20 sep, CI.- En el marco del estallido social 2021, las mujeres y disidencias sexuales han tomado diferentes liderazgos y acciones con denuncias específicas que dan voz y visibilizan situaciones de violencias basadas en género, vivenciadas en este contexto. Hablamos con dos feministas boyacenses que han acompañado y liderado la construcción de Guardias Feministas y Populares.

La juntanza de las mujeres y disidencias en la Asamblea Nacional Popular -ANP- 2021 realizada en Cali, significó el diálogo amplio desde diferentes territorios de lo que son las luchas de género que se viven en Colombia y cómo las violencias diferenciales se acentuaron con el Paro Nacional. La Campaña Defender la Libertad registró 491 mujeres víctimas de violencias policiales y 29 casos de violencias basadas en género -VBG- entre el 28 de abril y el 2 de junio.

Juliana Higuera, feminista y defensora de Derechos Humanos con enfoque de género, hace parte de diferentes procesos populares de Boyacá, y la mesa autónoma de mujeres y diversidades que se creó en la ANP de Cali.

Colombia Informa conversó con ellas para indagar en el rol de las mujeres y las disidencias sexuales en los espacios de deliberación y movilización articulados al Paro Nacional.

Colombia Informa: ¿Por qué nace la idea de construir una Guardia Feminista en los territorios?

Juliana Higuera: Yo parto de la experiencia que nosotras tenemos acá en Boyacá, principalmente en Duitama donde nos hemos articulado diferentes mujeres, defensoras de Derechos Humanos, tejedoras, artistas, comunicadoras. En la Guardia hay de todo y ocurre porque las compañeras reconocen esa necesidad de organizarnos como mujeres feministas para nosotras mismas garantizar que los espacios sean seguros y tomar medidas frente a estas situaciones de violencia.

A partir de la negligencia, el encubrimiento, la complicidad y la violencia que tienen permeadas a algunas organizaciones y en del movimiento social y popular, nosotras decidimos tomar esas medidas por nuestras cuentas; es decir, organizarnos y empezar a garantizar nosotras mismas que estos espacios sean seguros y que si llega a suceder algún tipo de situación de violencia machista-patriarcal, se puedan tomar medidas al respecto.

En ese sentido, en el marco de la participación que se ha podido tener con esta Guardia, hemos realizado varias acciones como una toma de 24 horas en Duitama, acompañamos la Asamblea Popular de Boyacá y todo eso nos ha permitido tener esa experiencia. Por eso propuse que nos sentáramos a pensar una Guardia Feminista en el marco de la ANP, porque ese espacio estaba siendo acompañado y cuidado por la Guardia Campesina, Cimarrona, Indígena, la Guardia Popular, y aunque todas estas guardias tienen unos enfoques, unas historias, unas experiencias muy valiosas, también es necesario que esté el enfoque feminista y antipatriarcal.

CI: ¿Cómo reivindican la “guardia popular” desde el feminismo?

JH: Es pensarnos cómo vamos a desarrollar una guardia que permita recoger todos esos feminismos diversos, recoger todas esas experiencias de los barrios, de las veredas, de los municipios, esas experiencias que se han tejido al calor de la olla, al calor del tropel, de las marchas, de los murales. Una guardia que permita ser bastante intersectorial, intergeneracional también, una guardia que sea construida a partir de esas realidades y conceptos que nos atraviesan.

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Apenas estamos empezando a gestar esta guardia, aun no tenemos unos principios o una caracterización de la misma porque hasta ahora la estamos construyendo. Apenas estamos pensando el tipo de guardia que queremos, pero por supuesto que reivindicaremos desde lo popular pues surge en el marco de una ANP.

CI: ¿Bajo qué enfoques específicos se están pensando la Guardia?

