De acuerdo al cronograma establecido por el Concejo del Municipio de Medellín, el día 27 de Octubre del 2014 será aprobada la revisión del Plan de Ordenamiento Territorial -POT- de la ciudad con vigencia hasta el 2027. Este plan contempla tres áreas estratégicas para desarrollar intervenciones: el borde, el río y la ladera. Además, actualiza el modelo de ocupación de la ciudad de acuerdo a las directrices metropolitanas de ordenamiento territorial. 

Por Hernán Pineda* En esencia, y como lo establece el mismo plan, se busca el desarrollo de una plataforma competitiva, que permita a la ciudad jugar un rol más protagónico en un mundo globalizado. Esto se puede lograr mediante la atracción de determinados flujos de capital, mayor participación en las exportaciones, mayor presencia de inversión extranjera directa, ser destino de turismo y eventos de negocios, entre otros. Este es un plan diseñado para la inserción global de la ciudad, pero también para generar despojo en amplios sectores sociales, principalmente en condiciones de vulnerabilidad, a partir de las mismas intervenciones públicas que se desarrollarán, situación que es contradictoria con el propósito del ordenamiento territorial.

Bajo la premisa del mundo globalizado, en los últimos gobiernos -desde los años 90 hasta la fecha- la estrategia de los diversos planes, incluyendo el POT, ha estado marcada por una estrecha relación entre competitividad y transformaciones urbanas  evidencia en nueva infraestructura vial, proyección de centros logísticos para el almacenamiento de carga, renovación del centro ampliado y representativo; nuevas centralidades barriales, nuevos espacios públicos, entre otros, que han hecho parte de las apuestas por convertir la ciudad en un territorio para los negocios, una ciudad competitiva que se pueda visitar y consumir. Un territorio en permanente transformación.

La planeación: el modelo de Medellín y el Área Metropolitana

De acuerdo a la reglamentación de Áreas Metropolitanas, donde Medellín es el municipio núcleo, el proceso de planeación de esta estrechamente ligado la Junta Metropolitana del Valle de Aburrá. Dicha Área fue creada mediante Ordenanza Departamental Nº 34 de noviembre 27 de 1980, para la promoción, planificación y coordinación del desarrollo y la prestación de servicios de los municipios que la conforman. Es decir, Medellín, Itagüí, Caldas, La Estrella, Sabaneta, Bello, Copacabana, Girardota, Barbosa.

Las directrices de orden metropolitano son de obligatorio cumplimiento y adopción para los municipios que la compone y se incluyen en la revisión de sus respectivos POT. Los planes y directrices del Área Metropolitana son aprobados por los alcaldes de los municipios que la conforman, sin ningún tipo de discusión y socialización con los habitantes de cada municipio y luego se convierten de obligatorio cumplimiento, generando un asalto a la autonomía y construcción social del territorio. 

Además, el proceso de planificación y participación en el modelo de ciudad, tal como se ha desarrollado en las audiencias citadas por el Concejo de Medellín, las reuniones informativas realizadas por Planeación Municipal, las mesas programadas por el Concejo Territorial de Planeación terminan siendo, en el mejor de los casos, escenarios para que la institucionalidad socialice parte de las propuestas que va a implementar en medio de engaños y triquiñuelas, sin presentarse un verdadero espacio de debate y construcción de ciudad, desde las propuestas de la comunidad y sus necesidades. 

En esta perspectiva, las iniciativas comunitarias relacionadas con el mejoramiento integral barrial, la legalización de predios, el reasentamiento en sitio, el acceso a los servicios públicos y respectivo mínimo vital, entre otros, se convierten en banderas de disputa con la institucionalidad para continuar agitando y construyendo.

Intervenciones proyectadas

Como se observa en la imagen, gran parte de la intervención sobre el río se desarrollará a partir de procesos de renovación urbana, esto implica la destrucción y posterior reconstrucción de la infraestructura, principalmente asociada a vías, vivienda, nuevos equipamientos, nuevo espacio público, que en algunos casos, generaran procesos de gentrificación urbana -desplazamiento de los habitantes de un territorio, por la llegada de habitantes de mayores ingresos, a la par del desarrollo de nueva infraestructura-, como ocurre en el centro de la ciudad, en sectores como El Naranjal.

En este mismo sentido se encuentra la intervención sobre los bordes urbanos ubicados en la periferia de la ciudad, en el marco de lo que denominan el cinturón verde metropolitano, cuya prueba piloto se desarrolla actualmente en la zona nororiental, a partir del jardín circunvalar; sobre estos terrenos se tiene pensado el cobro de plusvalía, lo que evidencia que el municipio sabe de antemano el proceso de especulación inmobiliaria que se desarrollará en estos territorios.

El plan retoma una visión de integración regional, incluyendo el Valle de Aburrá, el Valle de San Nicolás y  el Occidente cercano, donde se articula con obras de gran impacto a nivel departamental  como el futuro puerto de Urabá, la conexión vial Pacifico I y II y la conexión por el nordeste de Antioquia a la Costa Caribe, con el objetivo de garantizar el flujo de mercancías tanto regional, como global. Siendo complemento de la visión de plataforma competitiva que el POT viene proyectando para la ciudad.

