04 jun. CI.- La campaña Somos Dignidad y el Observatorio de Derechos Humanos Oscar Salas dieron a conocer una carta en la que lamentan la muerte de Miguel Angel Barbosa, joven que murió este 3 de junio luego de permanecer un mes en estado de coma, debido a los golpes que recibió del Escuadrón Móvil Anti Disturbios -Esmad-.

“Querido Miguel Ángel:

Hoy el sol llegó con la noticia de tu muerte luego de estar más de un mes luchando por la vida ¡como siempre! Cómo me hubiera gustado conocerte, seguramente entre marchas y asambleas nos hubiéramos vuelto grandes amigos ¡cuántos sueños de libertad hubiéramos construido juntos!

Quiero que sepas que tus amigos, más muchas otras personas, seguimos defendiendo la vida, la libertad y claro, la educación pública para nosotras y todas las que vienen. En cada paso, en cada triunfo, en cada asamblea o movilización estás presente como esa promesa de construir un mundo mejor en honor tuyo y de todos los otros que, como tú, son ahora semilla de vida nueva.

Quiero contarte también que la noticia de tu muerte llegó durante el Paro Nacional. Miles de campesinos, indígenas, afro, jóvenes, estudiantes y trabajadores se están movilizando en toda Colombia; estoy segura que te hubiera encantado ver cómo la fuerza del pueblo hacía retroceder a la Policía y temblar de miedo a esos que tan mal gobiernan este país.

Me gusta pensar que en este momento te encuentras en un mejor lugar, sin miedos ni dolor y que allí, junto con Jhonny Silva, Oscar Salas, Gersain Cerón y Marco Aurelio Díaz, nos acompañas y sonríes. Hoy hubo movilizaciones, tropeles y cacerolazos en todas las ciudades; escucho las voces gritando las arengas “¿por qué nos asesinan si somos la esperanza de América Latina?” Te recuerdo y mi grito es más sincero que nunca.

Pienso en ti, en los tres compañeros asesinados y los mas de cien detenidos durante este paro, también en los 13 líderes capturados hace casi un año ¡cuántas formas tienen de matar! ¡temen tanto a la esperanza! Las movilizaciones siguen, nuestra gente avanza y mientras trato de desatar el nudo en mi garganta, comprendo que a pesar de la tristeza y de la rabia, nuestra misión es, como diría el poeta, defender la alegría como una trinchera.

La Policía, como era de esperarse, no se ha pronunciado, hay otros cínicos que nos culpan a nosotros de lo que te pasó como culpan al pobre de no tener qué comer. Hoy el día amaneció gris, los responsables de tu muerte siguen libres, algunos les llaman “héroes de la patria” y yo sigo sin hallar virtud en el asesinato de un joven soñador ¡cómo quisiera haberte conocido!

Querido Miguel Ángel, hoy quiero prometerte que vivirás siempre en la memoria de nuestras luchas y que la victoria de una educación pública y de calidad para los más pobres la conquistaremos en tu nombre. Te prometo, con todo mi corazón, que trabajaré fuerte cada día para que nuestro país tenga por fin un nuevo amanecer, donde el sol brille en una Colombia en paz, soberana, sin miseria y sin miserables como los que te arrebataron la vida; sé bien que más que una consigna, es un juramento: la sangre que derramaron la pagarán y aquí no descansaremos hasta ver tus sueños hechos realidad. ¡muchas gracias Miguel Ángel por la vida que nos das!

Con mucho cariño,

Una compañera de tantas que lamentan tu partida.»

El asesinato de Miguel Angel es el reflejo de la magnitud de las violaciones a los Derechos Humanos en Colombia por parte del Estado. Una razón más para desmontar definitivamente el Esmad ya que se ha convertido en obstáculo mortal para la paz en este país, para la participación política de su pueblo.