En la primera parte de esta entrevista, el director de Canal Capital habló sobre la coyuntura política y el rol de la televisión pública, en un país «donde no conocemos un sólo día en paz, conocemos muchos en guerra». A continuación, Morris responde sobre los contenidos del canal, la apuesta a la dramatización histórica como alternativa a las novelas comerciales, y concluye con una sentencia tajante sobre su futuro profesional en caso de que se confirme el proceso de destitución del alcalde Gustavo Petro.

Colombia Informa: La «Franja de análisis» es una apuesta informativa fuerte del Canal. ¿Programas como Ni reinas ni cenicientas proponen un nuevo estilo periodístico? 

Hollman Morris: Yo en particular no creo que se trate de un nuevo estilo. Yo creo que es periodismo. Son los mínimos, mínimos que debe hacer una televisión pública, en un país llamado Colombia, que tiene 4 millones de desplazados, que es el segundo drama humanitario del mundo, que busca afanosamente la paz; donde no conocemos un sólo día en paz, conocemos muchos en guerra. Hay muchos desaparecidos. Lo mínimo que le compete a una televisión pública es propender por el análisis. Propender por que sus ciudadanos sean todos los días mejor y más informados. Propender por que los ciudadanos, en esa sociedad en conflicto, todos los días se levanten y tengan la posibilidad de tomarle el pulso a su realidad. De la mano, o con la ayuda, mejor, de su televisión pública. Es por eso que nos lanzamos a esas franjas de análisis. Quizás lo diferente, pero no digo lo nuevo, es que hiciéramos programas específicos de análisis internacional, programas específicos de análisis en recursos naturales, programas específicos de análisis en el tema de derechos humanos, que son los ejes transversales hoy de la política y del conflicto social y político que vive el país, ¿no?

C. I.: ¿Esa es la misma intención, por ejemplo, de Crónicas de un sueño, que hace una apuesta por la ficción sin abandonar el género documental? 

H. M.: Correcto. Crónicas de un sueño parte de la siguiente discusión: nosotros como televisión pública, o yo como gerente de televisión pública, no me puedo quedar todo el día criticando la propuesta de la televisión privada. Antes de criticar, yo tengo que proponer. Y si la televisión privada propone algo que a mí no me gusta, pero lo respeto: que hay que hacer historia o novelas de cuanto asesino haya en Colombia, pues nosotros decimos que en esta hora del país, donde queremos hablar de las víctimas, donde por fin en la agenda política del país están las víctimas, pues la televisión pública quiere hacer un recuento, en este caso, de las víctimas de Pablo Escobar; quiere hacer, a través de Crónicas de un sueño, un dramatizado pero que hable de nuestra historia reciente, ¿no? Como es en el caso de Crónicas de un sueño, la historia de los 80.

C. I.: ¿Acompaña el público estas apuestas, ustedes están conformes con el nivel de audiencia, con el rating? ¿Logran competir con productos comerciales de los otros canales?

H. M.: Crónicas de un sueño tiene un ejercicio interesante, que yo quiero rescatar. Crónicas de un sueño es, después de muchos años: diez, quince, el primer dramatizado al que apuesta la televisión pública. Nosotros hicimos un ejercicio de entrelazarnos con otros canales públicos del país. Estuvimos en simultáneo con Telecaribe, en diferido con Teleantioquia, y nosotros logramos unos niveles de audiencia importantes. No alcanzamos a tener un rating como lo puede tener una telenovela privada, que muestra todo el día matones. No. Pero creemos que fue un rating, un impacto importante para un país como el nuestro. Nos dicen que Crónicas de un sueño se está presentando en diferentes colegios como documento de análisis. Si a mí me dicen eso, y si eso es cierto, nosotros en Canal Capital nos podemos dar por bien servidos.

C. I.: Por último: en la primera parte de la entrevista le preguntamos sobre la continuidad de los contenidos del canal si se concretara la destitución del alcalde de Bogotá. En el plano personal, ¿cómo seguiría su carrera profesional si ese fuera el desenlace?

H. M.: Yo a mi familia le hice una promesa. Yo regresé al país porque se iniciaba un proceso de profundización democrática que lo reflejaba el gesto, el hecho de que un exguerrillero que se había comprometido con la paz del 91 fuera elegido en el segundo cargo más importante del país. Si la destitución se produce, me parece que ese sueño de profundización de la democracia se vería seriamente afectado. Me parece que esa iniciativa, ese camino hacia la paz que quiero hoy en Colombia se vería herido de muerte y desnudaría las voluntades reales de la clase dirigente y poderosa de este país que no estaría con la paz. En ese momento, yo tendría que ver si el tema es abandonar el país, o seguir insistiendo, con mucha más fuerza, con mayores riesgos para mi vida, y para la vida de mi familia, en la profundización de la democracia en este país. Sería una decepción muy grande.

C. I.: ¿Realmente cree que el golpe sería tan fuerte que lo llevaría a abandonar nuevamente el país?

H. M.: Yo creo que el golpe generaría una cantidad de amenazas para los sectores más democráticos de este país, que nos llevaría, posiblemente, a que muchos abandonáramos el país.

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Finalizada la entrevista, ya con la grabadora en off, Morris ofrece un tiempo más para las fotos de rigor y retoma la conversación informal. Pregunta si quedamos conformes con la charla e insiste con la importancia de lo que suceda con Gustavo Petro; pero quiere saber más -después de todo, aún siendo directivo del canal nunca dejó de ser periodista-, y vuelve a preguntar: «Cuéntenme ustedes, ¿cómo están viendo el impacto de Canal Capital en las regiones?». No parece la inquietud de un hombre que esté dispuesto a «abandonar», ni el país, ni su proyecto de comunicación que impregnó al Canal público y que lleva su inconfundible sello.

http://youtu.be/9HsSHN3RGCY