentadas a medios de comunicación horas más tarde. Los efectivos de la Fuerza de Tarea Apolo en su repliegue se ubicaron nuevamente en casas de civiles, otros ingresaron hasta el aula máxima de la institución educativa de la vereda y otros se apostaron en inmediaciones de la caseta comunal.

Cuando el enfrentamiento finalizó, las autoridades tradicionales y los indígenas decidieron concentrarse de manera preventiva en la caseta comunal de la vereda. El último reporte que se tiene es de 188 personas agrupadas. Al parecer esta cifra aumentó, pues a pesar de lo ocurrido, en horas de la noche dos aviones de guerra y un helicóptero realizaron bombardeos y ametrallamiento indiscriminado sobre la zona.

C.I: ¿Qué efectos pueden traer estos hechos sobre el cese al fuego unilateral declarado por las FARC y un posible acuerdo que lleve al desescalamiento del conflicto?

C.D: Con estos hechos es evidente la voluntad nula del Gobierno Nacional por desescalar el conflicto. Desde las organizaciones de derechos humanos hemos venido saludando los gestos que ha tenido la insurgencia en la vía de un cese de hostilidades. En contraste, lo que queda claro es que eso fue una operación ofensiva por parte del Ejército, al igual que las que se vienen denunciando y verificando a lo largo y ancho de la geografía nacional. Esperamos que estos hechos no afecten el cese al fuego unilateral declarado por las FARC, porque son indudables los beneficios que trae tanto para las fuerzas en confrontación, como para la población civil.

En otras denuncias que se han presentado sobre operaciones ofensivas del Ejército, básicamente se afectaba a los combatientes, en este caso no solo se afectó a insurgentes; sino que también trajo consecuencias negativas para la población civil, y eso no puede seguir así. Ojala el gobierno entienda y de pasos certeros hacia un cese al fuego bilateral.

C.I: ¿Bajo este panorama, qué apuestas se están impulsando por estos días en el departamento del Cauca que conlleven a la construcción de paz?

C.D: Las organizaciones sociales y populares que participan de la Cumbre Agraria, Étnica y Popular, vienen impulsando una movilización nacional por la paz convocada para el 9 de abril. También se está convocando para el 24 de febrero un encuentro amplio por la construcción de la paz con justicia social en el municipio de Caloto. En este evento esperamos abrir un espacio de reflexión en varias vías. Primero sobre la crisis humanitaria que está viviendo el norte del Cauca, por la nueva presencia de grupos paramilitares que se autodenominan águilas negras, las amenazas, los homicidios y las capturas; hechos que tienen muy alarmados a los caucanos.

Esperamos conocer de primera mano los análisis que hay sobre el informe “Contribución al entendimiento del conflicto armado en Colombia” entregado recientemente por la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas.

De igual forma, se pretende abrir la discusión sobre los impactos del cese al fuego unilateral decretado por las FARC, discutir y acordar entre las organizaciones participantes los mecanismos de verificación. Finalmente poder socializar el segundo informe de verificación del Frente Amplio por la Paz sobre el cese al fuego unilateral declarado por la insurgencia.