2 oct. CI.- Equipos del Servicio de Acción contra las Minas de las Naciones Unidas -Unmas-, acompañados por la Oficina Saharaui de Coordinación de las Actividades relacionadas con las Minas -Smaco- del gobierno del movimiento de liberación nacional Frente Polisario, se ocupan humanitariamente del desminado en una de las regiones más contaminadas por estos artefactos en el mundo: el Sahara Occidental.

A pocos kilómetro de Europa, el territorio de Sahara Occidental ha sido minado desde la década de 1970 por el Estado de Marruecos en un tramo de más de 2700 kilómetros, todo para frenar el movimiento de liberación nacional saharaui. Este minado se caracteriza por combinar una ‘linea defensiva’ con un muro discontinuo, que impide la posibilidad de autodeterminación del pueblo saharaui ante la ilegitimidad de Marruecos para gobernar y ser Estado en esta región de África.

El Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro, también conocido como Polisario, lucha por la autodeterminación del pueblo de Sahara Occidental, y el fin de la ocupación de Marruecos en territorios saharauis. La misión humanitaria de desminado estaba prevista para finalizar durante el año 2023, sin embargo ya fue postergada para el 2027.

Cerca 9 millones de minas continúan en el desierto más famoso del mundo, transformándolo en una de las regiones más peligrosas para el ser humano y la vida misma. La falta de financiamiento hace que este territorio se esté desminando de forma integralmente manual, aumentando el tiempo destinado para el trabajo y el riesgo de accidentes a las personas nómadas que pastorean a sus ganados en la zona.

«Hemos pasado de nueve equipos de desminado a sólo tres, debido a problemas de financiación, que ralentizan en gran medida el desminado del territorio», explicó Manuel Gonzal, de la Unmas. Otra organización contratada por Unmas para limpiar la tierra es SafeLane Global -SLG-, con cinco años en el Sáhara Occidental. «Estamos trabajando tan rápido como podemos», dijo Tony Thompson, de SLG.

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Daños irreparables

Gran parte del pueblo saharaui es nómada, pastorean sobre todo el desierto y por ello es fundamental realizar el trabajo de desminado; poder moverse libremente con su ganado en sus territorios es una prioridad. «Hacemos desminado humanitario», continuó Thompson. «En términos prácticos, esto significa que limpiamos el área con el objetivo de que la gente pueda volver a vivir en paz».

El aislamiento es la primera restricción durante el desminado del territorio saharaui. El equipo está, en el mejor de los casos, a 65 km del centro poblado más cercano. Así pues, se deben tener en cuenta todos los posibles accidentes y estar preparados para ofrecer primeros auxilios adaptados a las circunstancias. «Estamos en medio de la nada. Todo [comida, medicina, etc.] llega de Argelia. Además, parte del equipo está del lado marroquí, y eso no facilita la coordinación del trabajo», manifestó Thompson.

Según la ONU, «Podemos esperar liberar un territorio del impacto de las minas, pero no liberarlo de las minas […] Tomemos a Francia y Bélgica en Europa como ejemplo. Francia sigue extrayendo alrededor de 300 toneladas de restos de la Primera y Segunda Guerra Mundial cada año de su suelo y Bélgica 200 toneladas al año».

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El desminado humanitario, regulado por las Normas Internacionales de Acción contra las Minas -Imas-, escritas por el Centro Internacional de Desminado Humanitario Ginebra -Cidhg- en nombre de la Organización de las Naciones Unidas, es la parte más importante para la eliminación de las minas y los artefactos explosivos sin detonar.

En los últimos años, la Unmas ha creado la Oficina Saharaui para la Coordinación de las Actividades Relacionadas con las Minas -Smaco-. Actualmente la oficina trabaja en la capital administrativa del Polisario, Rabouni, recopilando datos con las operaciones realizadas en el desierto.

CI ER/JA/2/10/2019/12:00