3 may. CI.- El 2 de mayo inició en Cuba el tercer ciclo de diálogo entre el ELN y el Gobierno Nacional. La Mesa se reactivó después de fuertes tensiones entre esa organización insurgente y el Gobierno de Gustavo Petro ocurridas, tras la agudización del conflicto armado en las regiones y la presión mediática de la derecha que busca debilitar el proceso de paz.

En esta etapa se abordarán tres temas: Participación de la sociedad, Cese al Fuego Bilateral y Alivios Humanitarios. El equipo negociador del ELN insistió en que siempre estarán en disposición del diálogo y, por el contrario, han sido los gobiernos, quienes en repetidas ocasiones han roto las conversaciones.

Pablo Beltrán, Jefe de la delegación de paz, dijo que: “Un proceso de diálogo serio necesariamente es con la participación de la sociedad, sobre todo de los que jamás han tenido ni voz, ni posibilidad de decisión sobre los destinos del país… Entre todos y todas podemos construir un gran acuerdo nacional que garantice la paz definitiva, y garantice las transformaciones socioeconómicas necesarias”.

Mientras tanto, el presidente Petro dijo desde España: “Sin cese al fuego, no se puede hablar de paz”. Además, propuso “Regionalizar los ceses al fuego que progresivamente podrían aumentar en geografía nacional y también periodizarlos. A medida que va pasando el tiempo, las confianzas se van construyendo”.

Sin embargo, esto lo dijo luego de haber advertido – desde Estados Unidos y después de reunirse con el presidente Biden, que haría una alianza con el gobierno de Venezuela para atacar a esta guerrilla en la frontera. Con esta maniobra, el Gobierno busca presionar a los rebeldes a pactar un cese al fuego bilateral en este esperado ciclo de conversaciones, pues hubo un intento de adelantar este cese de manera extraordinaria y sin que se pactara en la mesa de diálogo, algo a lo que la ELN se negó.

La mesa de diálogos vivió una crisis después de que el ELN atacó una base militar del Ejército colombiano en el Catatumbo el pasado 29 de marzo, donde murieron 10 militares y siete resultaron heridos. Tras estos hechos, el Gobierno buscó presionar política y militarmente a la guerrilla, cuestionando sus intenciones de paz, matando a varios de sus comandantes y acusando al grupo insurgente de cometer violaciones al Derecho Internacional Humanitario. La derecha buscó desprestigiar el proceso a través de varios medios de comunicación.

A esto se sumaron las declaraciones de Antonio García, primer comandante del ELN quien dijo a través de Twitter que su grupo puede y debe actuar militarmente para defenderse de los ataques del Estado. También cuestionó el uso de las armas del Estado y que el Ejército asesinó a varios insurgentes en estado de indefensión a comienzos del 2023. El líder insurgente advirtió que ve con preocupación los llamados a la guerra y “a dar de baja a integrantes de la comandancia del ELN” y que “para evitar implicaciones políticas lo están adelantando con comandos de mercenarios”, algo que sin duda, sería mal visto por la comunidad internacional.

Varias organizaciones sociales se vienen preparando y se encuentran a la expectativa de participar en la construcción de los mecanismos y los escenarios para dar desarrollo al primer punto de la agenda: “La participación de la sociedad”, el cual se va a terminar de definir en este ciclo de diálogos y sería un avance nunca antes visto en la paz con este grupo.

El inicio del tercer ciclo contó con la presencia de Nicolás Rodríguez Bautista, fundador de esa insurgencia y quien fue su máximo comandante.

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