Debilidad de las formaciones políticas, falta de disciplina de partido y oportunismo de las élites políticas y económicas: esos son los factores que caracterizaron los comicios recientes en Cali y Valle del Cauca, según el historiador y docente de la Universidad del Valle.

Por José Garzón*. Para el caso de la alcaldía de Cali se mantiene una la tendencia que prevalece desde el año 2000: elegir al candidato que aparece como “independiente”, quien triunfa con una relativa ventaja sobre los candidatos de los partidos conservador o liberal, según sea el caso. Lo cierto es que detrás de cada uno de estos candidatos elegidos como alcaldes, permanecen los intereses de sectores privados de peso en la región y el país, y el caso de Norman Maurice Armitage Cadavid no es la excepción.

Armitage, hijo de padre inglés y madre paisa, es el presidente y socio mayoritario de Sidoc -Siderúrgica del Occidente-, una empresa de productos metálicos en la que ha estado vinculado desde 1986 y por medio de la cual gestó la compañía Ingenio del Occidente, dedicada a la elaboración y refinación de azúcar, y la empresa Cementos San Marcos. En ambas compañías Armitage aparece como propietario. Este lugar de empresario le posibilitó ser uno de los fundadores del Grupo Empresarial del Valle. Armitage, por medio de su empresa estrella, Sidoc, ha financiado las campañas de Álvaro Uribe en 2002, las de 2007 de Carlos Vicente de Roux y Bruno Alberto Díaz, ambos candidatos del Polo en su momento, y las de Claudia López y Juan Fernando Reyes Kuri en 2014.

Como candidato, Armitage contó con el respaldo político de Antanas Mockus, Carlos Fernando Galán (Cambio Radical), Germán Villegas Villegas (conservador y vocero de la campaña política de Dilian Francisca Toro con la cual salió electa gobernadora del Valle en estos mismo comicios), y del senador Álvaro Uribe (Centro Democrático). Su campaña reportó ingresos por $755 millones, provenientes, en su mayor parte, de recursos propios y de aportes privados. Entre los principales aportantes están la Fundación Valle de Lili y la Fundación Celsia, el Ingenio Manuelita, y el Ingenio La Cabaña. Otros aportantes fueron: Inversiones Adeico, que pertenece al grupo Fanalca, e Inversiones Alvanela, dedicada al cultivo de caña.

El nombre de Maurice Armitage tuvo un reciente revuelo ante la opinión pública, cuando el gobierno del presidente Juan Manuel Santos lo escogió como uno de los miembros de la delegación de víctimas en el proceso de paz que el gobierno colombiano adelanta en la Habana con la guerrilla de las Farc, al haber sido víctima de secuestro en dos oportunidades.

Sin un programa de gobierno claro, con unas frases cargadas de altos niveles de populismo sin mayor desagregaciones, difundidas en sus slogan de campaña y en los pocos debates públicos que asistió, el nuevo alcalde, quien posa de ateo y aliado de los derechos de la comunidad Lgbti, sostiene que la felicidad es el resumen de su propuesta política, pues considera que el salario mínimo no debe ser el que declara la ley sino el que las empresas pueden pagar.

Lo que queda claro es que la ciudad va a tener más de lo mismo, otro alcalde longevo y adinerado que, seguramente, conformará un gabinete de tecnócratas, quienes emprenderán planes y programas para lo social marcados por un carácter filantrópico y dadivoso, mientras que los temas estratégicos de la ciudad seguirán favoreciendo a los grandes empresarios, logrando así mantener en el letargo a las grandes mayorías, mientras la ciudad sigue sumida en los procesos de privatización de los derechos y su población excluida de las decisiones que mayormente le afecta.

Un derrotero muy incierto

Pero el panorama para el departamento del Valle no es más alentador, pues con la elección de Dilian Francisca Toro Torres se presume que se repitan los acontecimientos de 2011, cuando salió electo el candidato del cuestionado partido MIO, Héctor Fabio Useche, quien fue destituido al cabo de algo más de un año de gobierno por las investigaciones que se cursaban en su contra tras detrimento patrimonial que sufrió la Industria de Licores del Valle; ello obligó a la realización de una nueva elección extemporánea, donde el nivel del abstencionismo fue superior al 80%, y que dio como el nuevo gobernador del departamento al conservador Ubeimar Delgado.

Dilian Francisca fue electa como gobernadora en representación de Partido de la U, y con apoyo de sectores del liberalismo en el departamento, encabezados por Carlos Andrés Clavijo (representante a la Cámara), Sigifredo López (exdiputado secuestrado por las Farc), Luis Elmer Ruiz (exsenador), Juan Carlos Salazar (excongresita, quien renunció a su aspiración a la gobernación del Valle por Opción Ciudadana) y los conservadores, entre ellos el senador Heriberto Sanabria y Germán Villegas Villegas, quien fungió como el vocero político de la campaña a la gobernación de la guacariceña. Pero esto no lo hace inmune a los varios procesos judiciales que se cursan en su contra, especialmente por lavado de activos y narcoparamilitarismo.

Lo presentado el pasado 25 de octubre en Cali y el Valle del Cauca, marca un derrotero muy incierto para lo que tantas veces se ha repetido desde diferentes ámbitos, al reconocer que el posconflicto tiene un profundo carácter territorial, pues, tanto con Armitage, como con Dilian Francisca, esto no pasará de ser un expresión vacía de contenido y posibilidades reales para aminorar las causas del conflicto social y armado que se ha expresado históricamente tanto en la ciudad como en la región y el país.

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* José Garzón es historiador, docente de la Universidad del Valle e investigador adscrito al Instituto Nacional Sindical -Cedins-.