17 de may. CI.- Hay dudas en la sociedad colombiana a propósito de la participación en la construcción de la paz. ¿Qué mecanismo es el más apropiado?¿Cuáles son las opciones? Colombia Informa conversó con la experta en diseño y conducción de procesos de diálogo y construcción de paz Graciela Tapia.

 

Colombia Informa: De acuerdo a su experiencia en la mediación de conflictos y en procesos de construcción de Paz, ¿Cuál es su lectura del actual proceso de Paz en Colombia y particularmente de la participación de la sociedad en la solución política al conflicto social y armado?

Graciela Tapia: Mi percepción es que el proceso de paz ha avanzado muchísimo. Con sus dificultades como tantos otros. Creo que la sociedad civil, aun cuando su participación ha sido meramente consultiva,  ha hecho  aportes importantes, muchos de los cuales se han tomado en cuenta. No obstante, entiendo que el proceso que se inicia con el Ejército de Liberación Nacional -ELN- puede ser una oportunidad extraordinaria para darle a la participación social un impulso y una capacidad de incidencia mucho mayor, considerando que se ha incluido como primer punto de la Agenda entre las partes y que sigue una tendencia creciente para hacer procesos cada vez más incluyentes, en el esfuerzo para lograr acuerdos  sostenibles.

C.I.: Algunos movimientos sociales consideran que la participación en el proceso de negociación entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC- y Gobierno ha sido insuficiente. Por su parte, el ELN propone como eje central de la agenda la participación directa de la sociedad. ¿Qué posibilidades reales de participación ve en la negociación con el ELN y de qué forma cree que podría darse? 

G.T.: Hay que considerar que la participación puede tener diversos grados y darse en diferentes momentos del proceso de paz. Puede ser consultiva, cuando se trata de presentar propuestas sobre temas específicos para ser considerados por las partes o mediante mecanismos para refrendar acuerdos realizados entre las partes. No siempre esta participación consultiva tiene incidencia genuina. Por definición no es vinculante en cuanto a lo que propone, dado que no necesariamente genera espacios de negociación.

También puede ser resolutiva, es decir, cuando miembros de sociedad civil intervienen en el proceso de toma de decisiones negociando sus propuestas con los actores gubernamentales, en cuyo caso la incidencia es directa.  Por otro lado, puede ser ejecutiva, lo que significa que es parte de la implementación de  las soluciones acordadas. Otra posibilidad es que la participación sea fiscalizadora, que consiste en  realizar un seguimiento y monitoreo que asegura la implementación de los acuerdos

Sobre la participación de la sociedad en el proceso con el ELN, podría darse (como se ha visto en otros procesos) con un mecanismo de participación amplia pero que garantice espacios de concertación de propuestas de calidad y no quede solamente en reclamos generales.

En el proceso con las FARC no hay retroalimentación a las propuestas de la sociedad civil, aunque se consideraron muchas para incorporar a los acuerdos. No tengo claro hasta dónde se hicieron esfuerzos previos de diálogo y concertación al interior de diversos sectores, antes de la elevación de propuesta. Si ese proceso previo no es suficiente, las propuestas llegan sin consenso importante. Me pregunto si no se puede trabajar sobre lo que ya se ha recogido, en los esfuerzos de consulta de las convocatorias regionales, y poner énfasis ahora en ese diálogo y concertación internos para la priorización y la construcción de consenso que permitan mayor incidencia en la negociación.

gracielatapia2.jpgC.I.: Organizaciones y procesos sociales coinciden en afirmar que la participación no debe limitarse a ganar un espacio en las mesas de diálogo entre insurgencias y Gobierno. Se  ha propuesto la participación directa y vinculante en una Mesa Social para la Paz, que implica dialogo y negociación directa de la sociedad con el Gobierno. ¿Existen otras experiencias de este tipo en procesos de Paz? ¿Cuáles serían los puntos clave a tener en cuenta en este tipo de participación? ¿Cómo contribuye una Mesa Social a la construcción de la Paz en Colombia?

G.T.: Creo que cuanto más pragmática sea la metodología propuesta, más factible será que sea aceptada y que la sociedad pueda tener incidencia efectiva. La convocatoria debe hacerse a amplios sectores de la sociedad y, en ese sentido, podrían tomarse algunos modelos que han funcionado en otros países, incluyendo lecciones aprendidas sobre lo que no ha funcionado bien.

Por ejemplo, el proceso de Guatemala es mencionado en la región como de amplísima participación, con resultados extraordinarios en cuanto a la cantidad y calidad de acuerdos logrados en articulación con la Asamblea de la Sociedad Civil. Sin embargo, muchos no fueron cumplidos, en parte porque actores poderosos no participaron en la negociación y bloquearon la implementación de transformaciones a largo plazo. El caso de Yemen presenta desafío importante también en la etapa de implementación de acuerdos resultado del Dialogo Nacional, que sesiono durante 9 meses. En este caso, la comunidad internacional jugara un rol clave como garante y monitor de los mismos. Se espera que el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas -ONU- pueda tomar medidas para imponer sanciones a cualquiera que bloquee el cumplimiento de los acuerdos.

