La situación de vulneración de derechos humanos en el sur de Bolívar y en el norte del Cauca es la evidencia del juego doble del gobierno colombiano, pues mientras en La Habana está hablando de paz, en los campos colombianos está arremetiendo contra la población.

Los movimientos sociales en el país se han pronunciado en rechazo a las múltiples agresiones que han sufrido las organizaciones indígenas y campesinas en particular; y en general todo el movimiento social colombiano. Pues en la última semana se atacó brutalmente a los campesinos en el sur de Bolívar y a los indígenas en el norte del Cauca, donde se han presentado excesos de fuerza por parte del Ejército Colombiano y el Escuadrón Móvil Anti Disturbios -Esmad-.

Esto sumado a las cifras de represión para los movimientos sociales, pues en lo que va corrido del año se habla de más de 150 heridos y 700 personas desplazadas, sin contar las graves consecuencias a nivel económico y político sobre todo en municipios como Corinto, Suarez, Buenos Aires, Santander de Quilichao, Toribio en el Cauca, Acarí, en la región de Catatumbo y sur de Bolívar.

Además del panorama de persecución, ha sido evidente que el fortalecimiento de toda la estructura paramilitar ha aumentado el número de amenazas por medio de panfletos  y detenciones arbitrarias que hasta ahora han dejado en confinamiento cerca de 1500 personas y 30 asesinatos  selectivos.

Sobre esto, Luis Fernando Arias, Consejero Mayor de la Organización Nacional Indígena de Colombia -ONIC- denunció “Aquí en Colombia los movimientos sociales estamos viviendo por un lado una serie de amenazas y persecución por parte de los paramilitares y además de eso toda la represión por parte del Estado colombiano frente a quienes a través de la protesta social vienen reivindicando los derechos, como el caso del norte del Cauca donde ya tenemos 106 heridos, es decir el uso de la fuerza de manera excesiva que se ha utilizado con tanques, ejercito, policía, helicópteros, tratando de sacar a los indígenas del territorio que están reclamando como consecuencia de violaciones sistemáticas y de masacres que han ocurrido como la masacre del Nilo. Eso no se entiende realmente, pareciera que se estuviera en un escenario de confrontación y no a portas de un escenario de paz, de post conflicto como añoramos y soñamos todos los colombianos y colombianas, por eso nosotros hemos cuestionado esa actitud y esa doble moral del gobierno”.

Por tales razones, le exigen al gobierno responder a estas situaciones y dar garantías de protección a los dirigentes, organizaciones, comunidades, en general al movimiento social, pues al estar hablando de paz no puede dejar de dar garantía al ejercicio de la organización y movilización, en ese sentido, han dejado claro que seguirán con la protesta. Así lo afirmó Arias: “Nosotros vamos a seguir en nuestros procesos de movilización de manera pacífica, poniendo los temas en el marco de la mesa de la Cumbre Agraria, Étnica y Popular, exigiendo el cumplimiento de los acuerdos que hemos hecho con el gobierno nacional y el avance en la discusión del pliego que le hemos hecho. Es decir que exigimos avanzar en la discusión de estos temas y de resolverlos para que realmente las condiciones del campo colombiano y del país en general sean distintas a las que tenemos hoy”.