22 jun. CI.- Acción colectiva es un espacio que inició su trabajo social en el marco de la campaña solidaria “Donar es útil”; ésta se llevó a cabo hace seis meses e impactó de manera positiva a comunidades sometidas al abandono estatal y niños que estudian en centros educativos rurales. Su objetivo es claro: potenciar los lazos de unidad en el marco de una apuesta para transformar la realidad.

La idea de crear el colectivo surgió de dos mujeres estudiantes de filosofía en la Universidad de Pamplona, que vieron la necesidad de trascender de la teoría a la práctica, atendiendo según ellas, el llamado que les hizo su entorno social.

“A partir de ese reconocimiento empezamos a tocar puertas de diferentes aliados, y nos encontramos con Fuerza Popular – colectivo social cucuteño – que nos brindó su voz de apoyo a partir de sus experiencias; fue así como empezamos a generar análisis de coyuntura, contexto y realidad” expresa Juliana Gamboa, integrante del Colectivo.

Los primeros resultados de estos análisis arrojaron que en la región ya se estaban adelantando iniciativas y manifestaciones en torno a un cambio de consciencia, por ejemplo, a través del arte como herramienta de transformación.

“Nos dábamos cuenta que en efecto todos trabajaban por un mismo fin pero de forma desarticulada. Nosotros reconocidos dentro de una filosofía camilista nos dimos cuenta de lo indispensable que es la unidad porque nos planteamos un objetivo claro que es el fortalecimiento del tejido social. Este fortalecimiento del tejido social no se da sin estos lazos de unidad, cuando no hay unidad no hay un impacto positivo, no hay hechos” comenta Gamboa.

Cátedra Feminista Espacio Violeta

Espacio violeta es una propuesta que surgió desde Acción Colectiva; en un principio buscaba ser una escuela de formación pero trascendió hasta convertirse en un espacio de diálogo e interlocución al interior de la Universidad de Pamplona.

En este espacio prima la necesidad de crear redes de apoyo dado que los índices de violencia contra la mujer se han incrementado y, a pesar de que muchos de estos han sido denunciados, quienes denuncian terminan por ser señaladas y revictimizadas.  

En lo que va del año se han presentado más de tres mil casos de violencia de género contra la mujer en Colombia. Al día, un promedio de seis mujeres reportan acoso sexual en el transporte público en Bogotá; sin embargo, estas cifras podrían ser aún más altas si en todos los casos se presentara una denuncia.

“Vemos necesario la participación de nosotras las mujeres, pero la participación eficaz en este mandato popular desde los territorios. Somos un espacio de diálogo que también intenta tener incidencia” expuso Juliana.

En las primeras cátedras se desmintieron algunos mitos en torno a la palabra “feminismo” que muchas veces genera escozor, dando paso a hablar acerca de los diferentes tipos de violencia.

En la medida en que se desarrollaron estas cátedras, se realizó una denuncia anónima que encendió las alarmas y evidenció la invisibilización que afrontan los temas referidos a la violencia y el acoso al interior de la Universidad.

“Esta denuncia era de una estudiante anónima donde mostraba unos pantallazos de Whatsapp en los que el Decano de la Facultad de Ciencias Económicas le pedía favores sexuales a cambio de pasarla en la materia; eso nos generó una indignación tremenda, por lo que decidimos dedicarle una cátedra a este tema del acoso sexual al interior de la Universidad” afirmó Gamboa.

Durante el desarrollo de la cátedra se realizó una lluvia de ideas para llevar a cabo una campaña que lograra visibilizar lo ocurrido; fue así como nació “Charlémoslo”, una espacio que permite a las mujeres hablar libremente de la violencia de la cual son víctimas.

“Queremos servir como una red de apoyo para estas mujeres, no solo estudiantes sino también docentes y trabajadoras al interior de la universidad, que son valientes y alzan la voz y denuncian. Porque la comunidad académica y la sociedad en sí tiene el delirio de señalar a estas mujeres o justificar este tipo de violencia que sufrimos” añadió Gamboa.  

Para cerrar las actividades de este primer semestre de funcionamiento como colectivo, se realizó un espacio que se llamado “Violencia sin género en la Universidad de Pamplona”, en el cual por medio de actividades académicas y culturales se rechazó este tipo de situaciones.

El colectivo hace un llamado a organizaciones feministas nacionales y a aliadas y aliados a crear una red que permita visibilizar estas problemáticas, así como a estudiantes e integrantes de la comunidad pamplonesa a ser partícipes de las actividades que realiza el colectivo en pro de la reivindicación de los derechos humanos y la vida digna.

 

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