5 oct. Por RECOA* – El pasado 1 de octubre la región del Oriente Antioqueño se movilizó para decirle sí a la paz. Desde distintos colectivos, los jóvenes –en su mayoría– jugaron un papel protagónico en la postulación de actividades que llevaron, y siguen llevando  consigo el anhelo de paz y de construcción de ésta, desde la pedagogía y el trabajo colectivo liderado por la Red de Colectivos del Oriente Antioqueño – RECOA–.

Si bien, en el plebiscito la síntesis de respuesta por parte de los pocos colombianos que participaron, solo el 37% del censo electoral, fue el NO y teniendo en cuenta que Antioquia fue el departamento que aportó gran cantidad de votos al NO, queremos esclarecer algunos puntos y aprendizajes que nos ha obsequiado esta sorpresa histórica para el país.

El trabajo que hacemos desde la articulación como red, como actores políticos y sociales activos, nunca se pensó en la respuesta del plebiscito –aunque sí para este–, es decir, nuestro ánimo de transformación de país va más allá de los momentos coyunturales, e incluso de los acuerdos. Siempre hemos estado inquietos, atentos, y seguiremos estándolo, cueste lo que cueste.

Desde un inicio, teniendo como punto de partida nuestra posición directa con el SÍ, sabíamos –y sabemos– que la paz es todo un proceso; es un conjunto de voluntades. En el Oriente Antioqueño hay voluntades para juntarnos y seguir trabajando para alcanzar, pese a las trabas que aparezcan en el camino, el objetivo por el que habitamos, razón por la que somos una generación elegida por la historia para lograr la justicia social y ambiental, y vivir en el cambio.

En todo el proceso de planificación para hablar e informar acerca de los acuerdos, estuvimos atentos a las acciones del bipartidismo y también a la venganza que sobresalía en algunos argumentos y ahora, en algunos comentarios. Sin embargo, nuestro trabajo siempre estuvo liderado por la comunidad; el escucharnos como pueblo, sentirnos y hacernos sentir.

Nuestra posición no ha estado impulsada por la aceptación de un presidente o de un expresidente, pues nuestra intención radica en la perspectiva de lo popular, de aquellas clases sociales dolientes de las realidades, que buscan unas soluciones, que se hacen escuchar y se mantienen en pie de lucha por los intereses colectivos, de la mayorías de nuestro país. De esta manera expresamos nuestro compromiso con la edificación de un proyecto de región alternativo que busca las herramientas de aplicación en materia de los anhelos de justicia, equidad, autodeterminación, autonomía y democracia.

Podemos caernos pero no rendirnos. “Los militantes de la esperanza no retroceden nunca”. A nosotros aún nos acompaña la esperanza de vivir en paz, de construir y habitar una nueva Colombia, de ahí que el siguiente paso es la movilización en defensa de todo este proceso que ha cobijado a los acuerdos. Nos visita la esperanza de pensar que el cese al fuego bilateral se mantendrá, y si no es la esperanza, es la exigencia del respeto con los colombianos. Que como mínimo haya compromiso –teniendo en cuenta que, según todos, queremos la paz– para respetar la vida por encima de los orgullos, protagonismos o intereses particulares.

Con ello habita el deseo de analizar las negociaciones con los distintos grupos insurgentes del país; colectividades como el ELN, que ha expresado su intención de adjuntarse al cese al fuego e iniciar un proceso de diálogo con el Gobierno. “Entre más rápido iniciemos, con mayor prontitud se podrán abordar y buscarle solución a los temas de interés de todos”, expresó ‘Gabino’, el máximo comandante de dicha guerrilla, en una carta abierta publicada en el mes de julio.

RECOA DM/5/10/16/16:15

*Red de Colectivos del Oriente Antioqueño es una organización activista de los Derechos Humanos, ambientales y sociales de Antioquia; el artículo es con colaboración del Colectivo sin Esquemas y Mar es.