07 jul, CI.- Ayer fue noticia el terrible asesinato de dos miembros del Consejo Comunitario Afro Renacer del Cañón del Micay, acometido el domingo 5 de julio en la Vereda Betania, del Municipio El Tambo (Cauca). Por desgracia, el asesinato sistemático de líderes, lideresas, defensores y defensoras de Derechos Humanos es tan cotidiano que se va volviendo tristemente en noticia de todos los días.

Sin embargo, el Estado aclama que estos hechos violentos son “líos de faldas” y no acaba de tomar medidas certeras que permitan a las comunidades y a sus líderes permanecer en los territorios que habitan de una manera digna.

Como comunicadoras y comunicadores, nos duele publicar las noticias que cuentan estos hechos. Nos duele incluso más porque, mientras contactábamos a Magaly Pino, Encargada de la Secretaría de Derechos Humanos del Coordinador Nacional Agrario -CNA-, esta nos informa que la entrevista tenía que demorarse porque justo hoy le habían informado de otro asesinato a otro líder en el mismo territorio.

“Justo ahora nos anuncian que las mismas estructuras han asesinado a otra persona en el Corregimiento de Huisito, zona rural del Tambo (Cauca). Esta persona hacía parte de la Asociación Campesina Agrícola Ambiental y Minera -ACAAMI- , a la que le han amenazado y desplazado a sus principales líderes”, comenta Magaly.

Sobre el asesinato de Paola del Carmen Mena y Armando Suárez Rodríguez, ambos pertenecientes al Consejo Comunitario Afro Renacer del Cañón del Micay, pero también sobre la situación de inseguridad para las comunidades organizadas del Cauca, Colombia Informa dialogó con esta defensora de Derechos Humanos.

Colombia Informa: Sobre el asesinato de ambos líderes afro hay pocas informaciones, ¿puede ampliarnos los hechos?

Magaly Pino: La compañera había sido desplazada el 28 de junio, se dirigió a una zona del Pacífico donde fue ubicada de nuevo por la estructura paramilitar Carlos Patiño. Este grupo la secuestró y desapareció según versiones de la comunidad, impidiendo a sus conocidos que le dieran cristiana sepultura.

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CI: ¿Ambas personas habían recibido amenazas?

MP: La primera [Paola del Carmen Mena] objeto de desplazamiento. El otro compañero [Armando Suárez Rodríguez] ninguna amenaza. Llegan el 4 de julio a su casa, los sacan y asesinan en un acto demencial de desmembramiento y los arrojan al río.

CI: ¿Cuáles eran sus responsabilidades dentro del Consejo Afro Renacer y de la comunidad como tal?

MP: Los compañeros ejercían, como nativos de la comunidad, la defensa del territorio. En algunas oportunidades se vieron obligados a defenderlo ante la agresión del Ejército.

CI: ¿Cuál es la situación en cuanto a derechos humanos en la zona?

MP: La situación es muy crítica. Desde los asesinatos de los compañeros Andrés Casimance y Teodomiro Sotelo el 18 de abril del año en curso (quienes eran líderes del Consejo Comunitario Afro Renacer del Micay) y el desplazamiento y las amenazas contra sus principales líderes, pareciera que este proceso, que hace parte activa del Coordinador Nacional Agrario, viera el destino de sus integrantes en manos de los grupos paramilitares identificados como disidencias de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (específicamente las estructuras nombradas Jaime Martínez, Carlos Patiño y Dagoberto Ramos).

En lo que va del 2020 han asesinado a cuatro integrantes más de este Consejo que trabajaban en veredas como Betania, Honduras y en el Municipio de El Tambo (donde está la sede de esta organización). Los líderes asesinados fueron José Antonio Riascos (25 de enero), Hugo de Jesús Giraldo López, Jesús Albeiro Riascos y Andrés Sabino Angulo (22 de abril). Tres de ellos fueron asesinados en El Tambo y uno en Santander de Quilichao.

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Pero no debemos perder de vista la estigmatización por parte del Estado, debido al nivel de organización que tiene el Consejo Comunitario Afro Renacer del Micay en las 13 veredas del departamento donde está presente. Sus comunidades son encargadas de la construcción de sus Gobiernos propios, de las vías, de las escuelas, de los puestos de salud, etc.

Es decir, que ante la total ausencia del Estado (cuya presencia se conoce únicamente a través de los atropellos y las violaciones al territorio por parte del Ejército) han determinado ejercer el gobierno propio. Se encargan de sus problemáticas y soluciones a las mismas de forma colectiva.

A estos territorios los agreden constantemente los grupos paramilitares al servicio de estructuras del narcotráfico, que se oponen a la sustitución de cultivos de uso ilícito. Pasan por encima de la voluntad de las comunidades que le dijeron sí a otras formas de economía, teniendo en cuenta el problema tan grande que trae el cultivo de la hoja de coca.

Por otro lado, el Consejo Comunitario Afro Renacer también se ha opuesto a la construcción de la represa Arrieros de Micay. Los empresarios detrás de esta construcción quieren ponerla en el territorio colectivo del Consejo. Ante esto, las comunidades han hecho pronunciamientos de su decisión a la Alcaldía de El Tambo, al Departamento del Cauca y a la Nación.

Pero esta situación no ocurre únicamente en el Sur del Cauca. Las prácticas utilizadas aquí son las mismas ejercidas a lo largo y ancho del país: intimidaciones por parte de organizaciones armadas que no permiten el desarrollo autónomo de las comunidades, detenciones extrajudiciales, seguimientos, interceptación de líneas telefónicas, estigmatización, señalamientos por parte del Estado que afectan gravemente a los procesos, etc. Al agotar estos mecanismos, aparecen los grupos paramilitares a asesinar, desplazar y amenazar a los líderes.

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Llama la atención que en época de pandemia el Estado se da el lujo de perseguir líderes en vez de perseguir a quienes asesinan, amenazan y desplazan.

CI: ¿Tienen alguna pista acerca de quiénes fueron los autores del hecho

MP: Las estructuras paramilitares nombradas Carlos Patiño, Jaime Martínez y Dagoberto Ramos.

CI ND y PC/PC/07/07/2020/