27 sep. CI.- Preocupante y grave es la situación actual de los osos de anteojos en los departamentos de Cauca y Nariño. Los ganaderos han declarado una guerra absurda contra estos animales, alegando constantes ataques al ganado. La especie Tremarctos ornatus, conocida también como oso andino u oso suramericano es el único mamífero úrsido autóctono de Suramérica y se encuentra en peligro de extinción por las constantes intervenciones en su hábitat natural.

El oso de anteojos es omnívoro y su dieta es mayoritariamente de origen vegetal: bromeliáceas, frutos, bayas, bulbos, raíces, cortezas, hojas y hongos; un pequeño porcentaje de esta dieta es de origen animal: insectos, miel, huevos, reptiles, peces, roedores, conejos, pichones, y muy ocasionalmente, caprinos, ovinos y vacunos. Por estas razones es considerado por los especialistas como el úrsido más herbívoro del planeta, después del panda gigante.

Su presencia en páramos y bosques es un indicador de la salud de los ecosistemas y dinamiza la vida de estos cuando derriba arbustos y ramas para buscar alimento. Es un animal sagrado y mágico para varios pueblos indígenas y su conservación beneficia la protección de otras especies, del páramo y de los bosques de niebla, ecosistemas de los cuales proviene el 70% del agua que consumen los colombianos.

No obstante la aclaración científica, un grupo de ganaderos está atacando al oso de anteojos en el complejo volcánico Doña Juana en la vereda de Moncayo, en el municipio de La Cruz, Nariño, argumentando los ataques al ganado. De hecho, la advertencia de continuar con la persecución, hostigamiento y asesinato de los osos se hizo a través de una bolsa arrojada al patio de Parques Nacionales del departamento de Nariño con la pata del oso Yogui, el líder de la manada de osos andinos de la zona, y un panfleto asegurando el desmembramiento de otro.

Así mismo, la senadora del Centro Democrático, Paloma Valencia, conocida por sus constantes despropósitos, trinó en su cuenta personal de Twitter, el pasado 3 de julio, que el «oso de anteojos debe pagar por daños a ganaderos y Parque Nacionales evitar que lo maten», es decir, la Senadora le asignó una responsabilidad culposa a un animal que, a su parecer, actuó con serias intenciones de perjudicar a los ganaderos y además debe defenderse de la violencia de los humanos. Un dislate más de su reconocida carrera, que ayudó a reforzar el hostigamiento a estos indefensos animales.

La Ley de Protección y Bienestar animal en Colombia establece en el Artículo 1 que «Los animales como seres sintientes no son cosas, recibirán especial protección contra el sufrimiento y el dolor, en especial, el causado directa o indirectamente por los humanos, por lo cual en la presente ley se tipifican como punibles algunas conductas relacionadas con el maltrato a los animales, y se establece un procedimiento sancionatorio de carácter policivo y judicial». Ante esta grave situación, los defensores de los derechos de los animales en Nariño le exigieron a la Fiscalía General asumir una investigación que determine la autoría material e intelectual del descuartizamiento y asesinato de los osos.

La misma Ley estipula también que «El trato a los animales se basa en el respeto, la solidaridad, la compasión, la ética, la justicia, el cuidado, la prevención del sufrimiento, la erradicación del cautiverio y el abandono, así como de cualquier forma de abuso, maltrato, violencia, y trato cruel». Es decir, el maltrato animal es un crimen y estos lamentables sucesos en el sur del país implican una acción urgente para detener a los ganaderos y garantizar la protección, conservación y seguridad de la especie, cuyo hábitat se ve cada día más amenazado por el pastoreo de semovientes.

Países como Ecuador, Venezuela y Perú tienen políticas específicas y programas de atención y conservación del oso andino u oso de anteojos. Se espera que Colombia, un país privilegiado en fauna y flora, pueda implementar acciones urgentes y contundentes frente a esta problemática.

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