14 mar. CI.- Hace menos de 2 años nació la Asociación LGTBI Saravena Diversa, ALSADI, en el departamento de Arauca, Colombia. Fue en los llanos orientales donde un grupo de personas se organizaron y se vincularon al movimiento social para desafiar a diario la homofobia y cambiar el mundo. 

Al respecto, hemos entrevistado a varios miembros de ALSADI: Consuelo, la presidenta; Jesús, el vicepresidente; Nubia, la secretaria; Edwin, el fiscal y July, la vocal.

Colombia Informa:  Ustedes como ALSADI hacen parte de los procesos organizativos de la lucha social y política, en conjunto con las otras organizaciones sociales de Arauca. Eso a nivel nacional nos parece muy excepcional y un ejemplo paradigmático para el resto del país. Sobre todo teniendo en cuenta las condiciones rulares y machistas del departamento. ¿Cómo ha sido ese proceso?

Consuelo: ALSADI nace por una convocatoria que nos hicieron las organizaciones sociales en Saravena. Nos invitaron a una reunión y nos propusieron que conformáramos una asociación. Nos pareció una excelente idea porque muchos de nosotros prefieren quedarse medio ocultos porque temen el rechazo de la sociedad. La idea de ALSADI es mostrarnos. Que nos conozcan.

Edwin: La conformación del colectivo de primera me parece importante porque en esta región hemos sido marginados; muchas personas fueron desplazadas por su condición sexual. ALSADI es inclusión social y hasta el momento vamos muy bien. Ya hemos estado en diferentes escenarios políticos, sociales y culturales.

C.I: ¿Es verdad que las organizaciones sociales de Arauca se disculparon ante Ustedes por la discriminación histórica?

Nubia: Sí, en una reunión que tuvimos las compañeras y los compañeros de las otras organizaciones nos pidieron perdón por todos los actos de discriminación. La palabra la tomó el señor Bernardo Arguello, que en ese momento era el vocero de las organizaciones sociales, diciendo: “Les pedimos perdón en nombre de las organizaciones sociales por las víctimas y también por los miembros de las organizaciones sociales que aún no los aceptan”.

Las cosas no van a cambiar de la noche a la mañana y se nota que a algunos compañeros y compañeras todavía les cuesta. Pero partiendo de la ida que no se trata de una lucha de género sino de clase, y que todas y todos estamos enfocados en nuestra lucha social, decidimos que el tema LGTBI va a ser un eje de trabajo del año 2017.

C.I: ¿Cómo fue su experiencia, participando en los espacios políticos y sociales como grupo LGTBI?

Nubia: Cuando participamos en el paro agrario la experiencia fue muy bonita. Como ALSADI hicimos presencia con una carpa y todos nos recibieron muy bien. Decidimos participar porque esto es una lucha social de todos, en la que nosotros como organización también quisimos aportar un granito de arena en esta lucha. Porque hace años están sacando el petróleo de aquí de Arauca, y ni siquiera hemos sido beneficiado de esto. Nosotros queremos fortalecer a las organizaciones sociales.

C.I: Hablando de reivindicaciones políticas, la Defensoría del Pueblo en Arauca atendió 89 casos de violencia contra la población LGTBI en el año 2016, y comprobó que los ataques han tenido una fuerte carga homofóbica y transfóbica. ¿Creen ustedes que podemos hablar de postconflicto o de paz cuando se están dando estas cosas?

Consuelo: Cuando una población minoritaria es vulnerada no puede existir paz. Cuando un grupo decide entregar las armas, como lo hizo las FARC, también debe tener sus manifestaciones de respeto hacia nuestra población. Esto se ha vuelto una obligación, pues en la Constitución del 1991 ya estaban nuestros derechos. Derechos que han sido vulnerados desde siempre y se desconocen.

Por ejemplo Alejandro Ordóñez, el señor exprocurador, hizo de todo menos lo que tenía que hacer. Nunca defendió a la comunidad LGTBI y hoy en día aprovecha cualquier espacio para hacernos sentir mal, para decirnos cosas asquerosas. Eso ha influido mucho aquí, un lugar en el que aún no se acepta el matrimonio igualitario.

Nubia: Cómo podemos hablar de paz cuando tenemos en espacios tan importantes como la Procuraduría a personas tan homofóbicas. Donde nos hacen sentir los peores seres humanos cuando nosotros también tenemos igualdad de derechos.

Consuelo: Vamos a ver si algún día logramos ser reconocidos como cualquier otra población. Pero es duro, desde el primer momento en el que empezamos a sentir estas cosas, ¿Por qué no me siento atraída por el sexo opuesto?¿Qué vaina tan rara, no?… Desde que empezamos a sentir eso, ya empezamos a sufrir. Es terrible. Y más terrible aún cuando nosotros no nos aceptamos. Así, usted, como persona, nunca va a conseguir la paz.

C.I: ¿Cuáles son las necesidades específicas de ustedes como población LGTBI y que se deben tomar en consideración en los procesos de un cambio social?

