Leona Vicario es una de las figuras más importantes de la lucha insurgente mexicana por conseguir la independencia del Imperio Español. Organizó y coordinó diferentes grupos para que se sumaran a la lucha independentista. Igualmente financió con sus propios recursos a los grupos insurgentes que a la postre consiguieron derrotar al ejercito español.

Nació en ciudad de México el 10 de abril de 1789, y creció en una familia que contaba con valiosos recursos económicos. Al ser hija única y quedar huérfana en 1808, heredó una importante fortuna la cual implemento en la causa libertaria.

Además de las riquezas y de ser apoyada por su tío quien fue su albacea, Leona recibió una esmerada educación, cosa poco común para una mujer durante aquella época. De la misma manera, su tío Agustín Pomposo le permitió vivir sola en una propiedad. Este hecho escandalizó a la sociedad de la época acostumbrada a las costumbres patriarcales. 

Tras conocer a Andrés Quintana Roo e iniciar ambos un romance, Vicario y Quintana se comprometieron con actividades a favor de los insurgentes que luchaban contra el imperio español.

Vicario, quien perteneció a la alta sociedad mexicana tuvo acceso a información privilegiada de las fuerzas españolas la cual hizo llegar a los grupos insurgentes. Igualmente, dio medicinas, cuidados, dinero y total protección a varios rebeldes.

En 1813, fue detenida por los españoles tras comprobarse su participación en actividades insurgentes. A pesar de que fue despojada de sus recursos económicos y encerrada en prisión no delató ni brindó información a los españoles de quienes consiguió escapar gracias a la ayuda de tres miembros de los grupos rebeldes.

Durante toda esta etapa de su vida debió huir junto a su esposo Andrés Quintana con quien tuvo tres hijas.

Tras el triunfo definitivo de los mexicanos sobre España, el congreso de México  reconoció la labor de Leona Vicario, no solamente ofreciéndole compensaciones económicas, sino además fue denominada como -La Mujer fuerte de la independencia-. También se destacó como política, periodista y poeta.

Tras su muerte, fue declarada Benemérita y dulcísima madre de la patria, cuatro días después de su muerte en 1842. Hasta la fecha es la única mujer mexicana que ha recibido funerales de Estado. Es reconocida como heroína, madre y fundadora de México. Igualmente escuelas, hospitales, calles, poblaciones entre otros han sido bautizados con su nombre.