Días antes de la alocución del presidente Juan Manuel Santos, el pasado miércoles, en donde anunciaba el cese de bombardeos contra las Farc y la intensificación de ataques militares contra el Eln, en horas de la noche llegó a los correos personales de varios dirigentes, investigadores y funcionarios públicos un panfleto de las Águilas Negras Bloque Sur.

El panfleto fue dirigido a León Valencia Agudelo, Iván Cepeda Castro, Felipe Torres, José Aristizabal García, Gustavo de León Bonolis, Jorge Rojas Rodríguez, Ariel Ávila, Fernando Hernández Valencia, Adolfo Bula Ramírez, Gustavo Petro Urrego, Claudia López Hernández, Francisco Galán, Gloria Flórez y al colectivo de abogados José Alvear Restrepo.

En el panfleto se les amenaza de muerte por sus labores políticas y sociales en sindicatos, medios de comunicación, en ONG, organizaciones sociales o simplemente por ser funcionarios del Estado. La amenazada va dirigida tanto a ellos como a sus hijos y esposas.

Las Águilas Negras aparecen posteriormente a la supuesta desmovilización de los paramilitares y fueron denominados por el Estado como banda criminal; sin embargo, aunque hay múltiples interpretaciones de como opera este grupo armado, lo que sí es notorio es el empecinamiento en amedrantar al movimiento social e izquierda colombiana.

Aunque estas amenazas vienen siendo denunciadas desde el año pasado y las medidas cautelares se han tomado, queda el sabor amargo de la intensidad del conflicto y la reorganización paramilitar mientras múltiples sectores de la sociedad colombiana buscan alternativas a la guerra y apoyan los diálogos de paz.