18 jul. CI – Entre 2000 y el 2009 la Región Caribe de Colombia vivió su época más violenta,  fueron los paramilitares los principales actores armados que perpetraron crímenes de lesa humanidad contra las comunidades de esta región. Hoy las fuerzas sociales políticas alternativas del Caribe se consolidan y organizan para participar en la construcción de la Paz desde los territorios del país.

El dominio del paramilitarismo en el Caribe se consolidó con más de 10 bloques que prescindían de la organización criminal y las alianzas políticas para fortalecer sus incursiones por la búsqueda del poder económico, político y militar.

Caso del arduo control territorial que hizo entre el 2000 y 2004, Rodrigo Tovar Pupo de las Autodefensas Unidas de Colombia -AUC-, alias ‘Jorge 40’, en alianza con Gobernadores, Alcaldes, Congresistas de la región. En el 2016 la Fiscalía General de Colombia le había registrado 20.855 crímenes relacionados con el paramilitarismo en la Costa Caribe, muchos de ellos cometidos después de la aparente desmovilización de las AUC en el 2006, durante el gobierno de Uribe.

Las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC- y el Ejercito de Liberación -ELN- también hicieron presencia pero con menos concentración ante el copamiento de importantes zonas estratégicas por parte de los paramilitares.

Desde el año 1990 hasta el 2006, el mayor impacto del conflicto armado en la región Caribe se vivió en el Magdalena Medio de Bolívar con un 27 %, el Cesar con 26 % y seguidamente el departamento del Magdalena con el 14 %; así lo evidencia un estudio cuantitativo realizado por Caribe Visible, programa académico de la Universidad del Norte –Uninorte-.

Así mismo, según el Centro de Memoria Histórica, se cometieron 455 masacres durante el período de 1980 y 2012, el 69% de este flagelo fueron bajo la autoría de los grupos paramilitares. En cuanto al desplazamiento forzado para el 2008 se registraban 676.978 víctimas en la Costa Caribe. Bolívar, Magdalena y Cesar fueron los departamentos más perjudicados.

La transformación rural del Caribe, en veremos…

El Acuerdo de Paz entre Gobierno y las FARC incluyeron los Programas de Desarrollo con Enfoque Étnico y Territorial –PDET- quienes hacen parte de la Reforma Rural Integral –RRI-, para responder a los territorios con urgentes necesidades rurales que buscan ser atendidas desde la transformación de las condiciones del aprovechamiento de la tierra para la producción alimentaria, conservación natural, ello estrechamente articulado con el contexto de las comunidades de las zonas.

Para ello tres subregiones del Caribe hacen parte de estas agendas estructurales: Montes de María, Sur de Córdoba, y la Sierra Nevada-Perijá, en los cuales se intervienen en más de 30 municipios.

Tras un año de anunciarse las proyecciones del posacuerdo, en materia rural el Gobierno empezaría a materializar los planes para las comunidades campesinas, afro e indígenas del Caribe, pero actualmente en el escenario se evidencian las debilidades organizativas en la implementación de los PDET, pues además de desconocer el presupuesto no hay una concreta planificación metodológica que garantice la inclusión participativa de las comunidades de los territorios selectos, lo que deja en el limbo los posibles giros que pueda tomar esta implementación.

Durante el “Encuentro de comunidades y organizaciones del Caribe en zonas PDET: Defendiendo el territorio y la paz” llevado a cabo el pasado 19 y 20 de abril en el Centro de Desarrollo Campesino –Cedecampo- en el municipio de Mahates, Bolívar, también se dialogó acerca de la preocupación por el factor del tiempo, pues con el Gobierno de Santos se tenía planificado dejar los diseños PDET finalizados, pero hasta el momento el Caribe se encuentra en el nivel de formulación veredal lejos del Plan de Acción para la Transformación Regional –PATR.

El Caribe y su participación en la Construcción de la Paz

“Hoy tenemos un país eminentemente centralizado desde Bogotá y donde los territorios están abandonados, ¿cómo llegar al protagonismo de las regiones ya que este es un país de regiones y ciudades?, la región Caribe debe ser protagónica (…) la Guajira no es igual a Córdoba, cada quien tiene sus diferencias”, expuso Eduardo Martínez, Gestor de Paz del ELN en La Habana, durante el foro de diálogos territoriales por la Paz, llevado a cabo en Barranquilla.

