5 may, CI. – En una entrevista producida entre el Grupo de Investigación Kavilando y la Agencia de comunicación de los pueblos Colombia Informa, la constituyente mapuche y Vicepresidenta adjunta de la Convención Constitucional de Chile, Natividad Llanquileo, profundiza en la lucha de ese pueblo originario. Como abogada y defensora de Derechos Humanos considera que no hay otra alternativa que seguir luchando, ante la ocupación de los territorios por las empresas extractivistas.

Esta conversación se realizó en el contexto de la reciente aprobación del artículo 21 sobre el Derecho de los Pueblos Indígenas a las tierras, territorios y recursos, contenido en el borrador de la Nueva Constitución. Aprobada con 106 a favor, 37 en contra y 10 abstenciones, significa un gran paso frente al histórico colonialismo del Estado chileno.

Alfonso Insuasty: ¿Quién es Natividad Llanquileo?

Natividad Llanquileo: Natividad Llanquileo es una mujer mapuche, perteneciente al pueblo originario más grande en Chile. Nací y me crié en una comunidad mapuche, tengo 37 años, nací en la época de cuando la dictadura cívico militar estaba todavía vigente.

Posteriormente vino la separación, se terminó la dictadura y supuestamente volvió la democracia, pero los pueblos originarios no tuvieron más alternativas que seguir defendiendo sus derechos por sí solos. Vengo de una comunidad que está muy invadida por el monocultivo de pino y eucalipto, donde hay mucha falta de agua, donde los suelos están desgastados, donde la agricultura y la forma de alimentación no son las mismas.

Me tocó trabajar desde muy pequeña, tuve que salir de mi comunidad a los 14 años, al no poder acceder a la educación en un lugar cercano a donde vivía. Posteriormente, tuve que ir a la capital de Chile, que es Santiago, para seguir con mis estudios superiores. Después, tuve que hacerme parte de la defensa, principalmente de presos políticos, aunque de presos comunes también, a través de la Defensoría Penal Pública, pero también formando parte de una organización de defensa y promoción de los Derechos Humanos, que es el Centro de Investigación y Defensa SUR.

AI: ¿Qué papel han jugado la escuela, la universidad, en forjar tu carácter como defensora de Derechos Humanos? O si has tenido allí, por el contrario, una doble situación de dificultad, frente a un mundo occidental que entiende de otra forma la vida y el territorio.

NL: Bueno, al salir de la comunidad donde uno tiene costumbres distintas, al ir a un lugar o espacio que tiene costumbres muy distintas a las que una trae, es bastante difícil. A pesar de que han pasado muchos años, en los que me he involucrado con personas y lugares muy distintos a nuestros pueblos originarios, ha sido complejo. A esta altura aún no logro adaptarme a esa otra vida, en el mundo occidental. Es complejo porque, además, Chile tiene la característica de ser un país sumamente racista y es súper clasista, porque coincide que los pueblos originarios, y especialmente el pueblo mapuche, sigue siendo el más pobre de los pobres en Chile, producto del saqueo, de la invasión de los territorios, y nada de lo que se saca de ahí queda en nuestras tierras.

Todos los días nos toca lidiar con que tenemos que enseñarle al otro o estar a la defensiva casi siempre. Nosotros somos mapuches, somos personas que nacimos aquí, somos los dueños de este espacio y no vamos a ceder. Entonces siempre estás enfrentando la adversidad y a lo complejo que es, que desde el otro lado se entienda la importancia que tiene para los pueblos indígenas la tierra, el territorio, el espacio donde uno nace.

Nosotros siempre decimos: “donde uno nace muere”, entonces también es una relación muy distinta, que no es la explotación ni el extractivismo que el mundo occidental está acostumbrado, donde son recursos, son cosas, y la naturaleza es un objeto, por lo tanto, hay que utilizarla como tal.

Para nosotros la naturaleza es parte nuestra. De hecho, el concepto mapuche significa gente de la tierra. Entonces imagínense el vínculo profundo que hay entre el ser humano y el espacio, el entorno en el cual nace y con el cual se involucra. Es tan profundo nuestro sentimiento que cuesta transmitirlo, porque el otro tiene una visión distinta de los elementos que componen la naturaleza. Cuesta muchísimo que se pueda entender esto

AI: En esa lógica cultural que tú estás mencionando ¿Cómo has vivido el rol de la mujer?

