En el Resguardo Inga de Condagua se han congregado al menos 700 personas pertenecientes a 14 pueblos indígenas movilizados desde otras regiones de Putumayo, Cauca y Nariño, en el paro que han denominado “minga de resistencia”.

 

Este martes 21 de agostó desde las 4:00 am, indígenas de los pueblos Cofán, Nasa, Pasto, Siona, Embera, Awá, Witoto, Pinga, Kamentsa y otros cuantos empezaron un paro como forma de reclamo al Estado por acuerdos incumplidos y procesos estancados. De fondo los manifestantes exigen la detención de proyectos de explotación de recursos naturales a cargo de empresas multinacionales, la solución política del conflicto armado y la prestación efectiva de servicios de salud, educación e infraestructura vial; situaciones que al cumplirse garantizarían los derechos culturales de los nativos, según ellos referentes básicamente a la conservación de sus tradiciones.

De esta manera, en el  todas y todos están recibiendo los alimentos preparados comunitariamente, durmiendo en hamacas cuando no llueve o en cambuches cuando sucede lo contrario, y cuidando unos de otros.

Las y los indígenas en realidad se reunirían para cumplir una cita que el Gobierno nacional canceló a última hora, por lo cual cerca de 700 persona coincidieron en el mismo lugar y con las mismas motivaciones. Como resultado de su indignación, hoy se mantienen en minga de resistencia.

“Los acuerdos pactados entre indígenas y gobierno tras la movilización del pasado 14 de julio, igual que aquellos plasmados en el acta firmada el 26 del mismo mes, no se han cumplido. Nos llamaron para dialogar el 3 de agosto, luego postergaron el encuentro para el 16 y 17 de agosto y tampoco vinieron, por eso estamos aquí”. Afirmó Menando Garreta Chindoy, docente en Mocoa.

Con respecto a las actividades extractivas en esta región de Colombia, de empresas como Ecopetrol, Gran Tierra, Ener All, Alange Energy, Petrobank Energy and Resources, Talisman Energy, B2 Oil and Gas Project, Anglo American PLC, Anglo Autraliana BHP, AngloGold Ashanti, Greystar Resources, Drummond, Muriel Minning, sumadas a las concesiones territoriales que Corpoamazonía e incluso Parques Nacionales Naturales les ha otorgado y al apoyo que el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) brinda a la  Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) , Menando dice que estas son desarrolladas en zonas de cacería, pesca, siembra de comestibles y plantas medicinales, estratégicas para la supervivencia de las comunidades indígenas.

“El Putumayo ya no es Amazonía sino distrito petrolero y minero”, sostiene Menando quien aclara que, aunque la minería es un oficio realizado desde hace siglos con el propósito de comerciar con indígenas de otros pueblos, es decir de “truequiar”, no se ha hecho a gran escala ni con la intención de esclavizar personas o devastar la naturaleza. Y añade: “la presencia de las multinacionales es una nueva invasión pero con mayor fuerza, son profesionales… nosotros no somos iguales porque no hemos crecido para destruir, somos parte de la naturaleza ¿y si acabamos con ella, cómo vivimos?; entonces si otros la dañan nos dañan a nosotros”.

Por otro lado, según Menando el conflicto armado colombiano agudizado desde el año 2000 en Putumayo, concentrado en el control territorial para cultivar coca, palma africana y maderables comerciales, ha cobrado la vida de varios indígenas entre hombres, mujeres y niños en circunstancias directamente relacionadas con la presencia de actores armados legales e ilegales, tales como amenazas a líderes, combates bélicos y activación de minas antipersona.

Así mismo los manifestantes demandan el reconocimiento del Estado y toda la sociedad, de ejercer plenamente sus costumbres ancestrales. Por ejemplo el derecho a curar a sus enfermos con la medicina indígena pero también a recibir un óptimo servicio de salud cuando ellos requieran tratamientos complejos; el derecho a tener centros autónomos de enseñanza donde conserven sus lenguas nativas y creencias.

La condición de las carreteras de Putumayo es otro punto que los inquieta. “No sé que es lo que tanto diseñan los ingenieros y arquitectos, si la mayoría de las vías principales y terciarias están malas, casi intransitables hasta para los vehículos que tanta riqueza sacan de aquí”, reclama Menando.

Las comunidades ahora reunidas en el Resguardo Inga de Condagua esperan que campesinos y afros de la región también apoyen el paro.