El 25 de de julio de 1819, las tropas libertadoras comandadas por Simón Bolívar se enfrentaron al ejército español en el Pantano de Vargas, en cercanías al municipio de Paipa, actual departamento Colombiano de Boyacá. La batalla resultó un difícil reto para el ejército libertador el cual se encontraba agobiado por el cansancio, el hambre y las enfermedades, tras cruzar el Páramo de Pisba, luego de una jornada extenuante desde las llanuras venezolanas del Apure hasta las tierras boyacenses, a pocos kilómetros de la capital de la entonces Nueva Granada, hoy Colombia. 

El recorrido de la llamada Campaña Libertadora de la Nueva Granada inició en Tame, departamento de Arauca en Colombia. El ejército libertador estaba conformado por esclavos libertos, campesinos, peones, llaneros entre los miles que conformaban este ejercito sudamericano en los que estaban presentes venezolanos, colombianos y ecuatorianos. 

Simón Bolívar decidió el 12 de junio de 1819 que su ejército viajaría por distintas rutas. Una parte realizaría el viaje por la ruta de Pore usando el camino de Labranza Grande. El libertador iría con otra parte del Ejército buscando atravesar el Páramo de Pisba. Cientos de hombres acostumbrados al calor de la llanura debieron padecer la inclemencia del frío y la ausencia de avituallamiento. El hambre, el frío, el agotamiento físico, la muerte en el camino fue una constante de este difícil recorrido en el que perdieron caballos y armamento.

Hacia las 11 de la mañana del 25 de julio, el ejército Libertador se encontraría librando la batalla contra el imperio español. Bolívar logró reunir 2.200 hombres pues la mayoría venia desorganizada o rezagada por el difícil viaje. Los españoles contaban con 3000 soldados que se encontraban descansados y tenían  ventaja sobre el terreno. La batalla, que resultó feroz para ambos lados, se mantuvo bastante pareja hasta el momento en que el General Barreiro de los realistas, ordenó a sus tropas de reserva atacar; inclinando la balanza a favor de los españoles y desorientando a los sudamericanos. 

Hacia las seis de la tarde, cuando todo parecía perdido para el libertador y los suyos; Bolívar daría la famosa orden al Coronel Juan José Rendón. “Coronel, salve usted la Patria” Rendón atacaría con 14 llaneros, a los cuales se sumarian las últimas reservas de los 400 jinetes o lanceros con que contaba Bolívar. De esta forma los españoles se desorientaron y perdieron la batalla, la cual sería un estímulo psicológico para las tropas libertadoras y se sumaría al movimiento estratégico denominado Contramarcha de Paipa, que finalizaría con la decisiva victoria de Boyacá el 7 de agosto de 1819 del ejercito libertador. Según los patriotas ese día tendrían  un centenar de bajas, al menos 500 serían españolas.