Diversas expresiones sociales y políticas que respaldan las iniciativas de paz y reivindican la memoria de las víctimas del conflicto se expresan este 9 de abril. Sebastián Quiroga, joven politólogo de la Universidad Nacional y vocero del Congreso de los Pueblos, relata a Colombia Informa su lectura frente al momento político del país, la paz y su perspectiva de esta jornada de movilización.

 

Colombia Informa: ¿Bajo qué propuestas se moviliza su organización?

 Sebastián Quiroga: Yo hago parte de una organización de jóvenes que se llama Tejuntas, que está peleando junto a otros y otras, para que se cree un servicio social para la paz como alternativa al servicio militar obligatorio; precisamente hoy hubo una importante reunión en la Comisión de Paz y ya pronto se radicará el proyecto de ley. Hoy, como Congreso de los Pueblos, nos movilizamos por los cambios que hay que comenzar a hacer para que haya paz. Santos se la ha pasado diciendo que hasta que no se firme no habrá cambios. No entiende que sólo si hay cambios habrá garantía de paz. Que los cambios no son premios a la guerrilla sino reclamos históricos de la gente que esa clase política ha despreciado.

Nos movilizamos por los cambios para que haya paz y eso es muy concreto: fin a doctrina militar (dentro de lo que está la apertura de alternativas al servicio militar obligatorio), fin a política entreguista de recursos y territorios, desarrollo de políticas sociales amplias, garantía de derechos. Por eso hoy decimos: construir paz es luchar contra el Plan Nacional de Desarrollo, porque si este avanza, lo que llegará es más hambre y desolación. Nos movilizamos como Congreso de los Pueblos y siendo parte del movimiento social sabemos que, pese a los acuerdos entre insurgencia y Gobierno, el movimiento social sigue padeciendo la más cruenta guerra. 

C. I.: El presidente Santos acaba de afirmar en una entrevista a la agencia Reuters, que el principal obstáculo del proceso de paz con la guerrilla de las FARC, es el de su negativa a «aceptar justicia y enfrentar castigo». ¿Qué opinión tiene frente a esta declaración, teniendo en cuenta que se agotan los puntos de discusión pactados?

S. Q.: Esta es sin duda una discusión muy difícil en lo político y en lo jurídico, y frente a esto hay visiones tan diferentes como frente a la paz: las víctimas tienen sus visiones, el Establecimiento, la insurgencia y los movimientos populares. El presidente Santos, Uribe y el Estado tienen una visión de la paz cuyo eje es el castigo y la desmovilización de la insurgencia. Quieren que ellos paguen todo el costo histórico del conflicto. Mientras tanto los que azuzan la guerra por parte del Estado siguen estando impunes o en «exilio”. El Estado plantea en la negociación una visión de derrota sobre la guerrilla, hecho inaceptable en una mesa de diálogo, pues hasta donde sé, aquí no hay una rendición sino una negociación política. Por eso habla de “castigos y de justicia”; es una de las formas de ver el asunto.

Para el Congreso de los Pueblos la discusión crucial es frente a cómo logramos unos cambios y unas transformaciones que posibiliten la paz, y en ese marco, pensar las decisiones concretas que eso significa. En ese momento habrá que pensar qué hacer judicialmente con Uribe, por ejemplo. Es decir, hay unas responsabilidades de todos los sectores sociales y políticos que deben evidenciar la memoria histórica del conflicto y hay unas perspectivas de futuro que también deben ponerse a jugar para tomar este tipo de decisiones. Para esto es necesario la unidad de la izquierda y de todos los sectores que están a favor de terminar el conflicto armado por la vía del diálogo.

C. I.: Se viene manifestando desde múltiples sectores de la sociedad colombiana la necesidad de concretar, y públicamente, los diálogos entre Gobierno y Ejército de Liberación Nacional -ELN-. ¿Cuál cree que es el rumbo que debe tomar este proceso?

S. Q.: Los diálogos con el ELN son la gran ausencia de estas jornadas de movilización y de este ambiente que a veces parece tan festivo y a veces tan amargo. Es una ausencia que muestra las falencias del proceso que el Gobierno impulsa; diferencias en las visiones y falta de condiciones para un proceso de paz más efectivo.

El ELN ha sido muy reiterativo en su afirmación de la necesidad de formalizar los diálogos. En eso no se ha quedado solo, pues no es un reclamo de la organización guerrillera. La participación en la solución política al conflicto armado es una garantía de paz en una visión de construcción estable y duradera, y en eso queremos ser enfáticos, porque el Gobierno estigmatiza posiciones como si fueran de solo un sector, cuando son exigencias de múltiples sectores de la sociedad colombiana.

La participación es una condición objetiva para que haya paz. Puede haber fin de la guerra si se quiere, pero si las mayorías continúan empobrecidas, excluidas y marginadas, la grieta de la violencia seguirá abierta. Santos debe ver esto con toda claridad para poder tomar las decisiones que son pertinentes en este momento.

En ese sentido, creo que para poder avanzar en la mesa con el ELN hay que realizar varias tareas entre las cuales destaco: movilizar toda la confluencia que hoy respalda el proceso de La Habana a exigir la concreción inmediata con el ELN con la misma fuerza y energía; a la vez, deben cesar los ataques de toda índole a los liderazgos de los sectores sociales y populares. El Estado tiene la responsabilidad de generar confianza y ambiente de paz y de retroceder la legislación que es lesiva contra el pueblo. Esta mesa, sin duda, debe tener una metodología diferente, que ponga a la sociedad y la ciudadanía popular en una centralidad destacada.

C.I.: ¿Qué se debe esperar del Congreso de los Pueblos en las ciudades?

S.Q.: Nos estamos disputando las ciudades y lo vamos a hacer cada vez con más fuerza, son las ciudades en las que hemos padecido la aplicación de un modelo excluyente puesto al servicio de los negocios. La disputa es: territorio para la vida digna o para el capital. Desde hace ya algunos años venimos impulsando un proceso de construcción de movimiento urbano nacional para participar de esa disputa. Lo hicimos durante el encuentro urbano realizado en Bucaramanga en 2013 y también el año pasado en el marco del Foro Urbano Alternativo realizado en la Universidad de Antioquia. En esa medida, impulsaremos una campaña por la vivienda digna, el hábitat y los servicios públicos.