El pasado viernes 23 de agosto, frente al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, en el centro de Bogotá, se congregaron cerca de 100 personas en representación de organizaciones que participan en un paro de sectores productivos y sociales del país, para entregar a esta entidad estatal un pliego de peticiones y exigir respuesta a sus planteamientos.

El Coordinador Nacional Agrario (CNA), y el Congreso de los Pueblos presentaron al Ministerio de  Agricultura y Desarrollo Rural el “Pliego agrario y minero-energético para avanzar hacia un país con paz y vida digna”. Hicieron entrega del documento en medio de un plantón organizado en la puerta de la entidad estatal, al que asistieron, otras organizaciones políticas y sociales. Esta actividad transcurrió durante el cuarto día de paro de varios sectores productivos y sociales del país. 

Entre las organizaciones acompañantes estaban la Marcha Patriótica, el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), la Federación Sindical Mundial, la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (Fensuagro), la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), y la Asociación Nacional de Pensionados. La notoria presencia juvenil hizo que Eberto Diaz Montes, de Fensuagro, se refiriera a ella diciendo: “tenemos que reconocer a los jóvenes que han respaldado la propuesta, a los jóvenes campesinos, estudiantes, desocupados, a quienes no tienen opción en esta sociedad. Esa es la importancia de los jóvenes en este país: no son sólo para la guerra, son constructores de paz, están demostrando que respaldan al campesino, porque ven en el campesino la nueva sociedad que necesitamos construir en Colombia”.

Ricardo Herrera, uno de los voceros del CNA, señaló el propósito de presentar este pliego ante el Ministerio: “notificar al gobierno las causas del actual paro agrario nacional y expresarle las respuestas que el movimiento social espera de él. El único camino para terminar el paro, según indicó este vocero, consiste en que haya una atención gubernamental a las peticiones”.

Ese mismo día, en dos entradas a la ciudad de Bogotá, hubo protestas del campesinado. Por el sur, a la entrada de la localidad de Usme, donde se concentraron más de 200 personas, y por el nororiente, en la entrada al municipio de La Calera. 

El pliego

En cinco temas centrales se basan las peticiones del “Pliego agrario y minero-energético para avanzar hacia un país con paz y vida digna”: tierra, petróleo, minería, reconocimiento político y sustitución de cultivos de uso ilícito.

La primera petición, tierra para los pueblos que las trabajan y las cuidan, se refiere a adjudicar baldíos a los campesinos sin tierra, frenar la compra masiva de tierras por parte de multinacionales y grandes empresas nacionales, derogar la resolución 970 del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, que prohíbe a los campesinos guardar, proteger e intercambiar semillas; proteger y recuperar la producción agraria frente a los efectos de los tratados de libre comercio y permitir que las gentes organicen la vida en sus territorios.

La segunda petición, petróleo para la vida digna, aborda dos aspectos: reducir el precio de la gasolina en un 50% y garantizar la participación de las comunidades y los trabajadores en la definición sobre el aprovechamiento del recurso petrolero, porque este “no debe seguir siendo el botín de las transnacionales”.

Minería para el buen vivir es la tercera petición. Se refiere a la urgencia de decretar la moratoria minera, revocar los títulos mineros que afectan páramos, reservas hídricas y forestales y la producción campesina y apoyar a los pequeños mineros para que transiten a otra economía.

En cuarto lugar, se pide al gobierno cumplir con su deber de consultar a las comunidades su opinión sobre los proyectos mineros, energéticos e hidroeléctricos que se adelantarán en sus territorios y tener los resultados de la consulta como prioridad a la hora de las decisiones. Esta petición se tituló como reconocimiento político para el campesinado y los pueblos negros e indígenas.
 
La última petición concierne a la sustitución autónoma y concertada de cultivos de uso ilícito. Al respecto, el pliego plantea que el gobierno debe concertar con las comunidades el proceso a seguir, comprometerse con la inversión social y apoyar en forma decidida las economías regionales.

Desabastecimiento de las ciudades

El campesino Ricardo Herrera dirigió sus palabras a quienes caminaban cerca del plantón, acerca de la disminución en el suministro de alimentos a la ciudad: “espero que nos entiendan, nosotros estamos sufriendo ese desabastecimiento de recursos hace mucho tiempo, no tenemos garantías para producir, por eso estamos movilizados. Les pedimos que nos acompañen, que sean solidarios con el trabajador del campo para que esta lucha sea de todos, porque a todos nos sirve que se resuelva la situación que se está viviendo en el campo colombiano”.

Eberto Díaz Montes, de Fensuagro, continuó: “en este paro se ha visto la importancia del campesinado; cuando deja de producir, el hambre se siente, se siente la carestía y eso es lo que tenemos que mirar; seguramente cuando los tratados de libre, TLC, terminen de asfixiar a los campesinos, las personas de la ciudad no podrán acceder a los alimentos como lo han hecho hasta ahora”.