José Gabriel Condorcanqui, más conocido como Tupac Amaru II, nació en Tinta, Perú, descendiente de los Incas y curaca (jefe nativo) de Surimaná, Tungasuca y Pampamarca. Tataranieto de Túpac Amaru, último soberano Inca ejecutado por los españoles en el siglo XVI.

Se educó con los jesuitas de Cuzco e hizo fortuna en negocios de transporte y el comercio de tierras y minerales. Su influencia sobre indios y mestizos le permitió liderar el mayor levantamiento contra las autoridades españolas del Perú, en 1780.

Tupac a la cabeza del mayor movimiento de corte indigenista e independentista en el virreinato del Perú, tenía entre sus propósitos pedir la libertad de toda América de cualquier dependencia, tanto de España como de su monarca, esto no sólo implicaba la autonomía política, sino la eliminación de diversas formas de explotación indígena (mita minera, reparto de mercancías, obrajes) así como de los corregimientos, alcabalas y aduanas. El 16 de noviembre de 1780, Túpac Amaru, decretó la abolición de la esclavitud negra por primera vez en el continente.

Con el apoyo de otros curacas, mestizos y algunos criollos, la rebelión se extendió, llegando a tener tropas de decenas de miles de combatientes. En respuesta, el virrey español Agustín de Jáuregui, ordenó el traslado de numerosos destacamentos para reprimir la rebelión, llegando a conformar un ejército de 17.000 hombres contra Túpac Amaru, mientras ofrecía concesiones a los indios para doblegar a los rebeldes.

Tal estrategia logró que, al caer Túpac Amaru vencido en la batalla de Checacupe (1781), fuera entregado por algunos de los suyos a los españoles, quienes le trasladaron a Cuzco, donde le juzgaron y ejecutaron. El virrey le hizo descuartizar y como ejemplo envió partes de su cuerpo a cada pueblo de la zona rebelde, intentando contener la rebelión, que se prolongó encabeza de familiares de Tupac, su primo Diego Cristóbal Túpac Amaru y su sobrino Julián Apaza Túpac Katari.

En Perú es reconocido como el fundador de la identidad nacional peruana. Fue una figura capital para el régimen colonial y desde entonces ha permanecido en el imaginario popular revolucionario.