3 ago CI.- Con la finalización del sexto ciclo de diálogos de paz entre el ELN y el Gobierno terminó las negociaciones en el mandato de Juan Manuel Santos. La continuación de la agenda, el acuerdo del cese al fuego y la puesta en marcha de la metodología de la participación de la sociedad dependerá ahora del enfopque del nuevo Gobierno sobre la construcción de paz en su conjunto.

La mesa de diálogos en lo corrido del 2018 ha estado atravesada por múltiples crisis que han impedido su funcionamiento constante e incluso han amenazado su existencia misma. A principio del año, luego del fin del acuerdo de cese bilateral entre las partes, la mesa entró en un congelamiento ordenado por el propio presidente Juan Manuel Santos, la reanudación de la guerra puso a temblar la continuidad de la mesa.

Superado este impase, se instaló el quinto ciclo de diálogos en Quito, que nuevamente tuvo que ser suspendido por la decisión del presidente ecuatoriano Lenin Moreno, de no seguir haciendo parte de los países garantes de este proceso, tras el secuestro y posterior asesinato del equipo de periodistas del diario El Comercio a manos de la disidencia de las FARC al mando de alias “Guacho” obligando a la mesa a migrar hacia Cuba, donde se adelantaron también los diálogos con las FARC.

La mesa aunque hoy está activa, con una dinámica de trabajo constante, se aproxima a una nueva encrucijada, esta vez por la transición de Gobiernos entre Juan Manuel Santos e Iván Duque. Este último, siguiendo la línea de su partido Centro Democrático, ha expresado fuertes críticas tanto a los acuerdos con las FARC como a los diálogos con el ELN, a estos últimos ha exigido unilateralmente fuera de la mesa, un cese al fuego unilateral y la concertación de sus tropas, condiciones que sin pasar por la mesa de negociaciones difícilmente serán aceptadas, haciendo que el futuro en materia de paz y fin del conflicto este hoy nublado.

El sexto ciclo termino el pasado 1ero de agosto con una declaración conjunta de las partes, a pesar de que hay múltiples avances alcanzados, no se logró como se esperaba, la construcción y consenso de un acuerdo marco que incluyera dos grandes dimensiones: el Cese al fuego Bilateral y la metodología de participación de la sociedad, núcleo central del espíritu de estos diálogos de paz.

En la declaración conjunta al termino final de este ciclo las partes manifiestan entre otras cosas que:

“Si bien no llegamos en este ciclo a acuerdos completos sobre participación y cese al fuego, el camino recorrido hacia ellos es muy significativo. Tenemos la certeza de que al persistir con voluntad y compromiso facilitaremos un impulso decisivo hacia el desarrollo de la agenda de diálogos”

De otra parte se menciona que se han logrado acuerdos importantes en el tema de la participación, como su carácter amplio, plural, transparente y que se desarrollaría en dos grandes líneas: la territorial y la temática, sectorial y poblacional, con un enfoque diferencial.

En la mañana del 2 agosto Gustavo Bell, Jefe negociador del Gobierno ofreció una rueda de prensa junto con el Alto Comisionado de Paz, Rodrigo Rivera, donde plantearon un panorama general de los diálogos de cara al empalme con el Gobierno de Iván Duque.

A propósito del Cese al fuego Bell afirmó que “Nos siguen distanciando algunos puntos que tienen que ver con el concepto de las hostilidades y el concepto de medidas de seguridad para el ELN, y algunos protocolos que habían sido planteados como necesarios por las Naciones Unidas y la Conferencia Episcopal para que un nuevo cese al fuego fuera más verificable y más sólido.”

Como balance general y de cara al Gobierno entrante expresó que “Hemos hecho el mayor esfuerzo, incansablemente sobre todo a final del quinto ciclo y el sexto ciclo, con la firme convicción de que si seguimos con ese entendimiento, con ese compromiso, con esa voluntad, es probable, que en un término razonable, pudiéramos estar llegando a los puntos decisivos que encausen este proceso hacia la finalización del conflicto armado.”

A su vez afirmó “No puedo ocultar alguna sensación de frustración, toda vez que uno asume estas tareas con la ilusión, el compromiso y la voluntad de sacarlo adelante, pero igualmente con la esperanza que de los logros que se han obtenido y los avances que tenemos, hacen presagiar que si se sigue trabajando con esa misma firme voluntad y compromiso es posible llegar al objetivo final de la agenda, el cual es suscribir un acuerdo que le ponga fin al conflicto armado con el ELN y avanzar en las transformaciones para la construcción de una Colombia con equidad y con justicia.”

Rodrigo Rivera, enunció que en los próximos días se adelantará el proceso de empalme con el Gobierno de Iván Duque, para los cuales quien ha venido ínterlocutando en su representación ha sido Miguel Ceballos, quién será designado como Alto Comisionado de Paz. Además, afirmó que el Gobierno de Juan Manuel Santos ha definido que la condición de negociadores del ELN como de los dos Gestores de Paz tiene un carácter indefinido, y será el Gobierno entrante quien defina su continuidad.

Por su parte, el ELN ha afirmado que el Gobierno no ha estado dispuesto a pactar un cese al fuego en donde se contemple la protección de los líderes sociales, hoy objeto de un ola de violencia creciente, ni a que las acciones de la fuerza pública sean contempladas y valoradas por el Mecanismo de Veeduría y Verificación. Sin embargo, han expresado su decisión de continuar sentados en la mesa a la espera del nuevo Gobierno para continuar con los diálogos de paz.

Múltiples expresiones de la sociedad colombiana y de la comunidad internacional han enviado mensajes de apoyo para que se continúe con los diálogos y la búsqueda del fin del conflicto y las transformaciones requeridas para la paz de Colombia.

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