04. feb. CI.- Bogotá fue escenario, desde el primero de febrero, de una grave tragedia ambiental por la propagación de incendios en los cerros orientales de la ciudad. Según habitantes de la zona, hechos como este se repiten todos los años y son agravados por la irresponsable actitud de los militares del Batallón de Logística que allí entrenan. 

La emergencia por los incendios de los cerros orientales ocasionó que se dictaran medidas de evacuación en centros educativos, universidades y edificios gubernamentales en el centro de la ciudad. Una densa capa de humo, acompañada de lluvia de cenizas, llevaron a la Secretaría de Ambiente de Bogotá a declarar la alerta amarilla. 

El incendio forestal activo los planes de emergencia de las entidades técnicas especializadas en la prevención del riesgo y provoco que se decretara la alerta amarilla por parte de la Secretaria Distrital de Ambiente –SDA-, por la calidad del aire en la ciudad, apoyada en el índice Bogotano de Calidad de Aire –IBOCA-, que alerto sobre el alto nivel de concentración de material particulado, entre 35.5 a 55.4 mg/m3 en PM 2.5.

William Oquendo, habitante del sector, declaró que “cada año, por estas fechas, pasa lo mismo. Esta vez se descontroló y llegó muy lejos el incendio”. Según su testimonio, siempre se concluye que son desechos o materiales de los militares los culpables de las conflagraciones: “Cuando revisamos la fuente del incendio, siempre encontramos bolsitas de dotación de alimentos del ejército, botellas, explosivos”.

A lo que se suma, las denuncias de la Mesa Ambiental de los Cerros de Bogotá, quienes afirman “El incendio en los cerros orientales, habría sido ocasionado por militares del Batallón de Logística del Ejército, donde se suele realizar prácticas de tiro, lo que implica la disposición de material explosivo en la zona de reserva de los cerros”.

A pesar de que la zona está declarada como reserva, en el sector opera un Batallón de Logística y, según Oquendo, tienen dispuesto un polígono que sería el culpable de la emergencia: “Todo indica que se quemó un  material explosivo que estaba guardado en el polígono. La teoría de que inescrupulosos lo habrían provocado es cierta. Sí, pero inescrupulosos con uniforme”, sentenció. 

Según las autoridades a pesar de que llovió el día de ayer, el incendio aun no se ha extinguido y se encuentra controlado en un 80%. Hasta el momento destruyó 20 hectáreas de bosques.

¿Respuesta distrital efectiva?

Para la atención de la emergencia en los cerros orientales en el sector de San Blas, se activó un Puesto de Mando Unificado – PMU integrado por el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático -IDIGER-, personal de la -UNGRD- y demás instituciones del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, al que se sumó el apoyo de la Fuerza Aérea Colombiana con tres helicópteros que trabajaron en las descargas del líquido retardante y el Ejército Nacional, representado en la presencia de aproximadamente 300 hombres para el control de la conflagración.

Pero las acciones de respuesta encaminadas al control y a la mitigación de la conflagración dejan muchos inconformismos, los cuales se evidencian al escuchar algunas declaraciones de habitantes y trabajadores de la zona del centro quienes atestiguan que “las acciones institucionales de mitigación fueron demoradas y solo actuaron cuando se hicieron evidentes las llamas”.

Pero el tema va más allá de la mitigación de la conflagración, ya que el incendio forestal, también es una prueba para la actual administración del alcalde Peñalosa, esta vez por el manejo de la alerta amarilla decretada por la SDA. Ya que las  acciones de mitigación a las futuras consecuencias para la salud de los bogotanos derivadas de la calidad del aire, por parte del gabinete distrital aún no se conocen y según Eduardo Berhentz, decano de ingeniería de la Universidad de los Andes, “la alerta amarilla implica riesgos en la salud”.

Contexto

Los hechos ocurren en medio del debate sobre la preservación de la reserva Van Der Hammen,  catalogada por el Alcalde Enrique Peñalosa como “potreros”.  En esta polémica, los ambientalistas han afirmado que la legislación defiende las 1.395 hectáreas de la reserva, a través del Acuerdo 011 del  19 de julio de 2011. 

Un dato curioso que se debe tener en cuenta es que hace 25 años, el país vivió una situación similar. Hubo incendios de enormes proporciones en los cerros orientales, los santanderes, Boyacá y Cundinamarca. Las tragedias ambientales anticiparon el apagón que sufrieron los colombianos en el año 1992, en el gobierno de César Gaviria: ¿estaremos avanzando a una nueva crisis energética?

CI MP/GT/MP/04/02/16/9:00