14 jun. CI.- Ernesto Guevara Serna nació el 14 de junio de 1928, en Rosario, Argentina. El primogénito de una familia acomodada con ideas inclinadas al liberalismo de la época, es actualmente reconocido en todo el mundo como el revolucionario e idealista más grande que ha tenido Latinoamérica.

A pesar de haber nacido en Rosario, pasó su infancia y adolescencia en la provincia de Córdoba, debido a las dificultades respiratorias que le afectaron durante toda la vida.

Asmático, torpe para bailar por su escaso sentido del oído, jugador ocasional de rugby, declarado no apto para prestar el servicio militar, médico de profesión, combatiente y revolucionario por naturaleza, así fue el Che Guevara.

Antes de recibirse como médico emprendió el viaje que cambiaría su vida para siempre. Junto con su amigo Alberto Granado, a bordo de una motocicleta, iniciaron su viaje en el sur de Argentina, pasaron por Chile, Bolivia, Perú, Colombia y finalizaron en Venezuela 9 meses después.

Recorriendo Latinoamérica

El primero de sus dos viajes por el continente inició el 4 de enero de 1952, desde San Francisco, Córdoba, siguiendo por provincias de Argentina hasta llegar a la capital. La “Poderosa”, como llamaron a la motocicleta de Granado, tuvo que ser abandonada en Santiago de Chile, desde donde continuaron su viaje a pie, como polizontes en los buques de carga o como huéspedes en las partes traseras de camiones.

Así llegaron a la mina de cobre de Chuquicamata, en Chile; en esta parte del viaje Guevara logró sentir y ver de cerca la desigualdad y la explotación social que ha resistido el pueblo latinoamericano desde el inicio de las colonizaciones. Este hecho, sin duda, representó el nacimiento del revolucionario que el estudiante de medicina había mantenido oculto.

Su expedición se extendió por el nuevo continente, viviendo cada vez más de cerca las necesidades del pueblo latino. Al finalizar el viaje, Ernesto decidió volver a Buenos Aires para recibirse como médico en el año 1953. Desde entonces el médico argentino desarrolló su vocación revolucionaria y combatiente contribuyendo al golpe de Estado en contra de Jacobo Árbenz.

Después de este hecho decidió ir a México, donde conoció primero a Raúl y luego a Fidel Castro, protagonistas del Movimiento 26 de Julio (M-26-7).

Simpatizando con los ideales de los hermanos Castro, Ernesto Guevara se comprometió en la lucha revolucionaria que se venía librando en Cuba, esta sería su segunda patria. El pueblo cubano guarda especial gratitud por su ayuda en la alfabetización de los campesinos residentes de Sierra Maestra, así como la fundación del diario “Cubano Libre”.

Hablar de Ernesto Guevara es hacer alusión al primer brote de rebeldía estudiantil en América latina referenciado actualmente con el Manifiesto de Córdoba. Manifiesto dirigido a los hombre libres que se convirtió en la base de la escuela revolucionaria del Che Guevara. Hoy su lucha por la soberanía del pueblo sigue vigente en cada uno de los hombres y mujeres que día a día le apuestan a la construcción de una América empoderada, y un pueblo que resiste a las imposiciones colonialistas.

El Che en Colombia

Este ser humano es una figura revolucionaria universal. Sus ideas trascendieron cualquier frontera, incluso las geográficas, por lo que nuestro país reivindica la justicia social que Guevara practicó. Espacios emblemáticos como la Universidad Nacional de Colombia es testigo de ello y los colombianos y colombianas están bienvenidas a conocerlo.

La lucha anticolonialista en favor de la unidad por los pueblos oprimidos, que no son pocos, es una de las reivindicaciones de los procesos políticos y sociales en todo el mundo. El Che Guevara dejó sus enseñanzas en Cuba, las más bellas para la vida digna de un pueblo que no depende de nadie, pero también en varias naciones del continente africano.

El Che nos habla todavía de construir desde la práctica, desde el trabajo solidario y revolucionario. Nuestros pueblos campesinos, afrodescendiente e indígenas así lo ven y con estudio, trabajo y lucha organizada, construyen la paz. Tal y como las comunidades étnicas y obreras lo demuestran en las calles hoy en día.

Recordar al Che en su aniversario de natalicio es reivindicar los reclamos de los pueblos que han estado oprimidos durante siglos en la historia de Colombia. La lucha por la vida digna y la justicia social siempre estarán vivas, así como el Che.

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