Consuelo: Hay que comenzar exigiéndole al gobierno que tenga inclusión con nuestra población. Que nos tenga en cuenta en vivienda, en salud, en educación superior.

July: La mayoría de nuestra población es de bajos recursos económicos. Son poco los profesionales. A veces nosotros como personas LGTBI no contamos con un empleo. Entonces, uno hace cualquier otra cosa por la necesidad, por la obligación.

Jesús: Necesitamos ayuda económica para poder montar nuestros propios negocios, para no depender tanto de otros. Porque uno siempre queda con la esperanza de un empleo que nunca se va a lograr. Allí empieza la discriminación.

Nubia: Hemos sido rechazados en todos los ámbitos laborales, para obtener un trabajo muchas veces ni siquiera podemos decir «yo soy lesbiana” o “yo soy gay” porque de una vez van a rechazar la hoja de vida. Aunque no pueden decir «no le voy a dar el trabajo porque usted es lesbiana», pues esto es ilegal, nos sacan de una manera muy diplomática diciendo «ya no hay vacante”, “ya tenemos la persona para esto».

C.I: ¿Ustedes sienten que hay avances en los últimos años con respeto a la inclusión de la población LGTBI, por ejemplo, nombramientos en altas esferas gubernamentales de personas LGTBI, como la exministra Gina Parody?

July: Hemos sentido un apoyo del gobierno. Ya se tiene más en cuenta a la comunidad LGTBI y no siempre se nos mira como enfermos y como personas que hay que aislar. En el primer acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC, se veía reflejado esto con el enfoque de género, pero la campaña contra la población LGTBI antes del plebiscito ha destruido mucho del trabajo de sensibilización de los años anteriores. Algunas organizaciones LGTBI recibieron una tormenta de mensajes insultantes y amenazantes a través de las redes.

Consuelo: El problema se agudizó últimamente por 3 cartillas sobre la educación sexual que abarcan todas las posibilidades de la orientación sexual, basada en el respeto y la no discriminación. Esas cartillas fueron elaboradas durante la administración de Álvaro Uribe Vélez en conjunto con las Naciones Unidas. Entonces, cuando llega Gina Parody, estas cartillas ya existían. Pero como a Uribe le encanta violar los derechos humanos, empezó a realizar una manipulación masiva con claros intereses políticos y homofóbicos. Si Gina Parody no hubiera sido lesbiana, no habría habido ningún problema.

Nubia: Promovieron una marcha por la familia el pasado 10 de agosto, justo antes del plebiscito. Y en esta había carteles que señalaban explícitamente odio y rechazo a la comunidad LGTBI. Había uno donde decía «prefiero un hijo muerto que un hijo marica”. Para nosotros eso fue un golpe terrible. Lloramos.

C.I: Desde 1993 la educación sexual es obligatoria en Colombia. ¿Eso debería incluir conceptos alternativos de familia, sexualidad y género, no?

July: El primer paso sería que nuestros hijos e hijas, nuestras familias empiecen a hablar, a tener más comunicación. Porque si dialogamos entramos en contacto y aprendemos a entendernos. Hay que hablar de género, de libertad de expresión.

Nubia: Todo empieza en el colegio, en la educación. En entender la diversidad sexual como algo natural a la esencia humana.

Consuelo: Hay que empezar a reconocer a las personas como personas, por fuera de los estereotipos de lo que significa ser hombre o ser mujer.

C.I: Ustedes ya dijeron al inicio que se sienten muy respaldados por las organizaciones sociales de su municipio. ¿Se debería sentir ese respaldo como un alivio al rechazo que experimentaron desde su infancia?

Nubia: Las organizaciones sociales son defensoras de derechos humanos y estar ligados a ellas hace que la comunidad nos acepte más fácilmente. Además hay unos derechos que nos están amparando y esto nos ha beneficiado mucho.
Por ejemplo, a la primera entrevista que nos hicieron en la radio fue mi compañera Consuelo. La gente decía que a ella la iban a matar por atreverse a hablar de la población LGTBI, pero teníamos el respaldo de las organizaciones social.
Nuestro proyecto político es ganarnos el respeto de todos.

Consuelo: Sabemos que tenemos que seguir adelante, que esto no puede parar aquí. Algún día las cosas tendrán que ser diferentes porque nos acostumbramos a que todo lo que vamos a obtener tiene que ser a punta de lucha. A través de los años nos hemos dado cuenta que nada ha sido gratis, hemos sacrificado la vida; muchos compañeros y compañeras han sido asesinados y sus voces han sido silenciadas porque defendieron sus derechos.

C.I: ¿Qué le puede decir ALSADI  a la gente para que se organice y defienda de mejor manera sus derechos?

Nubia: Que dejen el temor, organizarse no es un delito, es un derecho que tenemos. En ALSADI todos los integrantes somos una familia que se capacita, estudia, conoce y defiende sus derechos.

Edwin: A las personas LGTBI les digo que debemos hacernos visibles; somos personas comunes y corrientes que también le aportamos mucho a la sociedad.

CI DM/14/3/17/17:50