Medellín, 2 dic. CI. El pasado 25 de noviembre, día mundial de la lucha por la no violencia contra las mujeres, se realizó en Medellín un toma cultural para denunciar todas las formas de violencia que persisten en la ciudad y el país y la urgencia de hacer consciencia frente a los feminicidios como una herramienta sistemática de violencia dentro del patriarcado. En este sentido, diferentes organizaciones de mujeres hicieron sentir su voz bajo el lema “Ni una menos”.

Mujeres de todas las edades vestidas de negro, con máscaras de catrinas, entre cantos, caracoles y tambores se tomaron el centro administrativo La Alpujarra, las calles y la Plaza de Botero con actos artísticos y simbólicos. Durante los actos de denuncia y conmemoración se escucharon consignas como: “de noche o de día, desnudas o vestidas, en la calle o en la cama que respeten nuestras vidas”.

Siluetazo

La actividad denominada siluetazo se desarrolló durante la campaña Vivas nos queremos. Ni una menos. Esta fue retomada de una acción colectiva que se produjo en Argentina durante la dictadura militar de Videla (1976-1983), la cual tuvo como objeto romper el silencio ante las desapariciones forzosas. En este sentido, en el marco del día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, el ejercicio del siluetazo consistió en una acción sorpresa al centro administrativo La Alpujarra en la que varias mujeres vestidas de negro, a partir del sonido de un caracol, comenzaron a pegar siluetas en el suelo, con el nombre de cada una de las mujeres que han sido asesinadas por su condición de mujeres en Medellín.

La acción tuvo como propósito visibilizar los feminicidios y hacer una denuncia al Estado frente a las violencias contra las mujeres, exigiendo rutas de atención más eficaces. Así lo mencionó Laura Blandón, integrante de la Confluencia de Mujeres Antioquia: “queremos visibilizar y hacer una exigencia al Estado frente a las violencias hacia las mujeres, reconociendo que estas muertes no son simplemente crímenes pasionales y que hay una responsabilidad del Estado ya sea por acción u omisión”.  

La violencia contra las mujeres y el sistema económico

Posterior a la toma y al siluetazo,  se realizó un recorrido hasta el Museo de Antioquia, los lugares transitados son zonas de “tolerancia” en la que el número de niñas y mujeres en condición de trabajo sexual es alto. Además de esto, la continua vulneración de los derechos y la constante invisibilización de las problemáticas de las trabajadoras sexuales  aumentan los índices de violencia,  así lo afirmó Marta Restrepo, integrante de la Red Feminista Antimilitarista: “acabamos de pasar aquí, por la Veracruz, y  las compañeras trabajadoras sexuales se nos acercaron para denunciar que las siguen golpeando, que las siguen asesinando”. Los asesinatos de estas mujeres coinciden con el patrón de la mayoría de víctimas de feminicidio: mujeres empobrecidas y precarizadas de la ciudad.

Un llamado de alerta que hicieron las mujeres en la movilización es que la violencia y los feminicidios son, en su mayoría, contra mujeres empobrecidas, es decir, la violencia de género tiene relación con el sistema económico “deja más vulnerable a las mujeres pobres, populares, trabajadoras, trabajadoras  sexuales y por eso estamos aquí haciendo un acto simbólico”, aseguró Lina Gutiérrez, de Confluencia de Mujeres Antioquia.

En Colombia, según reveló un estudio liderado por la Secretaría de la Mujer de Antioquia, en lo corrido del año van 399 feminicidios, con un 30% de casos ubicados en el departamento.

Ni un feminicidio más ni una mujer menos

En este contexto, la Secretaría de las Mujeres se unió a la campaña mundial con la iniciativa  “Ni un feminicidio más ni una mujer menos”, que busca comprometer a todos las esferas del Estado a asumir los crímenes de mujeres como algo que necesita ser combatido tanto desde lo cultural como desde lo político y legislativo puesto que, a pesar de la promulgación de la reciente Ley Rosa Elvira Celis (1761 de 2015) sobre los feminicidios, aún falta rigurosidad en el ámbito judicial para garantizar de forma efectiva su aplicación y cumplimiento.

La Ley de Feminicidios es reciente y básicamente reconoce la vida y los derechos de las mujeres; su objetivo es garantizar la investigación, sanción y la protección de la vida en escenarios como el hogar, el trabajo y la academia. Sin embargo, esta ley no impone penas más severas que el homicidio, sino que es más una conquista social que lleva a reconocer que a muchas mujeres las asesinan por el hecho de serlo.

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CC/DM/2/12/2015/12:02