Séptimo Día del Canal Caracol ha causado revuelo con la emisión de un seriado en horario Triple A sobre las comunidades indígenas de Colombia, haciendo énfasis en el Cauca y la Guajira, los dos departamentos con mayor población indígena. Henry Caballero Fula integrante de la Comisión de Paz del Consejo Regional Indígena del Cauca -CRIC- analiza este tema, señalándolo como un claro ejemplo de abuso del poder mediático.

Por Henry Caballero Fula*. El informe periodístico titulado: “Desarmonía: la flecha del conflicto” no solamente tiene como método el partir de situaciones particulares para llegar a conclusiones generales, sino que falta en rigurosidad en los casos que investigan, partiendo de un sesgo en contra de los derechos étnicos.

Al inicio se hace una descripción de la problemática de los indígenas desde la llegada de los españoles hasta la promulgación de la Constitución de 1.991 que reconoce derechos diferenciales a los mismos. Sin embargo de manera inmediata, se empieza a plantear que este reconocimiento ha sido negativo, mezclando imágenes de casos particulares de prostitución, jóvenes en circunstancias de descomposición social, violación sexual, “recuperaciones de tierra que ya tienen dueño”, etc.

Durante el desarrollo de los programas no hay indicadores que permitan hacer una comparación entre la situación inmediatamente anterior a la promulgación de la Constitución Política y la situación posterior. Sin embargo el mensaje que se transmite es el siguiente:

  • La autonomía indígena es algo negativo, lo único que ayuda es a unos dirigentes a enriquecerse corruptamente, mientras son perjudicados la comunidad en general y los sectores no indígenas.
  • Es un error de la constitución colombiana haber estatuido la consulta previa pues entraba el desarrollo nacional.
  • La jurisdicción indígena es otro error constitucional: se aplica contra la comunidad y es base de la impunidad y de la inmunidad para delincuentes indígenas.
  • Los indígenas tienen muchos beneficios y ello está generando descomposición y corrupción.

Las autoridades y organizaciones indígenas no fueron tenidos en cuenta en el programa para hacer una evaluación histórica; se entrevistó al consejero mayor del CRIC pero solamente para indagarlo acerca de un caso específico de jurisdicción indígena y sobre los recursos de reparación de victimas del Nilo. En cambio, la senadora Paloma Valencia tuvo canal abierto desde que comienza el programa para plantear evaluaciones sobre la Constitución. Es sabido que esta parlamentaria representa a una de las familias que más se oponen a los indígenas en el Cauca, y hace parte del sector político del expresidente Uribe que permanentemente se ha manifestado en contra de la consulta previa y de los derechos consagrados en la Constitución del 1.991. Para este sector no se trata de analizar las situaciones que se presentan sino de utilizarlas mediáticamente para lograr apoyos en la opinión pública en su animadversión contra los indígenas insumisos.

Otra persona que aparece de manera regular en el programa es la caucana Diana Perafan quien se pretende contextualizar como líder indígena, cosa que no es cierta, ya que no es de ningún pueblo indígena. Se desinforma desde Séptimo Día al presentarla de esta manera ya que ello le da un contexto de persona de la comunidad en contra de sus autoridades, representando un sector que estaría oprimido por la estructura actual del movimiento indígena.

El programa utiliza expresiones racistas, por ejemplo al hacer comparaciones poniendo por un lado la “población indígena” y por otro lado la “población normal”. Otro contenido racista se ubica al elaborar conclusiones sobre la organización social indígena, asumiendo irresponsablemente señalamientos sobre temas que los productores no han tenido la capacidad de estudiar o no se han interesado. Es completamente racista concluir desde un caso particular de 4 jóvenes indígenas que han caído en la droga, la violación y el asesinato que “los indígenas hoy son seres humanos quebrantados”.

A los dirigentes indígenas no se les contextualiza previamente en el contenido general del programa y antes bien se les coloca como en una indagatoria, pasando esto último también con los abogados del Colectivo José Alvear Restrepo e incluso con los funcionarios públicos que de entrada no contesten afirmativamente las preguntas inquisitorias de las reporteras del programa. Es asombroso como la periodista está presionado permanentemente a los indígenas dirigentes del CRIC o de los cabildos y a funcionarios públicos que pueden dar alguna luz sobre el tema, poniendo en cuestión cada frase que dicen, en tanto que los noveles editorialistas de Séptimo Día (así parecen) Paloma, Rangel y Perafan hablan sin ninguna interrupción y hasta sin presencia de periodistas.

El movimiento indígena colombiano está exigiendo el disponer de una réplica en un tiempo y horario similar en Canal Caracol. Igualmente se pone sobre la mesa, la necesidad que tienen los movimientos sociales de contar con programas propios en los medios masivos de comunicación.