24 sep. CI.- Las comunidades afectadas por Hidroituango -Ituango, Sabanalarga, Caucasia, Valle de Toledo, Valdivia, Briceño, Peque- se movilizaron en el municipio de Ituango, Antioquia el pasado 8 y 9 de Septiembre, por un país sin represas y una economía que no dependa de los combustibles fósiles.

«Somos vida y como vida defendemos la naturaleza», afirmaban cientos de campesinos y campesinas que se encontraron en las calles de Ituango y que, reconociéndose hijos del Río Cauca, han padecido las consecuencias de la construcción de esta represa.

Asimismo, denunciaron los asesinatos sistemáticos a los que se han visto expuestos quienes han denunciado los daños que la construcción de Hidroituango les ha causado a las comunidades. Esta persecución fue evidente cuando en el mes de mayo de este año fueron asesinados dos líderes sociales en tan solo una semana.

Por otro lado, exigieron una atención inmediata e integral ante la emergencia -aún vigente- que fue ocasionada por la represa y que solo ha recibido evasivas por parte de la administración.

Por ultimo, se hizo énfasis en el desmantelamiento inmediato de Hidroituango, debido al riesgo que representa para las comunidades y para el ecosistema en general.

Durante esta jornada se militarizó a las afueras del coliseo Jaidukamá, impidiendo la entrada de las comunidades al mismo. La administración justificó estos hechos a partir de la existencia de unas supuestas irregularidades, a pesar de que las comunidades ya tenían radicados los permisos necesarios.

El alcalde de Ituango, Hernán Darío Álvarez Uribe, en ningún momento hizo presencia, pese a que se le estuvo llamando durante todo el día para solucionar la situación. Por su parte, las comunidades intentaron acercarse a la Parroquia Santa Barbara ubicada en el parque principal con el fin de buscar un lugar para pasar la noche; la respuesta del párroco, Pbro. Carlos Ignacio Cárdenas Montoya, fue un rotundo no y acto seguido llamó a la policía para que custodiaran la iglesia.

Debido a las negativas recibidas y a la poca voluntad política de los funcionarios por resolver la situación, las comunidades decidieron entrar al coliseo y pasar la noche allí.

Al día siguiente, cuando las personas se disponían a salir del municipio, se les negó el paso a través del túnel de Hidroituango debido a unos supuestos derrumbes. Sin embargo, luego de nueve horas de estar en la carretera y de interlocutar con quien estaba encargado del proyecto, se permitió el paso de la caravana.

Como condición la policía tuvo que acompañar cada uno de los buses a lo largo del tramo que estaba adentro del proyecto; la caravana evidenció que no había ningún tipo de derrumbe en el túnel ni en otro lugar de la vía.

En Colombia defender las cosas elementales de la vida, como la naturaleza, los alimentos y una vivienda es una cuestión bastante peligrosa, pues pone en manifiesto las redes de poder y corrupción que hay al interior del país.

CI SM/ND/24/09/18/7:30