28 jun. CI.- Ana Deida Secue, representante del equipo de paz de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca –ACIN-, reivindica el papel de las mujeres dentro de los procesos de Liberación de la Madre Tierra y la comunidad indígena Nasa. Sobre esto nos habla en el marco del Tercer Congreso Zonal, realizado del 15 al 21 de junio en el territorio de Tóez Caloto al Norte del Cauca.

“Las mujeres indígenas hemos apoyado históricamente la reivindicación de los derechos por la vida y el territorio. Por allá en el siglo XVI, los españoles enviaron al señor Pedro de Añasco para que fundara en el territorio de los indios yalcones, una villa española en la provincia de Timaná. Se trajo la desgracia europea queriendo acabar con nosotros los indígenas, y fue entonces cuando la Cacica Gaitana organizó a los pueblos indígenas, hasta que lograron tumbar al español. En ese sentido, tenemos un legado muy grande de poder resistir defendiendo el territorio y la vida”, señaló.

En el proceso de Liberación de la Madre Tierra “las mujeres indígenas apoyamos este ejercicio que se ha venido haciendo desde y por el territorio porque bien sabemos que hemos sido muy afectadas durante los años de conflicto latente. A la mujer indígena no se le ha reconocido el derecho, el uso y tenencia de la tierra. Como mujeres y madres estamos dispuestas a luchar por el buen vivir y la estabilidad de nuestros hijos dentro de los territorios, pero también porque podamos liderar y trabajar la tierra, porque así lo hemos demostrado: con la vida, con las entrañas, porque la tierra para nosotros es sagrada, es nuestra vida, nuestra madre”, afirmó.

Ana Deida manifiesta que la participación de las mujeres en los procesos políticos y sociales de la comunidad comienza desde el vientre. “Nuestros hijos e hijas cuando habitan en nuestro espacio sagrado están en un proceso de gestación que vincula el desarrollo del crecer en el vientre con las formas de relacionarnos con la Madre Tierra, el cordón umbilical transporta esa fuerza espiritual de ella, que es la que nos guía y nos da fuerza. Nuestro ejercicio como mujeres y madres Nasa, en principio, es para que nuestros hijos e hijas se vayan conectando y sientan en el corazón la energía tan fuerte de nuestra cosmovisión, de la forma de ver el mundo como mujeres y hombres Nasa”.

Al hablar del vientre como espacio sagrado agregó que “aunque los métodos de planificación van en contra de los principios de la comunidad, a las mujeres que deseen hacerlo, no se les negará el derecho de decidir sobre su cuerpo. En la historia de la familia Nasa, se podrán tener los hijos que la mujer pueda y desee tener, para nosotros tener un hijo con voluntad es la posibilidad de poder alimentar a la semilla de la vida, de aportar de vitalidad y alegría con otros seres a la naturaleza”.

Como líder de la comunidad, participó como coordinadora en la comisión de Minga Social y Comunitaria, en la que acentuó en la necesidad de articular esfuerzos colectivos para convocar el paro cívico que se planeará para el mes de octubre del presente año.  

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