JH: Lo estamos construyendo, pero el objetivo es que se pueda basar en el protocolo, que pueda ser un espacio de red de apoyo, de concepción, de escucha, de cuidado, de autodefensa feminista; un espacio que nos permita a nosotras mismas accionar en términos de cualquier situación que pueda ocurrir porque muchas veces se cree que para no romper los espacios entonces no se tiene que hacer nada, pero por el contrario; históricamente estos espacios han sido masculinizados y es momento de que nosotras empecemos a tomar acciones.

CI: ¿Cómo creen que ha marcado el Paro Nacional a las mujeres y disidencias que están en las calles manifestándose?

JH: En el marco de este proceso de movilización se ha logrado generar un reconocimiento y una visibilización muy fuerte de las mujeres, diversidades y disidencias. Principalmente nosotras hemos denunciado que este Paro tiene rostro de mujer, que nosotras lo hemos acuerpado desde la defensa de los Derechos Humanos, desde el organizar, construir, liderar, desde la acción directa, desde la olla comunitaria, el arte y la música; desde el maternar, porque las madres también han tenido un papel gigantesco.

Frente a las disidencias y diversidades me parece importante recalcar las performances que se estaban haciendo, por ejemplo, con el ‘vogue’.

Por otro lado, las violencias se han presentado en tres escenarios: la violencia Estatal, las violencias en las organizaciones y las violencias por parte de las primeras líneas. Nosotras las reconocemos, acompañamos y legitimamos las acciones de las primeras líneas, pero hay que hacer un gran trabajo de prevención y pedagogía en términos de acciones y medidas porque se han presentado situaciones autoritarias, muy patriarcales.

CI: ¿Cómo fue pensada la participación de las mujeres y disidencias en el espacio de la Asamblea Nacional Popular realizada en Cali 2021?

JH: Es importante resaltar que no participamos de forma tan fuerte en la organización que se desarrolló en Cali. Sin embargo, la Asamblea Nacional Popular no se está pensando en las garantías en términos de la participación de las mujeres de las diversidades y disidencias.

Es decir, se daba por sentado que asistiríamos sin reconocer la paridad, el tema de la necesidad de que nosotras podamos participar en las comisiones y mesas… de que se transvezalizara todo el enfoque antipatriarcal; entonces nosotras reconocimos todo eso precisamente en el marco del desarrollo de la ANP en Cali, partiendo de que la metodología no nos recogía, de que no teníamos una representatividad real en los espacios donde se estaba organizando. Por ejemplo, de que la mesa de mujeres y diversidades en la metodología estaba pensada como una submesa y nosotras allá tomamos la decisión entre todas y todes, de crear una mesa autónoma con nuestros propios tiempos, nuestras propias preguntas. Además, debido a nuestras inconformidades en términos de la metodología y la logística de la ANP, donde realmente no se pensaba unas garantías para nuestra participación, fue que en parte decidimos hacer la toma de la tarima.

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Una guardia feminista popular en Duitama, Boyacá

En Duitama la participación de las mujeres durante el Paro Nacional evidenciaron que no había garantías para estas y que vivenciaban situaciones de violencia de género que no eran atendidas. La colectiva ‘Chinas Berriondas’, ubicada en este municipio, ha liderado la conformación de la Guardia Feminista Popular y han realizado acciones como la toma de 24 horas de la vía San Luis.

“Vivenciamos violencia psicológica y de acoso sexual durante el Paro, así que teníamos que cuidarnos tanto de los “machos” como de la policía”, expresó Jenjifer Solano, integrante de la guardia feminista popular de Duitama.

Durante el proceso de construcción de esta guardia, se ha logrado desarrollar un protocolo de autodefensa feminista en el que han tipificado las diferentes violencias para lograr fortalecer la seguridad de las mujeres en diferentes escenarios.

“En muchos lugares las mujeres y disidencias estuvimos sosteniendo muchos procesos del Paro Nacional como las ollas, las asambleas y las primeras líneas. Eso es importante mencionarlo porque este Paro también permitió que hubiera mucha juntanza y que desde allí surgieran nuevos procesos organizativos feministas”, concluyó Solano. 

CI AO/ND/20/09/2021/10:30