31 mar. CI.- Donald Trump, candidato para presidente de los Estados Unidos del Partido Republicano, ha conquistado 738 delegados de los 1.237 necesarios para ganar en las elecciones Primarias. Es la carrera para concretar si será finalmente el candidato único de este Partido.

Ben Carson y Chris Christie, ambos candidatos del Partido Republicano, se retiraron ante la popularidad de Trump y ahora respaldan esta campaña en crecimiento constante. La campaña presidencial que pareció como un chiste para muchas personas, por la fama del magnate norteamericano, se ha salido de las manos y es una gran amenaza para la paz en Estados Unidos y el mundo entero.

Fascismo a la americana

Desde el lanzamiento de la campaña de Donald Trump el discurso que ha utilizado en sus ponencias, entrevistas y en su propaganda, ha causado temor en muchas personas.  Varios actores famosos, personajes reconocidos y hasta el presidente de México Enrique Peña Nieto han comparado a Trump con fascistas infames de la historia como Adolf Hitler y Benito Mussolini. Y es que Trump facilita la comparación, una vez twitteó una cita famosa de Mussolini y cuando le preguntaron en un programa de noticias dijo “Pues sí, Mussolini es Mussolini. Y la cita es buena.”

Uno de sus comentarios más incendiarios fue en junio de 2015 cuando anunció su campaña y comentó acerca de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, “Cuando México manda a su gente, no manda la mejor […] están trayendo drogas, crimen y violadores.” Este comentario causó un rechazo masivo de la comunidad latina en el país norteamericano y del continente.

En julio, antes del concurso de belleza Miss USA, J Balvin, artista colombiano, Roselyn Sánchez, actriz puertorriqueña, y Cristian de la Fuente, actor chileno, retiraron su participación en la competencia de belleza por Donald Trump el dueño de esta franquicia. De igual manera el canal Univisión terminó la relación con Miss USA y no televisó el concurso como siempre lo hacía.  J Balvin aseguró: “México es uno de los reductos más poderosos de los latinos, y los mexicanos son conocidos por trabajar muy duro. Aquí en Estados Unidos nadie quiere hacer ese tipo de trabajo, […] sé lo mucho que sufren y por todo lo que pasan, y lo mucho que sufren sus familias. Como latinos toca hacernos respetar.”

A pesar del escándalo mediático Trump no ha bajado la intensidad de sus presentaciones, llenas de racismo, xenophobia y odio. Uno de los puntos principales de su plataforma política es la “solución a la migración irregular”, Trump propone construir un muro entre Estados Unidos y México y asegura que México pagará por tal muro. El presidente Enrique Peña Nieto ha asegurado que México no tiene ninguna intención de pagar para este muro pero Trump insiste en lo contrario.

Su ignorancia no sólo la reserva para atacar a la población latina, sus ideas sobre la gente de origen árabe y musulmán son aún más indignantes. Después del tiroteo que dejó 14 muertos y fue ejecutado por una pareja de origen musulmán, en San Bernadino, California, en diciembre de 2015; Donald Trump hizo un llamado para el cierre total de las fronteras a las personas de origen musulmán, inclusive a quienes fueran ciudadanos norteamericanos, “Hasta que podamos determinar y entender este problema y la amenaza peligrosa que nos pone, nuestro país no puede ser víctima de ataques horrendos hechos por personas que sólo creen en jihad y no tienen razón o respeto por la vida humana.” 

Trump justifica esta declaración diciendo que hay estadísticas que muestran que los musulmanes tienen un odio contra los estadounidenses. La anterior afirmación jamás ha sido probada.

Los recientes atentados en Bruselas fueron otro impulso para Trump, esta vez declaró que cerrará todas las fronteras de Estados Unidos y que el actual gobierno de Obama debe vigilar a todos los musulmanes en el país, y no descarta una base de datos con la información de todas las personas de origen musulmán. Agregó que es necesario torturar los sospechosos del terrorismo.

Durante una entrevista, le preguntaron a Trump sobre el apoyo que el Klu Klux Klan y el líder de este grupo de supremacía blanca, David Duke, brindaron para su campaña y Trump contestó: “No puede condenar algo cuando no sabe qué es y qué hace; el Klu Klux Klan ha existido en Estados Unidos desde el principio del siglo XX y es una parte importante de la historia de este país”.

Sus palabras tienen peso

Las palabras de Donald Trump no se quedan en el aire pues han tenido graves consecuencias. Las acciones de sus simpatizantes durante los plantones de Trump evidencian una serie de hechos violentos y generalizados en contra de la población de origen musulmán, latino, y otras comunidades marginalizadas. En estos espacios ya se normalizó la violencia gracias a su volátil discurso político. No obstante, los plantones en muchos Estados han sido el sitio para que las personas en contra de su política rechacen abiertamente su mensaje. 

En Carolina del Norte, el 9 de marzo, mientras la seguridad de la campaña de Trump sacaba los manifestantes, un simpatizante de Trump golpeó brutalmente a un manifestante negro; en Florida, el 8 de marzo, la periodista Corey Lewandowski fue atacada y tirada al suelo por el director de la campaña de Trump; en Kentucky, el 2 de marzo, una mujer negra fue agredida por un grupo de hombres blancos mientras salía del escenario; en Nevada, el 14 de diciembre, los simpatizantes gritaron a un manifestante negro, mientras la seguridad lo sacaba del lugar, “¡Que se queme!”; la lista continúa.

En respuesta a estos hechos violentos, Trump no ha denunciado las acciones de sus simpatizantes sino por el contrario alentó “En los tiempos anteriores sacaban los manifestantes en una camilla”. Además se comprometió a pagar los costos legales a favor de sus simpatizantes en caso de que se adelanten procesos jurídicos.

El 6 de marzo un hombre blanco disparó a un hombre puertorriqueño y a su hijo por “no hablar inglés”; luego de asesinar a Jesús Manso-Pérez entró a la fuerza al apartamento de sus vecinos asiáticos del pueblo Hmong y mató a Phia Vue y a Mai Vue, delante de las hijas de esta pareja. El 24 de febrero en una fiesta en Fort Wayne, Indiana, 3 jóvenes negros musulmanes fueron asesinados con “tiros de gracia”, sin que ellos provocaran a sus victimarios. 

A pesar de que la violencia contra estas comunidades, desafortunada, no es nueva en Estados Unidos, la frecuencia y gravedad de estos hechos es alarmante y no se puede negar el impacto que tiene cuando un candidato a la presidencia refuerza todos los días el señalamiento terrorista hacia la comunidad musulmana y las demás minorías raciales.

Su discurso ha despertado el racismo que siempre ha existido en la sociedad estadounidense pero que ahora se mueve con confianza y con el respaldo de un candidato y posible presidente.

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