El 9 de Junio de 1954, miles de jóvenes, estudiantes y trabajadores iniciaron una movilización para exigir verdad y justicia sobre el asesinato de Uriel Gutiérrez Restrepo, estudiante de cuarto año de medicina de la Universidad Nacional que en la tarde anterior había recibido un disparo de fusil por parte de un policía.

Hasta la calle 13 con carrera 7 llegó la numerosa marcha a la que se sumaron expresiones estudiantiles de universidades y colegios tanto públicos como privados. En este lugar se encontraron con un pelotón de soldados pertenecientes al Batallón Colombia recién llegados de la guerra en Corea (primer enfrentamiento de la guerra fría). Los estudiantes, a través de sus voceros, solicitaron se les dejara pasar hasta la casa presidencial para dialogar con el gobierno militar de Gustavo Rojas Pinilla, quien había prometido escuchar las causas de la muerte de Uriel Gutiérrez. 

La respuesta que obtuvieron los jóvenes estudiantes fue un grito militar que ordenaba ¡fuego!. Acto seguido, ráfagas de fusil cayeron sobre la primera línea de la numerosa marcha que exigía justicia y respeto a la vida, donde 13 estudiantes cayeron a causa de las balas de un gobierno que se posicionó bajo la frase de “no más sangre, no más depredaciones”.

Dentro de los estudiantes asesinados se encontraron Rafael Chávez Matallana, adolescente del Colegio Virrey Solís; Hernán Ramírez, trabajador de 15 años del restaurante del parque nacional y Elmo Gómez Lucinch, piloto peruano que se encontraba realizando sus estudios en la Universidad Nacional.      

Después de las ráfagas de fusil, los soldados que provenían de Corea, persiguieron al resto de los estudiantes por la avenida Jiménez, dejando un saldo de 13 muertos, más de medio centenar de heridos y 500 detenidos entre los que se encontraban reconocidos académicos de izquierda.

Es por esta razón, que los días 8 y 9 de Junio en Colombia se conmemora el día del Estudiante Caído y Revolucionario.