14 sep, CI.- Este jueves compareció el General Mario Montoya en la Justicia Especial para la Paz -JEP- ante las madres de Soacha, Valle, Antioquia, Huila y familias de víctimas de ejecuciones extrajudiciales. No obstante, la diligencia se suspendió debido a que las madres no fueron reconocidas como víctimas, pese a que han vivido desde hace diez años en esa situación. 

La defensa del General protagonizó un excesivo ritualismo para obstaculizar la primera sesión que busca conocer la verdad sobre la responsabilidad de la cúpula militar en las ejecuciones extrajudiciales, cuyo jefe al mando era el ex presidente Álvaro Uribe.

Luego de una larga presentación en la que participaron representantes de las víctimas, así como la defensa del General Montoya, además de la Procuraduría General de Nación y la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP, tan solo bastó una intervención de la defensa de Montoya para torpedear el encuentro.

El abogado Vázquez manifestó que a Montoya se le relacionaba con personas que ni siquiera son víctimas y hechos en los que él no tuvo responsabilidad de mando, cuando fue Comandante y General del Ejército Nacional.

“Montoya era comandante del Ejército Nacional y los hechos hacen relación a hechos ocurridos en unas unidades tácticas con los cuales el General Montoya como Comandante del Ejército no tenía la calidad de subordinación, ya que la subordinación solamente la tienen los comandantes de las divisiones. No encontramos la conexión de un hecho con el otro, lo anterior en razón a que las unidades tácticas menores no son subordinadas del comandante del Ejército Nacional sino de las Brigadas; los únicos subordinados del Comandante del Ejército Nacional son los comandantes de División”.

Como respuesta, representantes de las madres destacaron que ellas, desde hace diez años, son víctimas reconocidas de las ejecuciones extrajudiciales no solo por la sociedad, sino por la Corte Suprema de Justicia. Agregaron que por lógica el subordinado del subordinado de Montoya, era su subordinado. La abogada de las víctimas, Liliana Castillo expresó: “Esta es una audiencia por la que las víctimas hemos esperado más de diez años. Llama la atención que el compareciente [Montoya] desde la entrada genera cuestionamientos. ¿Cuál será la verdad plena que aquí se pretende discutir cuando de entrada hay oposición al reconocimiento de las víctimas?”.

Por su parte Rodríguez, otro de los abogados de las víctimas aclaró: “Las Fuerzas Armadas obedecían al mando central de unas cabezas visibles, empezando por el Presidente de la República. Plantear desde los agentes del Estado que todo está sucediendo, que pasó a mis espaldas, que fueron otros y no yo, que yo no era el que los comandaba no deja de ser otra cosa diferente que desconocer la responsabilidad de mando que está plenamente establecida en el Derecho Penal Internacional, el Estatuto de Roma, que plantea la responsabilidad de los comandantes de las fuerzas en conflicto”.

Una de las víctimas es una madre de Candelaria, Valle del Cauca que, luego de viajar bajo condiciones de seguridad muy graves debido a la diligencia que representa encontrar la verdad, tuvo que devolverse sin siquiera ser reconocida como víctima. Su abogado Germán Romero así lo explicó: “Es ilógico que después de hacer el esfuerzo de sacar a esta mujer de la zona de protección en la cual está, que ha sido objeto de atentados, nos atendamos a un escenario de excesivo ritualismo que ha podido ser resuelto con resoluciones previas a esta audiencia”.

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La audiencia fue calificada como una burla a los derechos de las víctimas, de las madres que según el Magistrado Pedro Elías Díaz, que presidió el espacio argumentó: “Ese excesivo ritualismo es la garantía del debido proceso para ustedes, para las víctimas, para el compareciente, para la sociedad”.

Sin embargo, la representante de la Procuraduría, Mónica Cifuentes, reclamó: “es de especial valía el reconocimiento a las víctimas que han sufrido este rigor del conflicto, que sean reconocidas en esta etapa preliminar, que se les dé la oportunidad de comparecer. Solo a partir de sus versiones, más adelante, se podrá enriquecer este ejercicio dialógico de construcción de la verdad, de lo que pasó en el marco de este conflicto”.

El propósito de la audiencia era precisamente debatir para establecer la responsabilidad de Montoya, que se acredite que las ejecuciones extrajudiciales ocurrieron cuando él era Comandante, así como General del Ejército.

Para la JEP, su centralidad y razón de ser son las víctimas que, para esta ocasión incluso adjuntaron pruebas de reclutamiento con falsas promesas de trabajo con excelente remuneración para sus hijos, y sentencias condenatorias de reclutamiento, homicidio, porte y fabricación de armas, de algunos de sus victimarios. Las ejecuciones extrajudiciales fueron innumerables y la verdad aún no se conoce, por lo que reclama solidaridad del pueblo colombiano y de la justicia del Estado.

CI JA/FC/14/09/2018/10:30