“Diálogos por la paz territorial: el Caribe y su participación en la construcción de la Paz en Colombia”: La cita fue el pasado 30 de Junio en la Corporación Universitaria Reformada. 70 organizaciones del país, mayoritariamente del Caribe, hicieron presencia para articular procesos de participación en pro de orientar, debatir, dialogar y proponer ideas concretas en torno a la implementación de los acuerdos de las Farc y Gobierno y la mesa de diálogo del Eln instaurada en La Habana.

¿Cómo reconstruir una agenda articulada con cada uno de los sectores participantes? ¿De qué y cómo se está valiendo el rol de la sociedad civil en la construcción de la Paz? ¿Cómo transitar hacia una solución dialogada y concertada entre comunidades y Gobierno? ¿Cómo descentralizar la toma de decisiones que afectan a los territorios?… fueron algunos de los temas abordados por académicos, personalidades de la vida política, social y comunidades, durante el foro.

En referencia al balance del año después de la implementación de los acuerdos de Paz, Victoria Sandino senadora electa por el partido FARC, expresó su preocupación por que a pesar de que algunas normas han sido tramitadas, ello no ha pasado con asuntos fundamentales como por ejemplo la Reforma Rural Integral:

“Está constituido lo de fondo de tierras, existe esta norma… pero no existe el mecanismo para distribuir de manera gratuita esos seis millones de hectáreas que pertenecen a las comunidades, a los pueblos, a las mujeres y hombres que habitan el campo y que tiene vocación agropecuaria, la reforma rural integral no está tramitada y esta es fundamental”.

Construyendo colectivamente

Los cuestionamientos y planteamientos centrales del encuentro giraron en torno a la reivindicación de la participación de la sociedad civil en la formulación de agendas, programas que los involucren; a sí mismo como las garantías por parte del Gobierno para la protección, solidificación, proyección e implementación de los mismos, pues si en algo se llega a un común acuerdo es la negligencia del Gobierno para priorizar a las comunidades afectadas, que parecen estar condenadas al abandono.

Por ello surgen diferentes espacios gestionados propiciados por comunidades en pro de la construcción de la paz.

Audes Jiménez Gonzáles, perteneciente a la Red de Mujeres del Caribe Colombiano y a Juntanzas de Mujeres por la Paz resaltó como ha avanzado el tema de género dentro del marco de la reconstrucción de la Paz, pues se han generado espacios de conquista y ganancia para las mujeres. Caso de las mujeres Kankuamas del Cesar, quienes han ido recobrando espacios arrebatados durante la guerra, ahora están indudablemente fortalecidas en su liderazgo y visibilización.

En cuanto su organización ante la implementación de los acuerdos y el proceso con el ELN, las mujeres de Juntanzas en el Caribe han trabajado en socialización de la información sobre la implementación, en la promoción con la institucionalidad para la creación de Consejos Territoriales de Paz, entre otras acciones.

De igual forma, los indígenas de los pueblos de la Sierra Nevada hicieron presencia para hacer escuchar sus reclamos como sujetos políticos cuya cosmovisión ha sido violentada por parte diferentes entes gubernamentales. El pilar fundamental se radica en la necesidad de que la sociedad construya en conjunto.

“(…) no es sentarse desde un escritorio y ponerse de acuerdo, yo suelto las armas, yo firmo la paz, sino que las comunidades vulnerables, indígenas, afro, campesinas tengan una opinión y una participación y digan de acuerdo a su necesidad y dificultad de lo que han vivido cada pueblo, si todos participamos esto puede ser un éxito”, señala Fabio Montero, miembro de la Comisión de Derechos Humanos para el Pueblo Wiwa, en la Guajira y Magdalena.

Finalmente, frente a la visión sobre la gubernatura del próximo presidente Iván Duque, hay zozobra pero firmeza en la apuesta por la Paz, pues el pacto ya está firmado y mientras el pueblo colombiano haga presencia con sus reclamos, difícilmente se debilitará

“Yo no creo que cuando un presidente venga y diga su suposición, el pueblo colombiano no se va a quedar tranquilo porque sabemos que lo que hoy estamos luchando es para vivir en paz, para tener una vida saludable en el tema de educación, salud, territorio, economía, si nosotros como pueblo nos quedamos mirando que el gobierno decida por nosotros eso sería un caos totalmente para Colombia”, enfatiza finalmente Fabio Montero.

CI AO-SS/CC/18/07/18/11:43