29 mar. CI- Mientras el Gobierno utiliza el drama como estrategia mediática para fomentar la indignación nacional, los medios de comunicación hegemónicos sacan de la agenda de discusión temas de interés colectivo como la realidad socio económica del país, silenciando la violación de Derechos Humanos y el Terrorismo de Estado. Ante estos hechos, comúnmente se utiliza la expresión “Pan y circo”, sin embargo el arte circense es mucho más que eso.

En diversos escenarios se le reconoce como un halo de ilusión y ensueño, motor para desarrollar estrategias de cambio social, o Patrimonio de la Humanidad, la labor del arte circense pocas veces se dignifica. En este sentido y por respeto al trabajo que día a día llevan a cabo grandes artistas, es necesario dejar de nombrar como ‘Circo’ a los espectáculos bochornosos protagonizados por el Gobierno, cuya finalidad es el adoctrinamiento de las masas.

En la ciudad de Cúcuta, Norte de Santander, existen varios grupos de arte Circense: ‘Casa Teatro’, ‘Circo Frontera de Paz’, ‘Acro Dúo Elementos’, grupo ‘Manotas’ y ‘Circo Teatro los Duendes’. A través del arte pretenden despertar la consciencia de una ciudad que durante tantos años ha tenido que cargar con grandes cifras de muertos y desplazados a causa del conflicto armado y social.

“Uno empieza a construir personajes, facetas, y empieza a conocerse a sí mismo. Yo creo que una de las cosas que más me ha gustado del arte es que me permite explorar y enfocar lo que esté sintiendo en la risa, que es un lenguaje universal”, expresó Juan David Sayago, director del Colectivo Circo Teatro los Duendes.

Circo Teatro los Duendes es un grupo artístico local que ha realizado y compartido varietés en los diferentes barrios y comunas de Cúcuta; desde su labor han reivindicado la transformación a partir de los temas que aborda.

“Circo Teatro Los Duendes comienza aproximadamente en febrero de 2016, por un grupo de artistas independientes de Colombia y Venezuela. Nos reunimos a ensayar en el bosque del Malecón y un día propusimos montar un gremio que nos representara a nosotros mismos y que no necesitáramos de otras empresas que nos subcontrataran, ganando dinero con nuestro trabajo. En octubre de ese mismo año nos formalizamos con cámara de comercio y todas estas cosas”, comentó Sayago.

El arte circense es una herramienta transformadora; es disidente, persistente y asocia las diferentes problemáticas que se presentan en cada región, ciudad y localidad. “Con el Colectivo buscamos generar un espacio distinto al que puedan llegar todos. Lo que buscamos es alejar a las personas de estos grandes índices de violencia y que se familiaricen con el arte, generar algo distinto en las personas” añadió Anggie Cercado, integrante del Colectivo.

A pesar de que se creó la Ley 1493 de 2011 donde se pretende “reivindicar los espacios de arte circense”, no se ha vinculado a nivel regional un proyecto donde verdaderamente suplan los factores de riesgo que los artistas circenses sufren en cuanto a condiciones laborales, seguridad social, formación y apoyo económico.

El abandono estatal y las precariedades de esta labor son altas; es por ello que los artistas, grupos y gremios circenses trabajan de la mano con las comunidades desempeñando una labor de retroalimentación y reciprocidad. Así, el Circo busca llevar a cabo una lucha de labor solventada que le permita levantar un proyecto emancipador que, además de generar consciencia, dignifique el trabajo circense.

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