NL: En mi caso particular, vengo de una familia muy orgullosa de quién es. A nosotros se nos enseñó siempre, desde muy pequeños, que nos sintiéramos orgullosos porque formamos parte de un pueblo aguerrido, que siempre se levanta, a pesar de que nos acorralaron y mataron a mucha de nuestra gente para ocupar el territorio; violaron a las mujeres, las asesinaron y les quitaron sus tierras. Entonces, venimos marcados con una historia de violencia. Y también es un territorio donde la mujer juega un rol muy importante, porque es la transmisora de los conocimientos. Me tocó una mamá muy empoderada.

Muchas veces se señala que los pueblos originarios son machistas y resulta que se estereotipa a la gente que proviene de los territorios. En el caso particular, como mujeres indígenas, nos ha tocado asumir un rol importante, porque a veces nuestros compañeros, nuestros hermanos, tienen que vivir situaciones complejas, donde no pueden levantar la voz. Yo salí a la luz pública en el año 2010 y terminé siendo la vocera de los presos políticos mapuches, que eran más de 30 hombres, entonces me tocó asumir esa voz y defenderlos frente a la sociedad occidental.

Es muy complejo, porque quien está ocupando nuestros territorios son las empresas extractivistas, los grandes empresarios, los grupos económicos más grandes del mundo, como el grupo Angelini, entonces nos toca enfrentar también el poder no solamente político, sino judicial, mediático y económico. Se trata de una lucha súper compleja donde nos toca asumir a nosotras también esos roles.

Y digo nos toca asumir, porque no es lo que habíamos elegido. A mí me tocó asumir este rol de defensora, porque muchas personas que defendían el territorio fueron apresadas y, además, expuestas en la prensa nacional e internacional como terroristas, siendo acusadas con leyes de excepción. Entonces nos toca y tenemos que dar la cara y eso es lo que hemos hecho durante todo este tiempo.

AI: Hay dos elementos que son claves en tu relato: la estigmatización, como un tema que es transversal en la vida latinoamericana y el concepto de terrorismo, es decir, la criminalización de la protesta, de los pueblos y de la pobreza. Estás en un lugar específico de lucha jurídica ¿Cómo has vivido ese cruce entre lo jurídico, lo político y lo cultural? ¿Cómo bajar la tensión ante ese estigma social?

NL: Hemos ido avanzando en los últimos años, se ha venido incorporando la perspectiva intercultural, especialmente en la defensa; se han modificado convenios y declaraciones. Se ratificó el convenio 169 hace aproximadamente diez años, que había sido una promesa desde los 90. Pero hay un problema que tenemos que resolver y es que hay muy poca aplicación de este convenio.

También ha habido aportes importantes, como la incorporación de facilitadores interculturales en algunos espacios como la Defensoría Penal Pública, la Fiscalía, el Ministerio Público.

Ha costado mucho y va a seguir costando, pero también, a medida que va pasando el tiempo, van llegando personas que vienen con más apertura, que también les interesa que estos tratados internacionales lleguen a materializarse, cosa que no pasaba. Además, porque las mismas universidades han ganado dentro de su malla el estudio de los Derechos Humanos, del Derecho Internacional en materia de población indígena. Entonces, se ha podido avanzar un poco, pero ha sido sumamente complejo.

AI: ¿Qué concepción tienes del Estado y su relación con las empresas?

NL: Para hacer funcionar la libertad de mercado, la propiedad privada es muy bien vista. Entonces el Estado se ha puesto al servicio del empresariado, es así de simple. Es el Estado chileno quien resguarda los intereses del poder económico y eso es lo que hace, además, en las comunidades con la presencia policial, como ocurre en la comunidad mapuche.

En los últimos meses, el gobierno de Sebastián Piñera decretó un Estado de excepción constitucional, por lo tanto, los militares estuvieron resguardando, supuestamente, a las comunidades. Pero en realidad, permitían que el poder económico, el empresariado, siguiera usufructuando los recursos que están en las comunidades.

Hay una relación muy estrecha entre el Estado y el poder económico. Entonces, se dificulta muchísimo el derecho a la tierra y el territorio de los pueblos indígenas, porque es el Estado el que ocupa y, a través de la fuerza, resguarda al empresariado y a sus camiones cargados con toneladas de madera de pino y eucalipto.