El caso de Colombia tiene diferencias con estos casos y con muchos otros donde los  procesos de paz se dan en sistemas que no tienen una democracia funcionando. Cuando el sistema es democrático, la connotación de partidos políticos como de movimientos sociales que cuestionan el sistema formal, es muy particular. Eso sucedió con el Dialogo Nacional Argentino, convocado por Gobierno, Iglesia y Naciones Unidas, durante la crisis social política y económica del 2001. El proceso ayudó como mecanismo de contención y salida de la crisis, pero las recomendaciones del dialogo al Gobierno no fueron implementadas en todo lo propuesto, en gran medida porque el Gobierno de turno era de transición.

Es difícil pensar en casos donde la participación haya sido directa y vinculante, pero esta característica en Colombia podría ser definitoria de un modelo innovador.

C.I.: En su texto ‘Procesos de Negociación, Mediación y Diálogo’ usted habla de los Diálogos Nacionales como mecanismo de participación e inclusión. ¿Cómo los caracteriza? ¿Qué papel juega la comunidad internacional? ¿Cómo ofrecer garantías para una participación real y decisoria de las comunidades en estos procesos?

G.T.: El dialogo, como definición es en sí mismo, es abarcador, es amplio. Debe ser diseñado de tal manera que garantice la participación de todos los sectores,  asegurando espacios donde pueda deliberarse y  evaluar todas las perspectivas sobre los temas de agenda, otorgando acceso a la información técnica necesaria para tomar decisiones. La clave para que el Dialogo Nacional funcione depende de quien lo convoque. Si los convocantes no generan suficiente confianza en todos los sectores, la participación será menor o más selectiva y, aunque eso lleve a pensar en procesos más cortos o eficientes, el impacto en las etapas de refrendación e implementación podría ser afectado por falta de legitimidad derivada de la no inclusión.

Una mesa social puede aportar la posibilidad de hacer cambios mediante mecanismos de incidencia y negociación.  La Mesa Social para la Paz podría también  tener, por si misma o con otros actores, un rol de “puente” en la retroalimentación de las propuestas que se lleven al Gobierno.  Debería definirse si la Mesa Social para la Paz hará parte, como un actor más, de un colectivo más amplio de  la sociedad que lleva su propia agenda,  o si aspira a contener bajo su marco a un rango más amplio del sector social,  con lo cual necesitara un proceso propio para concertar dentro de sí misma.

00009ab.jpgCualquier mecanismo amplio e incluyente que se adopte para incluir la sociedad civil en el proceso de Gobierno y ELN,  podrá generar condiciones para  lograr transformaciones de largo plazo siempre que se aseguren mecanismos de dialogo y negociación efectiva que incluyan en los acuerdos la garantía de implementación de los mismos.

El diseño del proceso necesita considerar roles de terceros que generen confianza en el mismo: Actores internos y externos que jueguen roles de facilitadores, observadores, garantes, monitores, técnicos imparciales, etc. Estos procesos necesitan mucho apoyo, muchos ojos que le den transparencia a la comunicación y legitimidad  a negociaciones difíciles.

La Comunidad internacional puede ser una gran aliada dado que existen buenos vínculos entre ella y los distintos sectores como las Organizaciones No Gubernamentales, el sector privado, organizaciones sociales, entre otros.

Los mecanismos que se basen en modelos de tipo asambleario o semejantes, como una Conferencia de Dialogo Nacional, requieren ser construidos desde los territorios por que es allí donde se recogen y acuerdan propuestas. Esta etapa necesita considerar una composición sociodemográfica, política y organizativa que se articule con espacios participativos existentes. Las propuestas que se formulen para ser llevadas al espacio de la Asamblea o la Conferencia de Dialogo, permitirán la concertación y priorización de propuestas en la esfera nacional.  Luego debería elegirse, con un procedimiento legítimo: un grupo de delegados para discutir esas propuestas con la mesa Gobierno-ELN.

Es muy importante que quienes lleven las propuestas a la mesa, un comité ejecutivo o impulsor representativo y legitimado, sea un colectivo ‘puente’ entre la mesa de Gobierno y ELN que asegure que las propuestas se retroalimenten. Además de los roles de terceros, el rol de una Secretaria Técnica para atender  todos los temas de Logística, y un Grupo de Apoyo o Acompañantes, que podrían ser los países participantes y/o algunos otros actores de nivel nacional, ayudarían a motorizar y encauzar el proceso cuando se den bloqueos o retrocesos.

CI PL/MP/17/05/16/12:00