2 jul. México. – Con un 62,67% de participación y con un 53% de la totalidad de votos, Andrés Manuel López Obrador, más conocido como AMLO o el Peje, ha sido reconocido por las instituciones del Estado mexicano y por sus contendientes como el nuevo presidente de los Estados Unidos de Méxicanos para un período de 6 años que iniciará el próximo 1 de diciembre y terminará en 2024.

Por Sandra Rativa Gaona* Es fundamental entender que las elecciones que acaban de pasar son históricas además porque se estaban definiendo 3.232 cargos de Elección Popular en todo el país. México eligió este 1 de julio a su presidente, pero también las Gobernaciones, las Alcaldías, el Congreso Federal de la Nación y los Congresos Estatales de casi todo el país. Recordemos que por el carácter federado del país, muchas de las elecciones a nivel estatal se realizaban en otras fechas y periodos, pero justamente como parte de una Reforma Política Administrativa de los últimos años, este proceso se ha ido unificando. Así las cosas, lo que se jugaba era casi toda la estructura política del país.

Quizá por esta magnitud, o quizá por la magnitud de los problemas de violencia generalizada del país, por el narcotráfico y por la crisis social que vive México, también es fundamental resaltar que esta campaña no ha sido una jornada pacífica y tranquila. Desde septiembre de 2017 cuando inició formalmente la campaña hasta el 1 de julio han sido asesinadas 138 personas relacionadas con la vida política, o bien como funcionarios públicos  o como candidatos o militantes de partido;  40 de estas 138 personas eran candidatas.   Dentro de la jornada electoral misma, se registraron diferentes denuncias por presencia de hombres armados que robaron, quemaron e impidieron las votaciones en diferentes puntos del país, siendo los estados de Puebla, Tamaulipas, Michoacan y Chihuahua los más afectados por este fenómeno.

¿Giro a la izquierda o giro a la democracia?

En México se conoce como “transición a la democracia” al periodo en el que el Partido Revolucionario Institucional –PRI- dejó de ser gobierno después de más de 70 años como del partido en el poder absoluto del estado. Esta transición se dio en el año 2000, cuando el derechista Partido de la Acción Nacional –PAN- ganó la presidencia, en cuerpo de Vicente Fox.

Aunque parece un dato menor, es fundamental para entender lo que ha pasado en estas elecciones; sin duda alguna el pueblo mexicano está harto del PRI (partido del presidente saliente Enrique Peña Nieto), quien en su larga carrera de ejercicio del poder cultivo la corrupción, el corporativismo y el clientelismo, y quien finalmente impulsó el neoliberalismo a través del TLC con Estados Unidos y Canadá, pero el pueblo mexicano también ha probado que el PAN solo responde a intereses de la clase empresarial y oligárquica de México, y que su política militarista y armamentista no ha dado otros resultados que una guerra contra el narco que deja más de 200 mil desaparecidos en menos de veinte años y una cada vez más evidente violencia cotidiana que ejercen los diferentes carteles en el país, siempre en complicidad con la policía y el ejército.

Esta voz del 53% de votantes ha dejado claro que este esquema PRI-PAN (conocido popularmente como PRIAN) no ha funcionado y que hay una nítida apuesta por un proyecto político alternativo, y con tintes de izquierdas, que ha prometido priorizar la resolución de los graves problemas sociales, atacar a la corrupción y buscar la pacificación del narco a través de la concertación y la construcción de pactos regionales. Alcanzar esto después de una muy larga y consolidada tradición electoral PRIIista es sin duda el mayor logro de López Obrador y de su partido Movimiento de Regeneración Nacional –MORENA-.

Algunas de las consignas que se gritaban anoche en las plazas eran “hoy vimos caer la mafia en el poder” o “No más PRI, No más PRI”

Ahora bien, lo que estamos viendo es que esta decisión del pueblo mexicano de castigar al PRI (y su coalición Todos por México) es fuerte, radical y nacional.  Por lo que indican las cifras del conteo inicial para la nueva composición del congreso federal, el de la nación (que está compuesto por 500 personas), es que MORENA (en alianza con el Partido del Trabajo y Encuentro Social) será mayoría en el parlamento, y que el PRI sería la tercera fuerza, por debajo incluso de La alianza Por México al Frente (PAN-Partido de la Revolución Democrática-PRD-Movimiento Ciudadano). Esta composición sin duda favorecerá además la gestión y gobernabilidad de AMLO durante su mandato; sin duda las reformas que ha prometido requieren una buena relación con el parlamento y con los poderes estatales, que en México son fundamentales por su grado de autonomía.

En resumen, lo que hemos visto ayer, es un grito del pueblo mexicano ante el poder más rancio y corporativo de las viejas fuerzas políticas del país, un grito de esperanza hacia un modelo que AMLO representa. No por nada en las redes sociales Andrés Manuel es  famoso  #AMLOVE

*Sandra Rativa Gaona. Socióloga, feminista ambientalista. Investigaora de Corporación Para la Educación y la Investigación Popular -Ced-Ins- e integrante del Congreso de los Pueblos. Corresponsal de Colombia Informa en México

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