31 de mar. CI.- Aunque varias voces se quejaron por las demoras para el inicio de las negociaciones de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y el Ejercito de Liberación Nacional –ELN-, los meses que duró el proceso de conversaciones previas fueron fundamentales para llegar a un punto que nunca antes había ocurrido con el ELN: el inicio formal de las negociaciones de paz.

La organización insurgente se sentó a dialogar con el gobierno del presidente Cesar Gaviria (1990-1994) entre 1991 y 1992. Finalizando el gobierno de Ernesto Samper (1994-1998), sostuvo un breve encuentro exploratorio en 1998. En el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) las conversaciones y encuentros alcanzaron un periodo mayor desde 1998 hasta casi el final de dicho gobierno. Durante los dos gobiernos de Álvaro Uribe (2002-2006 y 2006-2010) se realizaron una serie de diálogos exploratorios que buscaron incluir al conjunto de la sociedad.

Todos estos procesos, no alcanzaron a superar las discusiones preliminares para definir la negociación misma. Aspectos  como la agenda temática de negociación, los sitios de reunión, los aspectos logísticos, entre otros,  no permitieron avanzar en  otras etapas.

Diálogos de Caracas y Tlaxcala

El 15 de mayo de 1991, el gobierno de Cesar Gaviria se reunió con miembros de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar –CGSB-, en la población de Cravo Norte, en Arauca. Allí definieron el inicio de conversaciones en Caracas, Venezuela, y posteriormente el diálogo se desplazó a la ciudad mexicana de Tlaxcala.

Esta ha sido la única vez que las FARC, el ELN y el EPL negociaron con el Estado colombiano, agrupados en la –CGSB-. También fue la primera vez que el ELN participó en un proceso de paz propiamente dicho. Por parte del gobierno los negociadores fueron Álvaro Leyva  y Horacio Serpa Uribe. Por la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar estuvieron Alfonso Cano, Iván Márquez y Pablo Catatumbo (miembros de las FARC) y por el ELN, Antonio García.

Estas conversaciones terminaron abruptamente un año después (4 de mayo de 1992) por cuenta del gobierno Gaviria, el cual justificó su decisión tras la muerte del exministro Argelino Durán quien se encontraba en poder del EPL y murió al sufrir un infarto. Este proceso fue efímero y no se avanzó en las agendas conjuntas ni se clarificaron aspectos de la negociación. El gobierno apostó por exigir una desmovilización sin abordar los temas de fondo y los grupos insurgentes no lograron articularse conjuntamente, para adelantar el proceso mismo.

Del Palacio de Viana en España a Maguncia en Alemania

El gobierno de Ernesto Samper tuvo escasa capacidad de maniobra para buscar adelantar un proceso de diálogo con la insurgencia, en gran medida por los escándalos relacionados con la entrada de dineros del narcotráfico a la campaña de Samper. Sin embargo, fueron realizadas algunas conversaciones con el ELN.

Un primer esfuerzo fue en 1998 en España, en el cual el ELN se comprometió a buscar una salida política al conflicto. En Maguncia, Alemania, fue realizado un encuentro entre el ELN, representantes del gobierno y miembros de la sociedad civil. Allí existió la propuesta de realizar una Convención Nacional como ejercicio participativo de la sociedad, pero la idea no logró desarrollarse.

Dicho encuentro contó con la participación de los negociadores del ELN Pablo Beltrán y Óscar Santos. Tres días después se sumó Nicolás Rodríguez Bautista, primer comandante del ELN, quien sostuvo un encuentro con los miembros de la sociedad civil sin presencia del gobierno. Este proceso duró poco, pues inició cuando el gobierno de Samper ya finalizaba su mandato. Por desgracia, en Colombia los procesos de paz no han sido una política del Estado, sino un ejercicio limitado a cada gobierno de turno.

Diálogos con Pastrana: La negociación que no fue

El proceso de acercamiento iniciado a finales del gobierno de Samper continuó durante el gobierno de Andrés Pastrana, quien venía adelantando también el proceso de paz con las FARC en el Caguán.

