22 ene. CI- Ante la decisión del Gobierno de Duque de levantar la mesa de negociación con el Ejército de Liberación Nacional –ELN-, pueblos indígenas, afros,  líderes y lideresas sociales piden que se reanude los diálogos.

El pasado 17 de enero de 2019, la Escuela de Cadetes de Policía General Santander fue víctima de un atentado con carro bomba, el cual dejó 21 muertos y más de 60 heridos. Días después, el ELN aceptó la autoría del atentado a través de un comunicado expuesto en su página web el día 21 de enero de 2019.

Al aceptar dicha responsabilidad del acto – el cual fue catalogado como terrorista por el Gobierno colombiano–, este decidió levantar la mesa de diálogos en Cuba. Igualmente, el Presidente Iván Duque ordenó quitar las condiciones que permitían que los delegados del ELN permanecieran en el país garante, reactivando la orden de captura de estas 10 personas.

La suspensión permanente de los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional –ELN– ha generado opiniones diferentes, no obstante en las zonas donde el conflicto armado ha tenido fuerte presencia, exigen la continuidad del proceso de paz.

Líderes y lideresas sociales, así como comunidades afros e indígenas en Arauca, Chocó, Norte del Santander se solidarizan con las víctimas del atentado a la policía y por esto le piden al mandatario que continúe con la mesa de diálogo con el ELN, ya que suspender las negociaciones solo generará más acciones violentas.

Glady Rosa Mena, lideresa social de la Fundación Comunal del Chocó afirmó que todos y todas las personas que trabajan por la defensa del territorio y los derechos humanos se encuentran amenazados y esto crea miedo no solo en ellos, sino en toda la población civil, quienes ya manifestaron sentir incertidumbre y zozobra ante la probabilidad de volver a los enfrentamientos, pues como es sabido son las comunidades de estas zonas las que quedan entre el cruce de fuego. 

De igual forma, los líderes en la zona del Catatumbo y Norte de Santander han solicitado reanudar las conversaciones, puesto que, desde que estaba pausado el proceso las confrontaciones entre ELN, Ejército Popular de Liberación –EPL– y el Ejército Nacional han aumentado.

Lo sucedido en estas zonas coincide con lo dicho por el líder social de la Asociación Campesina del Catatumbo –Ascamcat–, Juan Carlos Quintero, quien afirmó que cuando un proceso de paz se quebranta, la violación de derechos humanos es más evidente y la acción violenta es más cruda, así como también manifestó preocupación ya que los acuerdos realizados con las Fuerza Armadas Revolucionarias de Colombia –FARC– pueden verse afectados, ya que en zonas donde no existen los mínimos de seguridad es muy difícil lograr la sustitución de cultivos ilícitos, búsqueda de desaparecidos y el esclarecimiento de la verdad.

Igualmente, la Comisión Étnica para la Paz y la Defensa de los Derechos Territoriales, compuesta por la Organización Nacional Indígena Colombiana –ONIC–, el Gobierno Mayor y el Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano –CONPA– concuerdan que la mejor salida al histórico conflicto armado que ha tenido el país es el diálogo, para lograr solución política y frenar las masacres, secuestros y acumulación de víctimas que la guerra deja.  Así pues, los pueblos étnicos propusieron ser mediadores para que la única alternativa a la confrontación armada sea una solución dialogada.

La petición de continuar con el proceso de paz con el ELN, después de que ambas partes negociadoras han manifestado ser víctimas de ataques, es evitar más muertes y víctimas a causa del conflicto armado.

CI MF/FC/22/01/2019/16:30