25 may. CI.- La Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular definió como “hora cero” el próximo lunes 30 de mayo. Sumará como actores de la protesta a los diferentes sectores urbanos en las principales ciudades del país.

A las demandas y exigencias hechas desde hace varios años por el campo colombiano, se agregan las reclamaciones que desde las ciudades hoy se notan como urgentes. Estas problemáticas específicas del campo urbano entran también a hacer parte de la movilización social programada para la primera semana de junio. Configurándose un pliego participativo y completo que prácticamente recoge la totalidad de los actores sociales del país.

Una de las principales demandas que se expresan es la de vivienda, hoy se conoce que un 70% de la población del país está asentada en las ciudades. Es claro que el conflicto armado desplazo altos índices de población rural hacia los centros urbanos creando grandes asentamientos periféricos, esta situación no ha sido atendida por ningún gobierno y hoy es un elemento grave en la configuración de las ciudades en Colombia. Desde los procesos urbanos del Congreso de los Pueblos se plantea que: “Existe un déficit de vivienda en el país, es una prioridad que los hogares que se encuentran en asentamientos tengan una digna reubicación. Hay 1.354.000 hogares urbanos precarios, es decir, el 20% de nuestra comunidad. 170 mil en Bogotá, 175 mil en Antioquia, 387 mil en la cosa Atlántica”.

En ese mismo orden, la crisis social, política y económica en el país tiene su reflejo directo en las ciudades, altos índices de desempleo y una dramática situación de movilidad, hacen del panorama urbano un caos constante del que sus habitantes parecen ya estar hartos, por ello se disponen entrar al Paro este próximo mes de junio.

Dos botones de muestra

Un agravante, si se quiere, en esta situaciones de gobernabilidad que se viven en varias de las capitales, suceden con las nuevas administraciones locales que están en manos de empresarios o tecnócratas que pretenden convertir estas ciudades en empresas rentables para el capital privado. El caso de Maurice Armitage, alcalde de Cali, quien recientemente propuso un Plan Municipal de Desarrollo en el que niega las necesidades de reubicación digna para los habitantes de asentamientos periféricos, pasando por encima de comunidades asentadas por más de 30 años con la excusa de un supuesto riesgo o de la necesidad de modernización para la ciudad.

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En Cali, las altas tarifas de servicios públicos y la constante amenaza a las Empresas Municipales siguen siendo crecientes y generadoras de crisis social, al tiempo que el mandatario local persigue la idea de un paraíso de tecnología y finanzas cómodo para el empresariado, vinculando esto al proyecto internacional de la Alianza del Pacifico.

Otro caso muy sonado es el del mandatario de la capital del país, Enrique Peñalosa, quien en sus 150 días de gobierno, desespera a más del 80% de la ciudad. Sus políticas desatinadas y regresivas han hecho que la ciudadanía se movilice en función de exigir la revocatoria de su mandato. Bogotá hoy no cuenta con un sistema de movilidad efectivo y digno para los más de 6 millones de habitantes, y para peor dolor, Peñalosa ha desdeñado los estudios y proyecciones que la administración de Gustavo Petro había desarrollado hacia la construcción de un sistema de transporte Metro.

El pliego de exigencias de las ciudades

En el difícil panorama urbano, que se construye a partir de múltiples expresiones sociales y culturales, se viene impulsando un mínimo de pliego de exigencias. Esto tomando como base escenarios de encuentro urbano donde los múltiples problemas han sido expresados desde la variedad de sujetos que comprenden esta dinámica de las ciudades colombianas.

Así las cosas, mínimos vitales de agua y energía para todos los hogares del país. Freno de la privatización de las empresas de servicios públicos y revisión de las tarifas. Reducción del 50% en el precio de los combustibles y del 30% en el precio de los pasajes de transporte urbano. Son puntos que hacen parte de las exigencias con que se movilizaran estos sectores.

La eliminación de la libreta militar y el reemplazo del servicio militar obligatorio. Una regulación certera del Estado frente a los feminicidios y la violencia de género.  Garantías y respeto a la protesta social. El desmonte del ESMAD y la derogación de la ley de seguridad ciudadana y las reformas al código de policía. Hacen parte de las demandas que sectores juveniles, estudiantiles y de mujeres hacen como parte de esta configuración social.

Hasta ahora la convocatoria hecha hacia nutrir el paro nacional tiene como protagonista a la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica, y Popular, pero se avista que otros escenarios y plataformas empiecen a sumarse a este nuevo escenario de movilización. Todo indica que en próximos días estaremos dentro de un nuevo clima de agitación en el país, pues desde campos y ciudades ya se ha empezado a ver la campaña ¡Párese Duro! Cambiemos esto.

CI AR/MP/25/05/16/12:00

* Equipo de Redacción y corresponsalías de Colombia Informa en Valle del Cauca.