Los diálogos que iniciaron en 1998 se adelantaron a lo largo de dicho gobierno. El proceso contó con una agenda clara y buscó la realización de la Convención Nacional. Sin embargo, las dificultades para realizar dicho proceso se centraron por un lado en los asesinatos y desplazamientos realizados por los grupos paramilitares contra la población, con la acción y omisión de las fuerzas militares y, por el otro, en la incapacidad del estado para proteger a las comunidades y combatir el paramilitarismo.

Otras de las dificultades fue el sitio para realizar la Convención Nacional. El ELN planteó que el gobierno despejara un territorio en el sur del departamento de Bolívar, pero algunos sectores de la extrema derecha se opusieron y los grupos paramilitares presionaron a las comunidades para que estas, a su vez, impidieran cualquier tipo de desmilitarización del territorio por parte de las fuerzas militares. En todo este proceso fue evidente la relación existente entre paramilitares y miembros de la fuerza pública.

Según la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía General de la Nación, los paramilitares presionaron a la población para que dijera “No al Despeje para el ELN en el Sur de Bolívar”. Cientos de campesinos fueron obligados a bloquear carreteras y realizar protestas bajo amenazas de muerte.

Las conversaciones no solo fueron realizadas en el sur del departamento de Bolívar, también hubo encuentros en Ginebra, Caracas y Cuba. Por parte del gobierno estuvo el Alto Comisionado para la Paz, Camilo Gómez y el entonces Embajador de Colombia en Cuba, Julio Londoño. Por el ELN fueron Nicolás Rodríguez Bautista, Pablo Beltrán, Antonio García, Ramiro Vargas y Óscar Santos.

Ante los escasos avances del proceso, las presiones de los sectores de la extrema derecha, los militares y el desprestigio del gobierno de Pastrana, este ordenó romper unilateralmente las negociaciones de paz con el ELN en junio de 2002. No obstante, dicha organización señaló que mantendría incólume su postura de seguir trabajando por una salida política al conflicto.

Diálogos del ELN con Uribe

En el año 2002 llegó Álvaro Uribe Vélez a la presidencia. Su discurso de guerra y sus ofensivas militares pronto afectaron a la población pero no hicieron mella en el ELN. Su gobierno se centró en priorizar la confrontación militar y la negociación con los grupos paramilitares. De sus promesas de mano dura contra los grupos insurgentes pasó a aceptar conversaciones de paz, circunstancia que conllevó la realización de diálogos exploratorios con el ELN.

Por parte del gobierno estuvo el entonces Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo. Por el ELN estuvieron Pablo Beltrán, Antonio García y Felipe Torres y Francisco Galán, quienes se encontraban recluidos en Itagüí.

Estas conversaciones, en las cuales en ELN insistió en una participación del conjunto de la sociedad, se desarrolló en Medellín, en donde el gobierno de Uribe autorizó en Casa de Paz la presencia de Antonio García y Francisco Galán. García interlocutó con distintas personas y organizaciones sociales sobre la paz y el conflicto social y armado. Además se realizaron reuniones en Cuba y Caracas, donde jugó un papel importante el Presidente Hugo Chávez Frías quien fue mediador y facilitador del proceso de paz.

En dicho proceso el gobierno de Álvaro Uribe planteó la posibilidad de pagarle al ELN a cambio de suspender los secuestros. Sin embargo, este proceso terminó ante las presiones del gobierno por un cese de hostilidades unilateral a pesar de que  esta organización insistió en el cese bilateral.

El gobierno de Uribe se centró en el esquema de rendición incondicional a pesar de que varios analistas coinciden en que, si bien la insurgencia no puede tomar el poder por la fuerza, tampoco se encuentra derrotada. 

Negociaciones con Juan Manuel Santos

Aunque el gobierno de Santos llegó en 2010, solo en 2013 se hizo público una fase de conversaciones entre el ELN y el gobierno. La fase exploratoria fue simultánea a los diálogos con las FARC en La Habana. Es esta etapa el ELN sostiene que las condiciones y las formas para negociar con el gobierno son distintas como, por ejemplo, la participación de la sociedad en la toma de decisiones.

Hasta ahora las conversaciones apenas iniciaron formalmente con una agenda específica que se centra en la participación, la democracia, las víctimas y el fin del conflicto armado. Los lugares para desarrollar la negociación también están definidos y la propuesta se encamina a un acuerdo final en la que el tiempo sera fundamental.

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