09 ago CI.- Obreros de la estación de bombeo Cusiana de la empresa petrolera Oleoducto Central S.A. -Ocensa- en el municipio de Tauramena (Casanare) piden sentarse a negociar la renovación del acuerdo laboral que venció el 30 de junio, en donde se reclaman condiciones sociales a los trabajadores.

Los trabajadores exigen un aumento salarial, así como condiciones laborales dignas a las mujeres que hacen el servicio a las locaciones, a los vigilantes, a los conductores y a los que operan las guadañas en el campo.

Llegar a acuerdos les costó a los trabajadores años de luchas y atropellos constantes por parte de la empresa y la fuerza pública, quienes en vez de cumplir la labor de defender los derechos civiles de la población, se ensañaron con el pueblo, protegiendo los intereses de las empresas privadas.

Los primeros acercamientos y posteriormente los acuerdos se dieron el 14 de abril de 2010, cuando luego de un paro que duró más de 40 días en el que se presentaron hechos de violencia por parte de la policía contra los trabajadores, lograron la instalación de las mesas de negociación (inversión social, derechos humanos, ambiental, laboral y de bienes y servicios) con las petroleras Ocensa y British Petroleum; en 2012 y 2015 consiguieron renovarlos, sin embargo a la fecha no se ha vuelto a saber de ninguna intención de la empresa por ofrecerle a sus empleados garantías laborales.

“La gerencia de Ocensa unilateralmente toma la decisión de subir el salario únicamente el IPC (índice de precios al consumo), que para nosotros no es aumento, porque ese es el costo de vida”, afirmó William Eslava, secretario general de la subdirectiva Unión Sindical Obrera -USO- Tauramena.

Los trabajadores aseguran haber agotado todos los conductos regulares, pasando una carta a la gerencia en donde anunciaban que se vencían los acuerdos y que necesitaban sentarse a replantear unos nuevos en donde se reivindicaran sus derechos sociales, sin embargo no obtuvieron respuesta por parte de los directivos de la empresa.

“Ya con este es el tercer mitin de agitación que realizamos a ver si responden, pero no. Nosotros estamos abiertos al diálogo, sabemos lo riesgoso que es para nosotros pensarnos en cerrar el campo pues hemos sido reprimidos por la fuerza pública en varias ocasiones, pero si no hay otro mecanismo, aunque no queremos, nos tocará”, expresó Eslava.

Dentro de las exigencias está la inversión social para la región, la cual afirman ha sido nula.

A su vez Eslava dijo “Que al menos hayan cinco becas que Ocensa le pague a nuestros mejores estudiantes del municipio en cualquier Universidad del país, así como el debido proceso cuando hayan llamados de atención a compañeros, pues sabemos de despidos injustificados; seguro funerario para las familias, ya que estamos en un país donde nos ponen a luchar por la miseria”

Eslava agregó que están conscientes de que con la posesión del nuevo Presidente de la República, Iván Duque, habrá una avanzada para callar a todos los que reclamen sus derechos.

“Vamos a tener una lucha fuerte, el escenario cambia y debemos prepararnos, eso no significa que desfallezcamos, no estoy invitando al miedo, invito es a la unidad, a la organización y a la lucha”

Ingreso de las empresas petroleras al territorio

En 1993 la British Petroleum (actualmente BP plc) empezó a hacer sus primeras exploraciones petrolíferas en el municipio de Tauramena; para el 1 de octubre del 94 ya habían legalizado las instalaciones Centrales de Procesamiento (CPF) y 14 días después Cusiana bombeaba 44.000 barriles diarios de crudo y 80 millones de pies cúbicos de gas natural, con proyección a 3 años de 500.000 barriles por día.

El municipio no estaba preparado para el impacto social que ocasionaría el Petróleo. Antes de que las empresas llegaran, la población era de aproximadamente unos cinco mil habitantes, y su eje de economía era la agricultura (sembraban yuca, arroz, café, plátano).

Cuando se realizaron las primeras exploraciones, se realizaron también desplazamientos forzosos a familias enteras para quedarse con sus tierras. 3 mil obreros de otras partes del país llegaron a un municipio cuya estructura sanitaria estaba diseñada sólo para los del pueblo.

Llegaron también los grupos armados y se construyen los primeros prostíbulos; empiezan a aumentar los embarazos en adolescentes y jóvenes y las cifras de madres solteras, algo anteriormente impensable para una comunidad campesina dedicada históricamente al cultivo de sus tierras.

Con la aparente “bonanza” del petróleo, muchos dejaron de cultivar sus tierras y empezaron a trabajar para estas empresas. Meses después realizan una reducción de puestos, dejando a cientos de personas sin empleo y ocasionando nuevamente un desplazamiento masivo, pues estas personas ya no eran dueñas de las tierras que antes cultivaban.

El daño ambiental también ha sido grande debido a la actividad petrolera como lo es el deterioro de los suelos, el deterioro en la calidad del agua, el deterioro de la calidad del aire por la emisión de gases, la alteración del paisaje para construir vías y perforar pozos, ocasionando daños de gran relevancia a la flora y fauna de la región.

La USO ha propuesto la creación del Gran Sindicato Mineroenergético, que participe de la creación de la Ley Orgánica de Hidrocarburos, la cual enfatice en las energías alternativas, zonas de reserva, nacionalización de recursos, que Ecopetrol maneje la mineroenergía como empresa estatal y que el modelo económico del país no sea de carácter extractivista.

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