AI: Gracias a las movilizaciones sociales se originó una Constituyente en la que hay una representación de los intereses de los pueblos originarios ¿Cuál es la agenda? ¿Es la Constituyente una posibilidad amplia o es limitada?

NL: La verdad es que siempre hemos tenido, y en mi caso particular, he tenido la esperanza de que pueda ser un proceso que permita avanzar en el resguardo de nuestros derechos. Pero hay muchas críticas también, no quiero dejar de decirlo.

El Estado y los gobiernos de turno, han tratado de conversar con los representantes de los pueblos originarios, y especialmente con el pueblo mapuche, para buscar una solución al conflicto originado por la ocupación del territorio de los pueblos originarios por parte del empresariado. Se ha tratado de solucionar en varias oportunidades, pero el Estado, una y otra vez, le miente a la gente. Por lo tanto, es complejo que ahora se pueda avanzar.

Cuando llegamos a este proceso constituyente, en julio de 2021, había una gran apertura para discutir sobre los derechos de los pueblos indígenas, una apertura por parte de los y las comisionadas. Además, dentro del estallido social, se elevó la bandera del pueblo mapuche y su lucha fue enaltecida.

Pero, en este proceso constituyente nos hemos encontrado con varias dificultades, especialmente porque hay un alto rechazo a nuestra participación por parte de los grupos de derecha. Siempre están hablando de que somos nosotros, los pueblos indígenas, los privilegiados en este proceso constituyente. Y eso es lamentable, porque ellos tienen el control de los medios de comunicación, especialmente de los medios masivos, entonces este mensaje empieza a llegar a la gente.

Por ejemplo, cuando se habla del Estado plurinacional, dicen que supuestamente se va a dividir el Estado en muchos Estados, y que eso no es posible porque Chile es uno solo y que todos somos chilenos. Entonces es muy complejo enfrentarse esa situación, porque, además, este discurso se sigue instalando, quizá de una forma no voluntaria, en el pensamiento y en las decisiones, incluso, de los grupos que se consideraban más progresistas

En el último tiempo nos hemos encontrado con muchas barreras para que las demandas que nosotros veníamos planteando queden finalmente en el proyecto de Constitución que le vamos a presentar al país. De hecho, muchos sectores han dicho que no quieren saber nada que tenga que ver con indígenas. Y dentro de los temas más complejos está la tierra y el territorio; queremos que se reconozca como un derecho fundamental, permitiéndonos dar inicio a una solución estructural que por mucho tiempo se ha anhelado, y que va a permitir de alguna forma, frenar este conflicto.

A eso vinimos a este proceso constituyente; le traemos el problema, pero también traemos la respuesta. No vamos a venir sin nada, sin ningún tipo de herramientas políticas ni jurídicas, siempre hemos dicho que la solución ni siquiera pasaba por una Constituyente, era suficiente con que el Estado cumpliera con el tratado internacional al cual se comprometió, pero que nunca aplicó.

AI: Hay otro elemento y es la reciente elección de Gabriel Boric como presidente de la República de Chile. Llama la atención la continuidad de la respuesta militar ante los reclamos de tierras del pueblo mapuche ¿Cómo lo interpretan?

NL: La verdad es que puede parecer un poco injusto por el poco tiempo que lleva, pero nosotros creemos que va a ser la continuación de los gobiernos de la exconcertación ¿Por qué? Porque finalmente el Gobierno de Boric se está haciendo acompañar por muchas personas que fueron parte de los gobiernos anteriores, especialmente el Partido Socialista, y con el poco tiempo que lleva nos ha mostrado que va a dar continuidad a este proceso.

Ante la demanda por la tierra, la respuesta ha sido la militarización, es decir, más represión, y eso se ha manifestado en este último tiempo. Incluso en la Convención Constitucional tuvimos la posibilidad de decirle al presidente cuáles son los problemas que se tienen que resolver en nuestros territorios, ante lo cual se comprometió a dar la solución, pero hasta el momento no lo ha hecho. Reconocemos que lleva muy poco tiempo en el Gobierno, pero las primeras decisiones que se han tomado han sido bastante erráticas, precisamente por seguir con la misma política que no ha dado soluciones, sino que más bien viene a incrementar el problema.

Durante mucho tiempo hemos venido conversando y buscando soluciones, pero ningún Gobierno nos las ha dado. Hay un cansancio de los representantes del pueblo mapuche; ya no les creemos, queremos acciones concretas, y esas acciones concretas tienen que ver con devolución de los territorios.

