Con la frase “yo defiendo el páramo de Santurbán” y a través de testimonios, canciones, carteles y volantes entregados tanto a transeúntes como conductores, se desarrolló el plantón convocado por el Comité del Agua en Cúcuta Norte de Santander, el día viernes 15 de noviembre en la tarde. Diferentes consignas por la defensa del agua y del páramo de Santurbán marcaron la jornada que pretendía instar a las autoridades a trabajar sobre esta problemática.

Las acciones que se realizaron de manera simultánea en varias partes del país, en esta fecha, tuvieron su epicentro en Bucaramanga en donde se realizó una marcha multitudinaria que inició en el sitio conocido como la Puerta del Sol y se realizaron en el marco de la de delimitación, que está definiendo por estos días, el gobierno nacional sobre el páramo de Santurbán.

“Estamos exigiendo al ministerio de Medio Ambiente, al gobierno nacional y a todos los entes nacionales, regionales y locales a los que les compete el tema, que para la delimitación del páramo de Santurbán cumplan lo que ordena la Constitución Colombiana en su artículo 79, respaldada con la Ley 99 de 1993: Las zonas de páramos, subpáramos, los nacimientos de agua y las zonas de recarga de acuíferos serán objeto de protección especial; en la utilización de los recursos hídricos, el consumo humano tendrá prioridad sobre cualquier otro uso”; dijo Reiní Rivera, una de las mujeres miembro de la Junta Directiva de este Comité; quien concluyó: “ es responsabilidad del Estado Colombiano, escuchar las miles de voces y no permitir que multinacionales y demás empresas explotadoras de minerales que quieren hacer su feria en este santuario de agua de los departamentos de Santander y Norte de Santander, acaben con este ecosistema y les niegue a nuestros hijos y a las futuras generaciones su derecho al agua y a una vida digna”.

Por su parte, el director de la Corporación de la Meseta de Bucaramanga, Ludwing Arley Anaya, afirmó al portal Vanguardia.com que “tenemos conocimiento de que la decisión ya está tomada, y se dará a conocer en unos días (entre 10 o 15 días) […] la decisión de línea de páramo ya está tomada y no coincidiría con la de Parque Regional”. Estas palabras confirman los temores de la población, las organizaciones sociales y ambientalistas que defienden desde hace varios años este ecosistema que surte de agua a más de 2 millones de habitantes de los dos Santanderes.

El estudio que acaba de entregar el Instituto Alexander Von Humboldt al gobierno colombiano, sobre la delimitación de los páramos en Colombia, parece ir  mucho más allá de la voluntad política de los entes del gobierno encargados de esta delimitación, pues mientras para este hay mucho más territorio de páramos que lo que hasta el momento se tenía conocido, los entes gubernamentales están haciendo gestiones para que se acepte la delimitación recortando hectáreas que posiblemente irán a parar a manos de las empresas explotadoras de minerales, contrariando las normas ambientales consagradas en la constitución, que definen que los páramos deben ser conservados.

Carlos Lozano Acosta, Investigador del Grupo Política y Legislación en Biodiversidad, Conocimiento Tradicional y Acceso a Recursos Genéticos (PLEBIO), grupo asociados al Instituto de Genética de la Universidad Nacional de Colombia, recalca el papel trascendental de los paramos para el país y el planeta tierra.

“Más de la mitad de los páramos del mundo se encuentran en Colombia. Su protección es importante para mitigar el cambio climático y para conservar la biodiversidad. Capturan carbono, albergan especies y regulan el clima. Y sobre todo, son la fuente de buena parte del agua consumida por los colombianos, que proviene directa o indirectamente de esos ecosistemas.

Con el 1,3 por ciento del territorio, aportan el 85 por ciento del agua potable: no en vano albergan especies vegetales que absorben hasta 40 veces su peso en agua. De alguna manera, es posible decir que “cada metro cuadrado de páramo genera un litro de agua al día”[1] [HABLAR DE LOS FRAILEJONES]. La recuperación de los páramos es lenta y es difícil, pero destruirlos es muy sencillo. Son frágiles y necesitan protección.

El Estado colombiano decidió que para su adecuada gestión es necesario delimitarlos. Este es un ejercicio técnico bajo intensa disputa política donde han intervenido el gobernador de Santander, Richard Aguilar, los organismos de control, los movimientos sociales y la ministra de Ambiente Luz Helena Sarmiento. La razón: la delimitación del páramo de Santurbán, ubicado entre los Santanderes, determinará la forma como se hará con todos los demás”.

El páramo de Santurbán está ubicado en límites de los dos Santanderes y abastece de agua a más de 2 millones de habitantes de estos dos departamentos, además de tener una riqueza de 293 especies de fauna y 457 especies de plantas en las que se encuentran los frailejones que están en riesgo de extinguirse por ser especies endémicas. Norte de Santander, tiene cerca de las dos terceras partes de este páramo y de él dependen para el suministro del agua, 34 de los 40 municipios del departamento, pues allí nacen los ríos Zulia, Pamplonita, Arboledas, Peralonso y Salazar.

Aunque la nueva ministra de Ambiente, Luz Elena Sarmiento, acaba de dar un plazo de tres meses para presentarle al país los nuevos límites del páramo de Santurbán, que ya fueron trazados por el Instituto Alexander Humboldt y que inevitablemente van a tener grandes repercusiones para las actividades económicas de alta montaña (como la ganadería, la agricultura y la minería), el gobernador de Santander, Richard Aguilar, quiso adelantarse al trámite y le solicitó al presidente Juan Manuel Santos que los lindes del páramo coincidan con los del Parque Natural Regional Santurbán, declarado en enero con 11.700 hectáreas.

Según Germán Augusto Figueroa Galvis, del Movimiento Cívico Conciencia Ciudadana que tiene su asiento en Bucaramanga, el Suratá, uno de los ríos que forman parte del complejo hídrico que emana del Páramo de Santurbán y que es uno de los sitios de abastecimiento del Acueducto metropolitano de Bucaramanga, presenta en la última década concentraciones de cianuro que van desde 0,2 hasta 0,77 miligramos por litro, superando la norma que permite 0,1 miligramos por litro.

Las definiciones que se conocerán en el transcurso de los próximos días marcarán el ritmo de las acciones que continúen realizando los defensores y defensoras del agua en esta región del país, quienes hacen eco de las palabras del investigador Carlos Lozano quien afirma: “Forzar la delimitación científica de los páramos a las fronteras de ciertas actividades económicas -es decir, “tirar la línea” más arriba o más abajo dependiendo de dónde están las minas o los títulos-, puede ser rentable políticamente, pero es un tremendo error de gestión pública”.

«Mi madre nos decía que el agua un día se iba a acabar y miren»

El testimonio impactante de una mujer de cincuenta años, que pasaba por el Parque Santander de Cúcuta en el momento en que se desarrollaba el plantón en defensa del Páramo de Santurbán y quien de manera espontánea solicitó pasar al micrófono, es un ejemplo más de cómo el agua ha sido una preocupación durante generaciones.

“Nuestros padres nos decían que un día el agua nos iba a tocar comprarla embotellada y miren lo que está pasando […] si el Páramo de Santurbán lo acaban las multinacionales con la explotación minera, ni siquiera embotellada vamos a poder conseguir agua en este departamento” concluyó la mujer.