26 nov. CI.- Durante este 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, sesionó la VI Asamblea del Coordinador Nacional Agrario -CNA-. Las múltiples organizaciones que en esa plataforma se aglutinan declararon que su lucha también es por la no violencia hacia la mujer. Estas posiciones conforman lo que desde hace unos años la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo -CLOC- Vía Campesina ha nombrado como Igualdad de género desde el campesinado.
El CNA creó en el año 2012 un proceso de mujeres con la necesidad de sumar apuestas políticas desde el trabajo en los territorios. Dicho proceso ha desarrollado encuentros todos los años en diferentes partes del país. Este alimenta los lineamientos del Coordinador Nacional Agrario.
En este año (con la región Nororiente como anfitriona de la VI Asamblea) los procesos feministas del Comité de Integración Social del Catatumbo -Cisca- se unieron a la jornada de conmemoración de la fecha.
“La necesidad de empezar este proceso de mujeres dentro del CNA nació de entender que las mujeres somos protagonistas en todo. Así como cada región tiene su historia, en esa historia indudablemente estamos. Pero veíamos que no teníamos reconocimiento. No porque el CNA nos invisibilizara como política sino porque la palabra ‘mujer’ no se veía dentro de la organización. Ni en el accionar ni en las bases de construcción”, cuenta Fany Guacha, parte de la Secretaría de Mujeres del Coordinador Nacional Agrario.
“Para nosotras -continúa- es importante no sólo hablar de mujeres ya que también hay hombres y otras identidades sexuales. Si en el sector urbano esto es estigmatizado, imagínese en el campo. Por eso entendemos que si están en el territorio también pueden hacer parte del Coordinador Nacional Agrario”.
Ante un Estado que sigue matando sistemáticamente a las y los líderes sociales a pesar de haber firmado los Acuerdos de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y encontrarse en negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional para este mismo propósito, cada día se revela la situación crítica en la que campesinos y campesinas viven en la lucha por su reconocimiento como sujetos de derechos.
Bajo este contexto, la mujer campesina es múltiples veces más vulnerada: por ser mujer, de clase baja y campesina. Estas condiciones la han convertido en la principal víctima del conflicto armado. La guerra no solo la hace perder a sus hijos e hijas por el reclutamiento forzado y los enfrentamientos, sino que la violencia sexual hacen que sus cuerpos sean botines para todos los bandos.
Según un informe publicado la última semana por el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica, el 91,6 por ciento de las víctimas del conflicto armado en Colombia han sido niñas, adolescentes y mujeres. El paramilitarismo es el principal responsable de esto.
Historia del Día por la No Violencia
El 25 de noviembre de 1960 fueron asesinadas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal por la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana. Esto provocó el inicio de la caída del régimen. El movimiento feminista latinoamericano reivindica esa fecha como conmemoración de la lucha contra la violencia machista hacia la mujer.
En diferentes países de Nuestra América la lucha feminista ha tomado el enfoque necesario para enfrentar la realidad propia de sus regiones. Esto hace que Colombia, por su realidad histórica rural y campesina, proponga el paradigma de la igualdad de género desde el campesinado.
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