El despojo que se desarrolla en la ciudad

Diferentes académicos, investigaciones, testimonios de los pobladores, dan cuenta de cómo se ha construido gran parte de la ciudad de Medellín desde la informalidad, en muchos casos, edificada por pobladores que fueron sacados a sangre y fuego del campo. 

La construcción de amplios sectores de la ciudad se ha realizado a pulso, a partir del convite, de la organización comunitaria, del esfuerzo y la perseverancia de la propia comunidad, que ha logrado avanzar en la consolidación de viviendas y barrios, con una característica transversal, la ausencia y el abandono del estado.

Actualmente, estos territorios se convierten en escenario para la especulación inmobiliaria, para el desarrollo de grandes obras de infraestructura, algunas de ellas en la periferia, proyectando la imagen de una ciudad en permanente transformación, una ciudad atractiva, competitiva, para inversionistas, turistas, una ciudad para visitar y consumir. Es hoy cuando el estado local gira las miradas a estos territorios, que bajo el sofisma de la necesidad de intervenciones urbanas, generará el despojo de la población.

El proceso de intervención que se ha desarrollado en la última década en la ciudad de Medellín y, las intervenciones proyectadas en el nuevo POT generarán que el despojo tenga un lugar protagónico en la agenda, el cual se evidencia a partir de los siguiente aspectos:

1. La especulación inmobiliaria: Aspectos como el crecimiento en la ladera, el desarrollo de infraestructura, de equipamientos para el “esparcimiento”, la contención en el borde urbano, fortalecer el crecimiento en el río, generar centralidades, entre otros, llevará necesariamente a procesos de especulación inmobiliaria, donde poblaciones enteras-barrios- se verán obligados a invadir o asentarse en otros territorios que les permitan, de acuerdo a sus ingresos informales, tener un techo donde refugiarse, por las proyecciones de los planes y las intervenciones en Medellín, este municipio será difícilmente  su nuevo lugar de residencia. 

2. La utilización de predios para el desarrollo de obras de infraestructura: Los predios requeridos para las obras, bajo la eufemismo de ser de interés público, son adquiridos mediante expropiación por vía administrativa, acompañados de compensaciones, que bajo la lógica de la especulación inmobiliaria, no superan el 40 o 50% de una vivienda de interés prioritario, es decir 20 millones de pesos, recursos con los cuales somete al desplazamiento a los residentes, al no reconoce el valor de uso del predio. Con estos mismos recursos se convierte casi imposible adquirir otro predio en la ciudad. Además estas compensaciones no incluyen a los moradores, arrendatarios, poseedores, que son otro grupo amplio afectado por el desarrollo de estas obras.

3. Los procesos de re-estratificación que se generan por el desarrollo de la infraestructura: Se relaciona con el aumento en el valor de los arriendos, del impuesto predial, de los servicios públicos, a partir de la re-estratificación del sector-por ejemplo, paso de estrato 1 a estrato 3-, producto del desarrollo de una obra de infraestructura. Vale la pena puntualizar sobre las condiciones actuales de desempleo e informalidad laboral de la ciudad de Medellín, una economía de subsistencia, bajo la cual pagar estos sobre costos, es altamente complicado, generando despojo.

Algunas consideraciones finales

La forma como se desarrolla la planeación, se proyectan las intervenciones y como va a ser aprobado el POT de la ciudad de Medellín, representa un estilo de gestión pública de corte empresarial en el que los intereses públicos son sometidos y condicionados por las apuestas de renta para diferentes sectores económicos, situación que es compleja cuando el destino de una ciudad depende de los intereses de acumulación privados. 

En esta perspectiva, el Plan de Ordenamiento Territorial continúa con las estrategias de inserción en una economía global, bajo la premisa que el territorio debe aportar externalidades-vías, equipamientos, macroproyectos, nueva imagen de ciudad que permitan atraer flujos de capital y turistas, que logre hacerla más competitiva, centrando la inversión pública e la infraestructura que el sector productivo privado necesita como soporte sin tener en cuenta los efectos de esta, en la vida de las comunidades.

Igualmente, la institucionalidad ha avanzado en el desarrollo de un ‘patriotismo de ciudad’, estrategia que ha permitido que poco a poco, los pobladores seamos turistas en nuestro propio territorio, que aceptemos las intervenciones de ciudad, aun cuando ellas mismas nos están despojando. En suma, se trata de un control ideológico ampliamente creado y difundido a partir de las imágenes de una ciudad en transformación.

Es necesario avanzar en la construcción de amplios espacios de ciudad, en la articulación del tejido comunitario, de izquierda, en fortalecer la participación política, la movilización y la pelea callejera, solo de esta manera podremos avanzar en la construcción de una ciudad del tamaño de nuestros sueños.

 

* Estudiante de Maestría en Estudios Urbano Regionales de Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín e integrante del Equipo Político Nacional de Poder y Unidad Popular.