Se dice que el mapuche no quiere dialogar, y es falso, quién más que nosotros queremos las soluciones a los problemas que hemos vivido toda nuestra vida, donde hemos vivido la violencia instalada en las comunidades; violencia hacia las niñas, niños y adolescentes, mujeres, ancianos. Somos los primeros preocupados y para eso vinimos a este proceso constituyente.

Y porque, además, dentro de la Ley de Presupuesto están los recursos económicos. Hay un catastro de tierras que están siendo ocupadas, especialmente por empresas forestales, como Mininco, Arauco y otras más pequeñas, pero que ocupan gran parte del territorio.

De todos esos recursos que salen de los territorios mapuches, tampoco el pueblo chileno se beneficia, solo un pequeño grupo económico. Entonces, el pueblo chileno no puede seguir defendiendo los intereses de esta pequeña élite que es una de las siete familias más ricas de Chile.

AI: En unos meses se debe votar todo el paquete de reforma constitucional ¿Qué podría ocurrir en esa disputa por el referendo final?

NL: Lo que nosotros le podemos decir a la chilena, al chileno y a los pueblos originarios, es que lo que se está haciendo en este proceso constituyente ha sido un avance tremendo en términos de protección de la naturaleza y que podemos lograr un Estado distinto que no sea subsidiario. Además, hace unas semanas, aprobamos que Chile sea un Estado social, democrático y de derecho.

Si gana el sí cambia el sistema político en Chile; se termina con el Senado y se le da mucho más poder a las regiones, es decir, que el poder se descentraliza. Se ha discutido un nuevo Sistema de Salud y se ha votado a favor.

Ahora, los medios de comunicación masivos están en manos del poder económico y hay una fuerte campaña también por parte de la derecha y la extrema derecha para que este nuevo proyecto constitucional sea rechazado. La invitación es para que vean lo favorable que puede ser la construcción de un nuevo Estado, donde ya no solamente se beneficien esas siete familias, sino que se beneficien todas y todos por igual.

Por otro lado, la protección de la naturaleza está muy presente y, además, puede cambiar el sistema de justicia, porque se ha reconocido el pluralismo jurídico, partiendo de que los pueblos originarios tienen su propio sistema de justicia.

La campaña para aprobar el referendo es muy diversa, todos aportamos a este proyecto, desde la doña de casa, el campesino, el trabajador de la construcción, el profesor, el abogado. Hay una gran participación que no es menor.

Ahora, el escenario desfavorable sería que se rechace y nos quedáramos con la constitución actual, que beneficia a la élite que se lleva todos los recursos a otro país, una riqueza que no sabemos dónde está. Si eso pasara, lo más probable es que se vuelva a repetir el estallido social.

Por eso, hemos avanzado en educación y en el acceso a la información, porque cuando uno tiene información también va analizando. Nosotros no tenemos educación cívica, entonces no sabemos la importancia que tiene una Constitución, y mucha gente llegará a votar el plebiscito sin tener ese conocimiento. Porque a nosotros nos quitaron todo, incluso nos quitaron al Estado, entonces no nos sentimos parte de él.

AI: Para concluir, los pueblos en América Latina estamos con los ojos puestos en lo que ocurre en Chile, porque ha sido un ejemplo de lucha en medio de la lógica neocolonial y del etnocidio por la captura de los recursos en los territorios.

NL: Cada lucha tiene su propia dinámica. Yo llamaría a seguir resistiendo. Sabemos que resistir también es doloroso, porque nosotros lo hemos hecho. Tiene sus consecuencias, pero no tenemos otra alternativa que seguir peleando, seguir luchando por lo que nosotros queremos, defender nuestro espacio, defender nuestros territorios y nuestras tierras. Poner fin al extractivismo, al sistema neoliberal que opera alrededor del mundo.

También le hablo al que está en la ciudad y que no logra comprender que estamos frente a una crisis climática sin precedentes. Estamos frente a una situación ecológica que nos puede llevar a la destrucción. Faltará el agua, y los únicos que han cuidado el agua, los que han estado en defensa de todo esto, han sido los pueblos originarios. Y esa es la lucha, quizá mucho más profunda, que no se logra entender desde afuera, y que lo protegemos porque es parte de nuestra vida.

Esa es la profundidad de las luchas que los pueblos originarios llevan y que han defendido durante mucho tiempo.

CI AR/JT/5/5/2022/13:00