27 jun. CI.- El 23 de junio se llevó a cabo en la ciudad de Medellín la celebración internacional que reivindica la necesidad de un abordaje más humano al problema mundial de las drogas. Apoye, no Castigue, Colombia 2017, fue el lema del evento realizado en la Universidad de Antioquia, el cual reunió a cerca de siete organizaciones sociales y desarrolló paneles sobre de los retos del activismo social en la política de drogas a nivel mundial.

Durante la jornada de trabajo se abordaron tres ejes temáticos: 1. Conversatorio entre cultivadores y representantes de los consumidores de sustancias psicoactivas (extremos de la cadena del narcotráfico) sin intermediarios; 2. Debate entre las organizaciones sociales acerca de las drogas, desde las perspectivas de derechos, consumo y cultivo, y 3. El panel de cierre frente a las plantas declaradas ilícitas, realidades y proyecciones.

Entre los objetivos de la campaña internacional Apoye, no castigue se encuentra la promoción para reformar la política de drogas, la despenalización frente a los delitos menores y no violentos asociados con drogas, así como la profundización de la inversión en respuestas efectivas para la reducción de daños para las personas consumidoras de sustancias psicoactivas. Julián Quintero, director ejecutivo de la Corporación Acción Técnica Social –ATS– anunció: “El día de la Acción Global, Apoye, No castigue, es una iniciativa de la sociedad civil a nivel mundial de las organizaciones que trabajamos el tema de drogas. Desde mediados de los años 80 esta fecha conmemoraba un día de lucha contra las drogas y  hay que cambiarle su significado. Nosotros estamos en contra de la guerra fallida contra las drogas”.

Así pues, esta campaña realizada desde el año 2013 gira en torno a los argumentos que describen el actual sistema de fiscalización de drogas y los múltiples efectos colaterales que definen su fracaso, además de la evidente necesidad para reformarla. Situaciones como la criminalización y la persecución a los eslabones más débiles de la cadena del narcotráfico -consumidores y cultivadores-, que participan de esta economía de subsistencia, demuestran la pretensión que la campaña adelanta para ubicar el cultivo y consumo de drogas en el tema de la salud pública, ligada a la reducción de riesgos y el reconocimiento de los consumidores como actores sociales, como el nuevo paradigma de la política de drogas internacional.

En Colombia esta campaña renueva su importancia en tanto que durante la última década nuevos imaginarios y marcos lógicos resignifican el tema de las drogas. Esto en armonía con los demás países del continente que desde diferentes modelos abordan la defensa de los derechos humanos, la salud pública y la necesidad de construir una política pública veraz, efectiva y basada en la evidencia científica. Uruguay es uno de los países ejemplares, ya que evita el modelo hegemónico norteamericano de la criminalización, e implementa actualmente una regulación estatal de la producción y consumo de marihuana.

Para Colombia la lucha contra las drogas y sus consumidores, durante los últimos veinte años en el marco del Plan Colombia, ha dejado varios casos de corrupción, miles de víctimas y un país que se mantiene como el principal productor de cocaína en el mundo. Sin embargo, Colombia se perfila como promotor del cambio en materia de política de drogas ante la compleja situación. La reciente legalización de la marihuana medicinal, el cese de la aspersión con glifosato a las plantaciones de coca, y la disminución en la persecución a los eslabones débiles de la cadena del narcotráfico evidencian este cambio.

Los resultados del evento posibilitaron varias reflexiones desde la sociedad civil y la academia, como la importancia del enfoque de género en la implementación del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito -PNIS- fue un tema destacado a lo largo de la jornada, así como la prioridad que merece la implementación del Acuerdo de Paz entre las FARC y el Gobierno, pues los puntos 4.2  “Programas de Prevención del Consumo y Salud Pública” y 4.3 “Solución al fenómeno de producción y comercialización de narcóticos”, no han sido adelantados por el Gobierno Nacional, mientras que la erradicación de plantas coca sí.

Abrir el debate democrático y pensar desde todos los sectores las alternativas al problema de las drogas ilícitas permitió durante la jornada empoderar a la sociedad hacia la construcción de Colombia como un país en paz y respetuoso de los derechos humanos. Es la segunda vez que se celebra en Colombia este evento, pues el año pasado la ciudad de Bogotá fue su anfitriona.

CI AC/DM/27/6/17/17:00