15 sep CI.- Para esta entrega final, la lucha por el agua expone su cercanía con el estudiantado y el protagonismo de las mujeres en el trabajo comunitario. Además, resaltamos el diálogo y las experiencias de investigación-acción participativa, la lucha feminista popular y su capacidad como motor de cambio social en favor de los pueblos.

Lucila y Gabriel son integrantes del Frente de Organizaciones en Lucha -FOL- desde Proyecto Hábitat, un colectivo de trabajo que, como mencionamos en la primera entrega sobre el Encuentro por el Agua, compartió su experiencia en torno al cuidado y preservación del medio ambiente: “Para presentar el proyecto partimos de la recuperación y mantenimiento de espacios públicos verdes para el enriquecimiento social, cultural, medioambiental y bueno, va de la mano con todos los aspectos de la vida cotidiana de la gente, inclusive la salud, que obviamente se ve impactada por la contaminación. Para eso nos basamos en el estudio del arroyo San Francisco que es el menos contaminado de los 4 arroyos que están en la zona. Los otros tres son: Las perdices, Las piedras y El Rey”-comenta Lucila.

Según las comunidades, evitar la titulación/loteo del territorio para la propiedad privada es fundamental. Las áreas de absorción de agua son una prioridad por el alto nivel de urbanización que allí se vive: la única absorción se da en el arroyo. Así que la idea es repoblar las zonas verdes con especies nativas y facilitar la absorción, prevenir la erosión e impulsar la biorremediación del territorio.

Son diferentes las cátedras de universidades que acompañan esta lucha popular: de biología, arquitectura, diseño gráfico, ingeniería y trabajo social por ejemplo. Todas para cubrir los aspectos por la defensa del agua de manera multidisciplinaria. La cuestión no es atender solamente la contaminación limpiando el arroyo sino hacer también un trabajo de concienciación orgánica con la comunidad, incluso en las instituciones. Los estudiantes no suelen ver estas cosas importantes dentro de sus carreras profesionales.

Ciencia para la vida digna

Este 1er Encuentro por el Agua, además de hacer confluir comunidades afectadas por la contaminación del agua, también reunió a distintos colectivos y trabajadores del lado de la academia, especialmente de las Ciencias Naturales. El encuentro sirvió para que se compartieran experiencias de trabajo territorial que se vienen haciendo desde varias universidades públicas de la provincia, que representan posibles salidas a la ausencia por parte del Estado frente a esta situación crítica. También se llevaron a cabo talleres participativos en los cuales se compartieron las investigaciones realizadas e incluso se analizaron niveles de arsénico, índice de saprobios y algunas variables fisicoquímicas de muestras que se trajeron al encuentro, desde distintos lugares de la provincia.

Una de las experiencias reconocidas, fue la del grupo CoSensores: un grupo conformado por investigadores y estudiantes de la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de San Martín. Según Estefanía Piegari, física e investigadora de la Universidad de Buenos Aires: “El propósito inicial del grupo, o lo que nos unió, fue la idea de poder aportar desde los conocimientos que adquiríamos dentro de la Universidad a las luchas territoriales en torno a problemáticas ambientales que tienen las comunidades. Entonces, nos propusimos poder generar herramientas para que las mismas comunidades puedan revelar la calidad del agua que consumen”.

Actualmente, el grupo viene acompañando varios procesos de organización en la provincia referidos a la contaminación del agua, principalmente producto de las fumigaciones con agrotóxicos en las que se basa el actual sistema productivo, generan herramientas que se puedan apropiar y utilizar en sus territorios para revelar la calidad de su ambiente de forma comunitaria y, además, contribuyen a la disputa de un lugar legítimo en la producción de verdad desde el campo académico, reconociendo el acumulado de saberes que traen las comunidades y proponiendo otra forma de hacer ciencia, alternativa a la tradicionalmente alejada de los intereses populares.

Similar es la experiencia del laboratorio de Limnología de la UBA, desde donde se acompaña la construcción de Proyecto Hábitat. La participación del laboratorio se da en el marco del desarrollo de varios estudios que se hacen sobre la cuenca Santo Domingo. Entre estos se destaca el desarrollo de artefactos de humedal para la descontaminación originada por los residuos cloacales y domésticos, la evaluación de distintos condicionantes urbanos sobre la abundancia y diversidad genética de E. coli y el desarrollo de un observatorio que evalúa el estado del arroyo San Francisco a lo largo del tiempo.

Los movimientos feministas

Durante el desarrollo del encuentro fue notable, como ya se ha visto, la participación de las mujeres. Maria Carmen, de San Miguel del Monte, contó que también participa de un colectivo feminista llamado Vivas – San Miguel del Monte, y la importancia que esto significa es vital para Maria: “Una se potencia con toda esta sangre joven. Además, las pibas tienen mucha fuerza».

«Esta organización “Vivas” tiene a su vez subcomisiones y hay una que trabaja sobre derechos humanos y violencia institucional que, logró hacer una gran concienciación y movilización. El pueblo como nunca se vio marchando en las calles, se hizo muy visible la bronca de la comunidad, el acompañamiento a los familiares, la solidaridad con el dolor. La verdad es muy triste pero bueno, es un hecho que empoderó en casi su conjunto a toda la población»-comenta Maria Carmen, a propósito de una situación de brutalidad policial que ocurrió en Monte, donde agentes de la Policía Comunal de San Miguel del Monte provocaron el pasado 20 de mayo la muerte de cuatro personas, de entre 13 y 24 años.

De igual manera, pudimos conversar con Ayelen y Lara, estudiantes de Biotecnología e Ingeniería Ambiental respectivamente, de la Universidad de San Martín y participantes del grupo CoSensores, acerca de las manifestaciones de desigualdad de género que se viven dentro del sistema científico -“En lo personal lo que me pasó al querer involucrarme en lo práctico y salir un poco del ámbito teórico fue que en los distintos lugares en donde me quise involucrar, se ve esta idea en dónde la ciencia siempre estuvo liderada por hombres y por ende son ámbitos muy machistas, donde se generan condiciones desiguales en las entrevistas, asignación de puestos para realizar trabajo de campo y ventajas jerárquicas, dándose a entender que la mujer es más apta para el trabajo de la oficina. En este grupo se plantea la ciencia no desde un lugar jerárquico sino horizontal, dándole un lugar a todas las personas…”, comenta Lara al respecto. “Si, va todo de la mano. Ayer lo que mencionábamos en las asambleas es que se viene un cambio de paradigma en el que está envuelto el feminismo, y dentro de ese paradigma también se replantea la manera de ver la ciencia, preguntarnos el para qué y el por qué de hacer ciencia. Me parece que es algo que se está acomodando e instalando y viene todo de la mano, es un cambio radical que se está dando y es bienvenido.”- agrega Ayelen.

Finalmente, luego de ver estas experiencias que resisten y construyen vida digna en medio de un gobierno neoliberal, como es el del Presidente argentino Mauricio Macri; es importante encontrar las situaciones que compartimos y nos identifican en Colombia con esta nación hermana. Recordar la defensa del páramo Santurbán en Santander, los procesos de consulta popular en Nariño, la pelea por la Reserva Van der Hammen de Bogotá es inevitable; aprender de las victorias y procesos argentinos también hace parte de la tarea por la defensa y permanencia en nuestros territorios.

CI KA/JA/15/09/2019/19:00