Por Colombia Informa, desde Panamá. El Frente Amplio por la Democracia (FAD) se define como la expresión electoral de sectores sindicales, indígenas, campesinos y juveniles. Surgido del Frente Nacional en Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (Frenadeso), se presenta por primera vez a elecciones con la expectativa de conquistar alcaldías y bancas en la Asamblea Nacional.

Este domingo, 2 millones y medio de panameños estarán convocados a renovar por completo el poder político en su país. Así sucede cada 5 años desde 1994, cuando se estabilizó el sistema democrático electoral después de la invasión norteamericana. En Panamá no hay elecciones de medio término ni renovación parcial de parlamentarios, todo se concentra en una única elección quinquenal. Además de fórmula presidencial, este domingo estarán en juego 20 bancas al Parlamento Centroamericano, los 71 escaños de la Asamblea Nacional, las 77 alcaldías y los 648 representantes de corregimientos (concejales).

Tres empresarios libran una disputa aún abierta por la presidencia, en representación de las fuerzas políticas tradicionales expresadas por el Partido Revolucionario Democrático (PRD), Cambio Democrático (CD) y Panameñistas. Una cuarta fuerza, el Frente Amplio por la Democracia (FAD) hace su debut electoral encabezada por un líder sindical combativo, que no llegará a la presidencia pero que confían dé impulso a que la izquierda pueda ocupar algunas alcaldías y diputados en la Asamblea Nacional. 

El oficialismo expresado por el derechista Cambio Democrático lleva como candidato a la presidencia al empresario textil José Domingo Arias, exministro de Vivienda del actual gobierno encabezado por el magnate Ricardo Marinelli. 

El gobierno actual llevó adelante una gestión neoliberal, alineado con la derecha continental y los Estados Unidos, enfrentado a sindicatos, campesinos, estudiantes y comunidades indígenas. 

A nivel regional, Martinelli encabezó los meses pasados el apoyo a la ofensiva golpista en Venezuela promoviendo que la OEA intervenga en el vecino país, lo que generó la ruptura de relaciones por parte del gobierno de Nicolás Maduro. Fue entonces cuando el presidente panameño cosechó el apoyo de su principal aliado, Álvaro Uribe Vélez: «Necesitamos voces firmes como la de Martinelli», expresó el exmandatario y actual senador electo colombiano.

Sindicatos, entre huelgas y el debut electoral

La construcción de torres y edificios en la capital, 8 kilómetros de infraestructura para el Metro y la ampliación del Canal de Panamá pusieron a esta rama de la industria en un lugar preponderante de la actividad económica en Panamá. El Sindicato Único de Trabajadores de la Industria de la Construcción (Suntracs) es el gremio más fuerte del país, aún desde antes de esta explosión de inversiones y megaproyectos. Desde el 21 de abril los albañiles declararon una huelga que tiene paralizada a «más del 98% de las obras en construcción», según informó en conferencia de prensa su secretario general, Samuel Mendez. Al mismo tiempo se declararon en huelga distintas Asociaciones de Educadores, paralizando el curso lectivo escolar. Los constructores reclaman aumento de salarios, un bono navideño y alimentación en los centros de trabajo, exigencias que sintetizan en la consigna «condiciones dignas ante la multimillonaria industria para la que trabajamos».

Pero el Suntracs es, además, el principal sostén del Frente Amplio para la Democracia (FAD), coalición de izquierda surgida del Frente Nacional por los Derechos Económicos y Sociales (Frenadeso) que lleva como candidato a la presidencia al reconocido dirigente sindical de ese gremio, Genaro López. Otros sectores que sostienen la coalición electoral son la Unión Campesina de Panamá (UCP) y el Frente Estudiantil Revolucionario (FER).

La superposición de huelga y campaña electoral le dio a los dirigentes del FAD mayor visibilidad, aunque los principales diarios y noticieros televisivos hicieron de ello un argumento para la descalificación. Los sindicalistas, debutantes en la arena político electoral pero de amplia experiencia en la lucha sindical y política, debatieron acerca de las ventajas y desventajas de la situación, pero la medida de fuerza se sostiene. «La huelga se decidió en las bases, y eso se impone. La campaña electoral debe ser para fortalecer la organización del pueblo, nunca para condicionarla», explican.

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Frenadeso Noticias (Panamá)